jueves, 30 de octubre de 2008

PASTILLAS PARA NO DORMIR

A mediados del 2007 se sitúan los primeros rumores que encienden las alarmas, comienza a rumorearse, nadie se lo cree pero empieza el “runrún”. ¿Es posible que haya crisis? No, es imposible, tengo trabajo, una buena hipoteca, voy al fútbol los domingos… ¿Crisis? Yo no. El hecho de que en Estados Unidos comenzaran a dispararse poco a poco las alarmas no nos importaba, eso es en Estados Unidos, aquí eso no llega….

 

Según los expertos el origen de la actual crisis se centra en las hipotecas “subprime” estadounidenses, hipotecas firmadas bajo unos niveles de exigencia mucho menores que los existente en Europa y a causa de las cuales, muchos bancos se vieron “reconvertidos a inmobiliarias” dada la alta tasa de morosidad existente en dichas hipotecas. Pasados los meses, el punto de inflexión lo marcarán el banco Lehman Brothers y la aseguradora AIG, con dos sonados batacazos que harán retumbar los cimientos de la economía mundial.

 

La desconfianza aterriza en el panorama, las bolsas se desploman tanto en Europa como en Estados Unidos. En Estados Unidos comienzan a lanzar ofensivas de planes de rescate, primer intento fallido, segundo intento aceptado pero con reticencias. Los planes de rescate europeos no se hacen esperar, parecía que no necesitaríamos llegar a ellos pero la situación es ya insostenible. En Alemania la cifra del rescate se marca en 470.000 millones de euros, en Francia 360.000 millones, en España se cifra en 100.000 millones de euros los avales de la deuda contraída hasta el final del 2009, pero nos queda una larga travesía por el desierto. A pesar de todas estas medidas, la gente de la calle cada día ve peor la situación, cuantos más planes de rescate, más desconfianza. “Algo irá mal si el Gobierno pone tanto dinero” se comenta en la calle.

 

El ciudadano de base es el que finalmente sale más perjudicado. Los despidos abundan y el paro se llena de gente y de hipotecas, la cultura del ladrillo y el consumismo se desmorona empezando desde abajo, desde el pueblo, aquel al que tanto incitamos a comprar y consumir y ahora está ahogado por las deudas, aquel que…tendrá que pagar la deuda que todos generamos con nuestro afán de ser los más listos y los más guapos de todos.

FRANCISCO PARDO

ALARMA MUNDIAL

Los gobiernos de medio mundo se han lanzado al rescate del sector bancario ante el colapso del sistema financiero internacional. El estado garantizara mediante avales bancarios las líneas de créditos q los bancos tendrán que renovar durante el 2009, ya que dada la desconfianza que existe en el mercado interbancario, nadie esta dispuesto a prestar el dinero a empresa con alto riesgo.

¿Pero quienes son los culpables?

Los bancos centrales manipularon los tipos de interés, situando el precio del dinero a niveles bajísimos durante un largo periodo de tiempo. Durante este tiempo la liquidez se ha materializado a través de la concesión de créditos aun tipo de interés muy bajo. Esto ha llevado a que los empresas, familias y bancos cayeran en varios errores de inversión.

La abundancia de dinero es lo que ha originado las distintas burbujas inmobiliarias, bursátiles y crediticias que ahora están explotando. Ahora el castillo crediticio se derrumba y con el la vivienda, la automoción, la bolsa, y por supuesto la banca.

Esto se traducirá en una intensa recesión y un prolongado estancamiento económico. Ante la crisis de solvencia financiera y no solo de liquidez, los Gobiernos se han lanzado al rescate.

Bush defiende que el departamento del tesoro compre activos de hipotecas a bancos por valor de 700.000 millones de dólares, esta es la apuesta del Bush  para resolver de alguna manera el sistema financiero.Porque de no actuar de forma inmediata puede haber una onda de pánico que provoque la quiebra de más bancos,se hunda la bolsa, haciendo desaparecer los ahorros de millones de norteamericanos y las empresas pueden quedar sin créditos,destruyéndose millones de empleos El gobierno español apoya el plan de rescate de EE.UU., creando su propio plan un fondo 30.000 millones de euros(ampliables a 50.000) que se creara con cargo al tesoro. Dicho fondo se destinara a la compra de activos a entidades financieras y a facilitar así el crédito a empresas y ciudadanos. Además el gobierno garantizara los depósitos bancarios hasta 100.000€ por cuenta y cliente.

El problema añadido a todo esto es que no se esta recuperando la confianza y esto impide recuperar la normalidad.

¿Hasta donde llegara?

Es muy difícil saber cuando se tocará fondo. En  primer lugar porque aún no se sabe bien hasta donde llegó la contaminación con instrumentos financieros respaldados con las “hipotecas subprime”. En segundo lugar porque además del problema financiero original, aparece el factor sicológico de la desconfianza de los ahorristas, mucho más difícil  prevenir, y que seguirá provocando corridas. En tercer lugar porque en la medida que este problema financiero profundice su repercusión en la economía real, básicamente a través de la restricción crediticia para la inversión y el consumo, y a través de la perdida de capacidad de gasto de la población, se irá acentuando la espiral recesiva. En cuarto lugar, porque la interdependencia entre las economías del mundo con la EE.UU., abren un abanico de múltiples consecuencias que se irán retroalimentando.

MIRIAM SÁNCHEZ

SOLUCIONES IMPLANTADAS EN ESPAÑA ANTE LA CRISIS INTERNACIONAL

La historia es la siguiente:

La Reserva Federal de Estados Unidos baja en dos años el precio del dinero del 6.5 % al 1 %. Esto dopa un mercado que empezaba a despegar: el mercado inmobiliario. En 10 años, el precio real de las viviendas se multiplica por dos en Estados Unidos, sucediendo un “efecto contagio” en Europa incrementándose sus efectos en nuestro país.

Durante años, los tipos de interés vigentes en los mercados financieros internacionales han sido excepcionalmente bajos. Esto ha hecho que los Bancos hayan visto que el negocio se les hacía más pequeño, por lo que, daban prestamos a unos intereses muy bajos ocurriendo lo mismo para los depósitos de los clientes.

A alguien, entonces, en América, se le ocurrió que los Bancos tenían que hacer dos cosas: dar préstamos más arriesgados, por los que podrían cobrar más intereses; y compensar el bajo Margen aumentando el número de operaciones

En cuanto a lo primero (créditos más arriesgados), decidieron: ofrecer hipotecas a un tipo de clientes sin ingresos fijos, sin empleo fijo y sin propiedades; cobrarles más intereses, porque había más riesgo;  aprovechar el boom inmobiliario; además, decidieron conceder créditos hipotecarios por un valor superior al valor de la casa y a este tipo de hipotecas, les llamaron “hipotecas subprime”.

Ante esta situación de incertidumbre, el gobierno español plantea una elevación del fondo de garantía para los depósitos de hasta 100.000 por titular y entidad financiera y se creará un fondo de 30.000 millones  ampliable a 50.000 millones para comprar a precios de mercado activos de calidad de las entidades financieras y así intentar restaurar el crédito en España.

Sobre la primera medida de ampliar el fondo de garantía poco hay que decir, entre otras cosas porque no queda otra después de los movimientos de Irlanda, Alemania y Grecia. Obviamente a nadie se le escapa el anuncio tiene un cierto componente de farol, pero es un farol necesario, que da seguridad y que al menos en un primer instante no cuesta un euro al contribuyente.

En cuanto al fondo, hemos de saber que no deja de ser un rescate similar al aprobado por el Congreso de los EEUU, en nuestro caso en particular, lo que hará el Estado, es captar deuda pública por ese importe y prestársela a los bancos a medio o largo plazo a un tipo mayor al que lo haya captado y con garantía plena sobre activos reales. Eso aliviará a los bancos en sus balances y les “obligaría” a prestar dinero a empresas y familias para descongelar la actual situación de “credit crunch”.

SARA MONTERO

miércoles, 29 de octubre de 2008

RESCATE BANCARIO: EVITAR EL COLAPSO DEL SISTEMA FINANCIERO.

Los mercados parecen moverse a través de largos ciclos en los que predomina la ambición, y otros en los que domina el miedo. La ambición se apoderó de los mercados de forma global en los últimos años, y en estos momentos el miedo es el gran protagonista.

El caso más relevante es el de Estados Unidos, en donde este verano se desveló una gran crisis financiera motivada por las hipotecas subprime. Se ofrecieron créditos a personas que tradicionalmente no eran sujetos de crédito, se fue creando un crecimiento artificial, que no sólo se ha detenido sino que está generando una de las mayores crisis financieras de la historia. Ahora quienes recibieron estos créditos no pueden pagarlos, los bancos no pueden recuperar ese dinero y al caer el mercado los miles de casas que se construyeron tampoco pueden venderse y esto es sólo la punta del iceberg.

Para intentar paliar esta situación se llegó a un acuerdo en Estados Unidos para el rescate bancario, el plan tiene como finalidad quitar de las manos de los bancos los créditos no cobrados. El gobierno adquirió la deuda de mala calidad que “intoxica” sus balances (básicamente producto de las hipotecas impagadas). El Tesoro tendrá a su disposición hasta 700.000 millones de dólares.

Se ha creado una ola de protestas ante este plan, los manifestantes reclaman que el Congreso legislativo tome medidas para proteger a los millones de personas que corren riesgo de perder sus casas, al no poder hacer frente al pago de los créditos que tomaron para comprarlas, en lugar de acudir en auxilio de las grandes compañías de inversión responsables por la debacle.

Los Gobiernos europeos también se han puesto en marcha e intentan solucionar la pésima situación del mercado financiero. La Unión Europea aprobó en una cumbre en Bruselas ampliar a los 27 miembros el plan de rescate bancario adoptado por los países de la zona euro ante la crisis financiera. Siguiendo las directrices de este plan, los Estados miembros (encabezados por Reino Unido, Alemania, Francia y España) han anunciado ayudas de casi 2 billones de euros para capitalizar con fondos públicos a los bancos en dificultades y garantizar los préstamos interbancarios.

Los 27 reiterarán su compromiso de seguir tomando las medidas necesarias para reservar la estabilidad del sistema financiero, apoyar a las instituciones financieras importantes, evitar las quiebras y garantizar la protección de los depósitos de los ahorradores. Además aprobarán la puesta en marcha de una “célula de crisis financiera”, formada por la presidencia francesa, el presidente de la Comisión, el presidente del Banco Central Europeo, Trichet, y el del Eurogrupo, Junker, que velará por la buena coordinación de los diferentes actores y propondría en su caso una reacción común.

El plan de rescate de la banca española consiste en que el gobierno español comprará a los bancos deuda de máxima calidad, que en estos momentos es imposible colocar en el mercado, con lo que les proveerá de la liquidez que ahora mismo no consiguen en los mercados mayoristas ni en el interbancario, sino tan solo en las subastas del BCE. Ante esta escasez de liquidez y la necesidad de atender a importantes vencimientos de deuda, los bancos han cortado radicalmente el crédito a empresas y familias. Por lo tanto con este plan se pretende aliviar esta situación y permitir que la banca vuelva a prestar para que la economía salga del estancamiento actual. Pero se habla de que los bancos se van a guardar ese dinero para sanear su balance, no para dar préstamos, en este caso la teórica justificación del plan sería falsa y estaríamos ante un plan de rescate bancario en toda regla.

Algunos expertos opinan que, si lo que se pretende es aumentar el crédito sería mejor que el Tesoro le preste directamente dinero a las empresas y a los ciudadanos. Sería saltarse a la banca, que según ellos no está cumpliendo su papel, y podrían hacerse a través del ICO.

En mi opinión los contundentes planes de rescate puestos en marcha son positivos para evitar el colapso del sistema financiero y conseguir impulsar la actividad financiera pero este es un proceso lento, complicado y no carente de inconvenientes y costes.

El que fuera secretario de Estado de Economía y más recientemente presidente de Lehman Brothers en España, Luis de Guindos lo define muy bien comparando la situación con la de un enfermo que tiene gangrena en una pierna. «Estábamos a punto de morir y nos hemos cortado la pierna», dijo, lo que no significa que la medida no tenga ningún coste. «Ya no vamos a bailar la yenka». De ahí que Guindos augurara una próxima recesión, así como déficit en las cuentas públicas por encima del 3% ya este año.

Para Jaime Requeijo, catedrático de economía aplicada,«es necesario superar la crisis de confianza y lograr que los mercados interbancarios vuelvan a funcionar porque «las inyecciones sólo han resuelto una parte del problema».

MARÍA TEJELO

CRISIS FINANCIERA Y DE CONFIANZA

Los planes de rescate son necesarios para evitar la ruptura del sistema bancario, siendo su objetivo aliviar la crisis financiera.

Iniciativas que han provocado el endeudamiento de los Estados, que se haya vuelto a poner de moda el intervencionismo y que tienen dos relevantes consecuencias:

1ª- Se ha aceptado el intervencionismo del Estado como única solución posible a la crisis.

2ª- Cuanto más intervencionista es el plan de rescate, más euforia se produce en las Bolsas.

Existiendo varios modelos de salvamento, como el británico que inspirado en la estrategia sueca de los 90 para salir de la crisis inmobiliaria, opta por la nacionalización del sistema financiero. Mecanismo que  puede ser una buena inversión para el Estado, que es quien decide que bancos salva e impone las condiciones, mientras que en  Alemania  es el Ministro de Finanzas el que se reserva el derecho a decidir sobre la política de dividendos y la estructura de capital de las entidades que se beneficien de las ayudas.

Por su parte el plan de Bush representa la mayor intervención gubernamental en los mercados financieros estadounidenses desde la Gran Depresión.

Recapitalización que se hará a través de la compra de acciones preferentes, pero sin intervenir el Tesoro en la gestión de los bancos ni tener presencia en sus consejos, debiendo este autorizar los incrementos de dividendos.

En España, el plan del Gobierno asegura el acceso a la liquidez a largo plazo adquiriendo activos de muy alta calidad y garantizando emisiones de entidades financieras en los mercados de capitales a medio y largo plazo. Plan centrado en recuperar la liquidez del sistema y dar confianza y no en subsidiar entidades con problemas, para que el sistema financiero siga prestando a familias y empresas y la economía siga funcionando.

Pero esta es también una crisis de confianza, porque sin confianza no hay crédito y sin crédito ni confianza, el sistema capitalista muere y la economía de mercado deviene en  trueque sin generar crecimiento ni prosperidad.

Perdida de confianza que ha provocado la desaparición del crédito de los bancos a particulares y empresas y también entre los bancos entre si, bancos que no se fían de nadie y que ha llevado al colapso del mercado interbancario.

Estándose por tanto ante un problema de liquidez y también de solvencia, motivo por el cual el éxito del rescate no esta garantizado.

 

Otra cuestión es, si el rescate llegara al resto de la economía porque las crisis financieras se convierten rápidamente en crisis económicas, y nadie suele salir al rescate de fabricas y sus trabajadores, pudiendo las deudas de miles de empleados y familias acabar por derrumbar el sistema financiero que se quiere salvar.

Medidas que aliviaran la crisis financiera pero que no serán suficientes para estabilizar los mercados, por no poder corregir los excesos de la ultima década en la que el sector inmobiliario y las entidades que lo financiaron ganaron mucho dinero, mientras que los ciudadanos gastaban por encima de sus posibilidades gracias a unos tipos de interés bajo mínimos.

Fallando los controles porque nadie quiso reconocer que había una excesiva acumulación de riesgo.

Aversión al riesgo que lo paraliza todo

REBECCA T. VILARIÑO

Diversas medidas para combatir la crisis mundial

Nos encontramos ante una crisis que parece ser de una amplitud sin precedentes, pudiendo incluso dejar muy atrás al Crack del 29 que protagonizó en el año 1929 la mayor crisis económica a la que se ha enfrentado el sistema capitalista. Pero tenemos que ver si la crisis que estamos viviendo ahora, y que aún nos tocará vivir en una mayor escala por el viejo continente (aunque ya se deja notar, pero no al nivel todavía de los Estados Unidos) y, específicamente en España, supera de forma extraordinaria a la de ese año, a la Gran Depresión, como también se le llamó.

En esta situación en la que nos encontramos, de la cual no paramos de escuchar en todos los medios: radio, televisión, prensa... e incluso en la calle, que ya nos estamos todos “contagiando” de esa desconfianza y pánico, el cual se puede “respirar” por casi todo el mundo y que los medios nos dejan ver, alarmándonos aún más, los diferentes países en diferentes agrupaciones se reúnen para tratar este tema y poder así paliar en la medida de lo posible las graves consecuencias que pueden seguir produciéndose e incluso agravándose de forma sensible si no se pone remedio.

Es por ello, que a nivel europeo, se reunieron los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete para elaborar un plan de rescate bancario, que supone apoyos de casi 2 billones de euros para capitalizar con fondos públicos a los bancos en dificultades y garantizar los préstamos interbancarios. Quieren tomar medidas para restablecer el funcionamiento de los mercados y creen en la necesidad de una reforma en profundidad del sistema financiero mundial. Además, pretenden mostrar una imagen de unidad frente a las turbulencias financieras.

Los miembros del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), por su parte, también se reunirán para discutir sobre la actual crisis financiera mundial. Entre esos países está Brasil, que fue el encargado de citar a los ministros de Hacienda y presidentes de los Bancos Centrales del MERCOSUR con el propósito de que se realice esa reunión. Es imprescindible que los países emergentes también opinen sobre lo que está sucediendo en la economía mundial.

Los países asiáticos, en el marco de ASEAN (Asociaciones de Naciones del Sureste Asiático) establecerán un fondo de reserva para ayuda financiera contra la crisis. En concreto se tratarán de 80.000 millones de dólares y los países que establecerán ese fondo serán China, Japón y Corea del Sur.

Y, como era de esperar, se celebrará una cumbre de los líderes mundiales para también debatir sobre la crisis financiera internacional: sus causas, evaluar la marcha de lo hecho para afrontarla y comenzar a desarrollar nuevas respuestas globales. Se realizará el 15 de noviembre en Washington. Esta convocatoria se limita a los socios del G-20, un grupo creado en 1999 tras la crisis de los mercados asiáticos, que agrupa a los miembros del G-8 con las llamadas economías emergentes, entre ellos Brasil. Además de todos ellos, estarán en Washington los responsables de la ONU, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Fondo de Estabilidad Financiera.

En esta cumbre internacional, España no ha sido invitada, aunque nuestro presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, no se dará por vencido hasta que no se cursen las invitaciones. Alegan que forman parte de ella los principales países e instituciones afectadas por la crisis financiera. Y sí, no somos de los más afectados (por ahora) y es de agradecer, pero, ¿debemos de quedarnos fuera? ¿No “merecemos” participar en ella?

Se están manteniendo intensas gestiones diplomáticas a todos los niveles para hacer valer los derechos de nuestro país. La elección de los invitados parece ser que correspondía al “anfitrión estadounidense”. Sin embargo, sea por error de apreciación o porque nadie quiere asumir la responsabilidad, el Gobierno español no cree que la decisión corresponda exclusivamente a la Casa Blanca, ya que consideran que la cumbre se convoca de común acuerdo entre EE UU y la UE.

Como puede verse, se están realizando diversas reuniones, además de establecerse fondos de reserva e inyectando liquidez, como ha hecho el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y la Reserva Federal (Fed). Diversas medidas para intentar solucionar esta situación. Y en lo que respeta a España habrá que esperar para saber si formará parte o no de la cumbre mundial.

LETICIA VÁZQUEZ.

¿Y tú? ¿Te nacionalizas o te fusionas?

Está bien podría ser la pregunta de moda entre los dirigentes de las distintas entidades financieras a nivel internacional, pero empecemos con la raíz del problema.

Durante años, las entidades financieras norteamericanas concedieron hipotecas a un ritmo frenético, centrándose en el volumen de emisión de las mismas, sin importar a quien se les prestaba este dinero, los destinatarios de algunas de ellas fueron los archiconocidos NINJAs (No Income, No Job or Assets), es decir, como se dice en mi pueblo, gente que no tenían un can. Estas hipotecas de alto riesgo se troceaban, repartían y transformaban, para luego empaquetarse en productos con riesgo aparentemente bajo con elevada rentabilidad, distribuyéndose por todo el mundo. Hasta aquí todo bien, el problema surge cuando cae el precio de la vivienda y aumenta el tipo de interés, nacen las hipotecas subprime.

Se genera entonces, un clima de pánico entre las entidades financieras y se empieza a desconfiar de los posibles balances contaminados con activos tóxicos, en consecuencia no se prestarán  dinero provocando un colapso financiero. Como si de la peste bubónica se tratase, esta crisis financiera en un espacio temporal verdaderamente corto, arrasó por completo Estados Unidos, salto el charco a Europa y ahora continúa hacia Asia. La lista de víctimas es impresionante:

 

Freddie Mac y Fannie Mae bajo tutela del tesoro estadounidense, bancarrota de Lehman Brothers, mientras su rival Merrill Lynch es vendido al Bank of América, Morgan Stanley tampoco se salva y busca socio, se nacionaliza AIG (American Internacional Group) importante aseguradora americana, quiebra Washington Mutual, mientras Wells Fargo y Citigroup juegan a tomar el control sobre Wachovia (cuarto banco más importante de Estados Unidos),…

Pero en Europa la situación no es mejor. En el Reino Unido se nacionaliza Northen Rock primero y Bradford and Bingley después a costa del dinero del contribuyente, al estilo americano, más tarde Lloyd TSB compra a su rival HBOS. En el Benelux, Fortis es también nacionalizado  parcialmente por Bélgica, Holanda y Luxemburgo, al igual que el banco franco-belga Dexia. También se ha anunciado, que ING se llevará la mitad de los fondos que La Haya habría puesto en disposición de las entidades financieras del país. En Islandia la situación está en alerta máxima, sen han nacionalizado los bancos Glitnir y Landsbanki a costa de dinero prestado proveniente de Rusia. En Alemania el Hypo Real Estate (segundo banco hipotecario del país) y el Bayern LB se encuentran en apuros. En Suiza se habla de problemas en los dos principales bancos del país el UBS y Credit Suisse,… 

Con este desolante panorama, EEUU consciente de la presente crisis financiera mundial, elaboró y adoptó no sin alguna duda inicial, un Plan De Rescate Bancario, modelo que a grandes rasgos han adoptado los países europeos.

Básicamente el trasfondo de los distintos planes de rescate bancario adoptados por los distintos países, pasa por inyectar una importante cantidad de dinero en las perjudicadas arcas de las entidades financieras infectadas, para el rescate de inversiones con problemas. Luego pondrían en marcha una serie de medidas como, evitar retribuciones excesivas de los altos directivos de estas entidades quebradas, aumentar las garantías federales de los depósitos, llevar a cabo deducciones fiscales a empresas y promover la energía alternativa. Se ve necesaria una acción coordinada entre el BCE y la reserva federal estadounidense en forma de recortes de tipos, para intentar poner cota a esta debacle económica. Todo esto con la carga moral que supone, si el salvar estas entidades financieras constituye o no “ayudas” ilegales de Estado incompatibles con la legislación sobre libre mercado.

Nos encontramos pues, ante una situación actual al borde de la recesión económica, con las bolsas mundiales en una montaña rusa de pérdidas históricas, con un aumento del paro y la morosidad, con el índice de inflación armonizado de la euro zona ha caído dos meses consecutivos, con un euribor en máximos históricos aunque en caída.

El caso español es algo distinto, goza de un buen sistema financiero debido a los exigentes niveles de solvencia que obliga el Banco de España, esta es su mejor defensa ante esta crisis, pero el frenazo en seco de la economía va a afectar a su actividad proveyéndose perdidas importantes y posibles fusiones y reestructuraciones. Cito textualmente a Miguel Fernández Ordóñez gobernador del Banco de España: “han caído cinco alemanas, cuatro danesas, cinco británicas, una belga, media francesa, y no se ha venido abajo ninguna nacional porque su negocio es distinto y porque, pese a todo, siempre es mejor invertir en ladrillo que en bonos de Lehman Brothers”. No hace mucho leí en la prensa un comentario cuanto menos gracioso, sobre  el pánico generado con esta situación y puedo afirmar que, sin lugar a dudas, “España is different”,  decía algo así como: “ayer estábamos hipotecados hasta las cejas pero hoy tememos por nuestros ahorros”.

En mi opinión existe la necesidad inmediata de ofrecer estabilidad y confianza en los mercados financieros, se debe reforzar el control sobre los bancos, exigir una mayor transparencia en sus actividades, para que los balances reflejen realmente el peso de las inversiones de alto riesgo, que las pymes tengan acceso a prestamos y sobre todo, una mayor unidad entre los líderes europeos para afrontar la crisis de una forma coordinada.

ALBERTO PILLADO


lunes, 27 de octubre de 2008

La crisis financiera, ¿un Titanic de la economía global?

La parábola del hundimiento del Titanic refleja muy bien nuestra época: arrogancia, improvisación, imprevisión. En suma, la soberbia humana envuelta y transportada en un aparato grandilocuente y estrellada sin esperanza contra un iceberg, en nuestro caso  el financiero, que es uno más de los muchos que nos acechan.
En síntesis, son muchos los expertos a través de sus tribunas los que nos ofrecen  un diagnóstico de nuestra situación actual: "la desenfrenada especulación monetaria, las imparables ganancias y las acciones desvergonzadamente sobrevaluadas". Pero esto no es todo, siguiendo con la parábola del  titanic podemos establecer la siguiente relación:
"El Titanic somos nosotros, nuestra sociedad triunfalista, autocomplaciente, ciega, hipócrita, despiadada con los pobres.Todos suponemos que hay un iceberg esperándonos, oculto en alguna parte del brumoso futuro, contra el que chocaremos, para después irnos a pique”. El barco más grande del mundo (y supuestamente más completo y lujoso) tenía imperfectos compartimentos estancos, insuficiente cantidad de botes salvavidas y una rueda de cabillas del timón demasiado pequeña para maniobrar ágilmente. Y, por último, el comandante y sus oficiales estaban demasiado confiados en la potencia y capacidad de la nave y decidieron tarde y mal. 
A semejanza del Titanic, algo así nos ha pasado en esta crisis, no sólo no contamos con los mecanismos parapredecir y prevenir, sino que los medios para actuar con rapidez son imperfectos e insuficientes. Pero además las decisiones han sido, sin duda, vacilantes.
Esto nos lleva a una primera reflexión: hay que revisar nuestros modelos y prácticas de gestión a fin dedesaprender y reaprender los mecanismos de anticipación estratégica y de manejo de crisis. Todo un desafío, porque ésta no es la primera burbuja que estalla en los últimos quince años, por lo que no podemos aducir sorpresa o novedad.
Pero lo peor está por venir, estamos ante una turbulencia financiera que nos tiene ocupados desde hace un año y todavía no vemos el final del túnel. El problema es que nadie sabe realmente cuántas hipotecas basura existen en el mundo, eso no lo sabe nadie, porque uno de los problemas fue que diversas entidades bancarias negociaron estas hipotecas, no sólo estadounidenses sino de otros países europeos y asiático. . La confianza es la clave de este proceso y cuesta mucho recuperar esta confianza, lo vemos muy claramente en los mercados intercambiarios, en los créditos que deberían darse los bancos entre sí en tiempos normales, pero que ahora no lo hacen porque no se fía uno del otro, incluso atesoran la propia liquidez porque nadie sabe si le tocará mañana.
Estamos en un mundo globalizado y los mercados financieros son posiblemente los más globalizados en todo el acontecer económico. Es muy difícil para otras regiones, Europa, o Centro y Sudamérica, poder inmunizarse frente a lo que está ocurriendo en Estados Unidos y si ahí los agentes financieros han perdido la confianza entre sí, pues esto se traslada también a otros agentes financieros que operan en otras regiones. No queremos buscar culpables pero lo que si está claro es que tenemos varios orígenes de esta crisis y lo más importante es que no son fallos del mercado, como dicen algunos políticos, sino que nos encontramos ante problemas que en última instancia los ha provocado el propio Estado. Me explico: en los últimos años el gobierno estadounidense desde tiempos de Clinton y luego Bush ha tenido una política decidida de promover la construcción de viviendas para personas con salarios bajos. En primer lugar nos encontramos con errores de predicción, observamos una gran falta de previsibilidad estratégica de bancos, empresas y, sobre todo, de las autoridades financieras tenemos aplicaciones complejas y costosas de IT, modelos estratégicos sofisticados, asistidos por consultores de gran porte. Pero, en realidad, como en el Titanic, no estábamos preparados para prevenir la contingencia y enfrentarla. En segundo lugar, debemos analizar la actitud de las evaluadoras de riesgo los bancos colocadores. Estas instituciones han jugado el papel limpio pues se suponía que debían asegurar la calidad de los papeles en juego. Sin embargo, esto no ocurrió. Así, su falta de responsabilidad profesional ha quedado en evidencia y exige un reordenamiento y un control estricto de sus actividades. Otro tanto se aplica a las entidades financieras involucradas. No se puede cometer la ingenuidad de creer que la crisis se resuelve con la quiebra de algunos fondos hipotecarios. No obstante, lo que está claro es que se trata de una crisis compleja, que aún está en proceso, que no sabemos como concluirá y cuales serán sus costos financieros y humanos finales.
Pero también es cierto que la comunidad toda espera una respuesta de sus dirigentes, respuesta que no es sólo financiera y reglamentaria, sino que también es moral, pues la responsabilidad de los que dirigen es insoslayable en cuanto a las consecuencias de sus acciones.Las medidas que se adopten no serán un regalo para los bancos afectados, las inyecciones de capital no serán un regalo, sino que, como contrapartida, deberán aceptar directivas del Estado en sus negocios y toma de decisiones. Ello no es otra cosa que una nacionalización, si bien parcial y por un tiempo limitado. Además, cuando a los bancos les vaya mejor, tendrán que reembolsar lo que el Estado haya aportado.
DIGNA Mª CARRASCO

¿Son suficientes estas medidas?

En las últimas semanas, tanto el gobierno de Estados Unidos como la Eurozona parece que se han decidido por coordinar un plan de rescate del sistema financiero. Por un lado, garantizando temporalmente su deuda y sobre todo garantizando el funcionamiento del sector bancario, lo que supone un gran paso en el restablecimiento de la confianza del sistema financiero, base de la economía internacional.

         La volatilidad sigue siendo la tónica relevante pero los esfuerzos realizados empiezan a obtener sus frutos; por una parte, la reacción alcista de las bolsas estabiliza el sector financiero y por otra, el mayor recorte del Euribor a tres meses desde 2003 permite cierta relajación en el mercado interbancario.

         Europa reaccionó a la crisis con contundencia, cada país diseñando sus propias soluciones pero siguiendo las líneas generales del plan británico. En conjunto, los estados europeos destinarán más de 1.8 billones de euros para esta causa, más de tres veces lo que Estados Unidos ha dispuesto para rescatar a su sector financiero.

         El gobierno español, siguiendo las directrices del eurogrupo, aprobó un decreto mediante el que garantizará avales a las entidades financieras por un valor máximo de 100.000 millones de euros para 2008, por otro lado, también se autoriza al Tesoro a adquirir títulos de entidades por si fuera necesario una recapitalización. Estas iniciativas se suman a las ya acordadas anteriormente en las que se elevó la garantía de depósitos hasta 100.000 euros y se creó un fondo de hasta 50.000 millones con cargo a la deuda pública para adquirir activos de calidad de bancos y de esta forma añadir liquidez al mercado.

         ¿Son suficientes estas medidas? ¿Cuáles van a ser los efectos sobre la economía real española?

         Es necesario realizar un pequeño análisis de la situación crediticia.

         En España se produce una coincidencia desde mediados de 2007 de la crisis hipotecaria estadounidense con el desplome del sector inmobiliario causado por la especulación (peso aproximado del 18% del PIB). España está mucho mejor resguardada que Estados Unidos porque el sistema financiero español, basado sobre todo en la banca comercial tradicional, aparece como bien capitalizado, regulado y eficiente. Aún así, como el resto del mundo, se nota esta crisis al tener más dificultades para conseguir liquidez. Lo que se traduce en menos préstamos a empresas y hogares.

         A la crisis crediticia se une la inflación, con un diferencial de precios de algo más de un punto porcentual respecto a Europa; la política de tipo de interés aplicada por el BCE en su lucha contra la inflación se ha notado tanto en las duras condiciones crediticias como en la subida de las hipotecas sujetas al Euribor.

         Ante estas variables, la renta disponible de los hogares ha mermado, esto ha provocado el hundimiento del consumo, lo que supone a su vez el desplome de la economía española y con ello la pérdida de miles de empresas y expectativas de que la tasa de paro se incremente hasta alcanzar un 14.5%, sobre todo por los sectores de construcción y automoción.

         Así las tasas de morosidad de bancos y cajas de ahorro aumentan con fuerza en los últimos meses y en un ciclo continuo provoca mayor dificultad para acceder a créditos y especulaciones de que se produzcan en España fusiones y reestructuraciones bancarias (especialmente entre cajas pequeñas o medianas) o rescates de activos de alguna caja por parte de algún banco.

         En consecuencia, las medidas serán suficientes siempre que el plan de rescate bancario ayude a solucionar los problemas del crédito, es por tanto completamente necesario que las inyecciones masivas de liquidez  se hagan con la mayor transparencia y con garantías de que llegue a las familias y pymes.

         De momento, organizaciones como la OCDE, el FMI o el BCE coinciden en que el próximo año será peor que el actual, aunque esperan cierta recuperación a finales del segundo semestre.

         Habrá que esperar acontecimientos…

 

PEDRO VIDAL

viernes, 24 de octubre de 2008

HACIA UN NUEVO ORDEN FINANCIERO.

 Al calor de la enorme expansión del sector inmobiliario se generó una masiva oferta de hipotecas, de las cuales casi una quinta parte se concedieron a familias que apenas  tenían las rentas justas para pagarlas cuando los tipos de interés estaban muy bajos. Al incrementarse los tipos  las hipotecas se fueron encareciendo y comenzaron a darse impagados, con ello comienza la crisis de las “hipotecas suprime.”

 

Esto afecta inmediatamente a los bancos que habían concedido estas hipotecas, pero dado lo que normalmente hacen con los títulos, la crisis se extendió, abriendo paso a la  crisis financiera.

 

Lo que sucede es que los bancos que conceden estas hipotecas venden, a su vez, los títulos hipotecarios en los mercados financieros. Esta es la forma en que los bancos convierten el endeudamiento familiar en un impresionante negocio porque no sólo van a recibir el dinero que prestaron más los intereses sino que, además, obtienen beneficios negociando los títulos de crédito.

 

En mi opinión es de gran importancia destacar que los bancos centrales han sido uno de los principales factores responsables de la crisis hipotecaria y financiera que estamos viviendo;  “las suprime” fue la gota que colmó el vaso, pero…¿a quién corresponde la labor de vigilar la situación del negocio bancario, la de advertir del riesgo y prevenir sus consecuencias?

 

 Los bancos centrales, que son quienes disponen de la mejor información sobre esa realidad y quienes sabían bien el problema real que se estaba generando, han venido callando y consintiendo que la banca actúe con plena libertad y con indeferencia ante el sufrimiento económico que los bancos imponen a millones de familias.

Todos sabemos que el sector financiero es un oligopolio, en el que se cometen todo tipo de excesos a  la hora de competir, pero los Bancos Centrales deben supervisar y controlar los posibles riesgos.

Dada esta situación de crisis, los Gobiernos de medio mundo se han lanzado al rescate del sector bancario ante el colapso del sistema financiero internacional. El Estado garantizará mediante avales públicos las líneas de crédito que los bancos tendrán que renovar a lo largo de 2009 ya que, dada la desconfianza que existe en el mercado interbancario desde hace meses, nadie está dispuesto a prestar dinero a empresas cuya solvencia está en riesgo.

El primer gobierno en actuar, los EEUU, con un programa cuyo coste asciende a 700.000 millones de dólares para rescatar a entidades financieras, propuesto por el Tesoro y adoptado  por el Senado. En paralelo a esta medida surgen las criticas de los activistas:  "Queremos que las personas que causaron este problema y lucraron con él paguen por eso", argumentan que el plan de rescate es un regalo a los banqueros e injusto con los ciudadanos comunes, y sin dudarlo esto es cierto, los contribuyentes asumirán las malas inversiones crediticias efectuadas por la banca al calor de la expansión crediticia desarrollada durante los últimos 15 años.

 

Detrás de EEUU, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete ratificaron  el plan de rescate bancario aprobado  por los quince países del Eurogrupo, y que supone apoyos de casi 2 billones de euros para capitalizar con fondos públicos a los bancos en dificultades y garantizar los préstamos interbancarios.

En el caso español, el Congreso convalidó  por abrumadora mayoría los dos decretos de rescate bancario, por lo que no habrá que tramitarlos como proyecto de ley y podrán ponerse en marcha cuanto antes. Como aseguró Zapatero, los activos de “máxima calidad” se empezarán a adquirir ya en noviembre, pero aclaró que el fondo primará la adquisición de activos respaldados por nuevos créditos, es decir, los concedidos después del 7 de octubre. El objetivo de esta medida, dijo, es “impulsar la actividad económica y la creación de empleo”.

Respecto a la autorización al Gobierno para adquirir títulos de entidades para subsanar problemas de solvencia, en mi opinión el plan plantea algunas dudas: llama la atención la discrecionalidad en la redacción, sin límites de cantidades, ni precisión sobre los controles que eviten determinaciones políticas, ni exigencia de responsabilidades a los gestores.

Concluimos que la abundancia  de dinero es lo que ha originado las distintas burbujas, inmobiliarias, bursátiles y crediticias, que ahora están explotando a nuestro alrededor. Pero el mercado impone su ley, ya que la elevada rentabilidad que ofrecían ciertos negocios tan sólo era posible bajo el paraguas de la laxa política monetaria aplicada por los reguladores financieros.

Ahora todo se derrumba, y llegamos al actual crack, como consecuencia un brusco ajuste, que se traducirá en una intensa recesión; ahora bien, ya tenemos plan de rescate bancario, pero… ¿el plan de rescate a las familias?

MARIA GARCÍA

LA CONFIANZA EN LOS MEDIOS

    En las últimas semanas nos hemos cansado de escuchar en los distintos “telediarios” y de leer en prensa cifras astronómicas que los gobiernos mundiales inyectaban o deberían suministrar a sus respectivas redes bancarias para evitar su colapso. Y esto- sumado, evidentemente, a la pésima auto-gestión de las entidades financieras y a la ausencia de un control gubernativo
eficiente- ha causado una expansión desbocada de la desconfianza en los sistemas bancarios que, ahora sí, traerá consigo una crisis global en nuestra economía.

A todos nos han preguntado últimamente: “¿…y tú crees que en mi caja tengo mis ahorros seguros?”;  “ …esto no es tan será como dicen, ¿verdad?”; “ …y si mi banco quiebra ¿a quien tengo que pagarle la  hipoteca?”.
Los distintos medios según el color de su logo han pedido con la mayor de las vehemencias actos de responsabilidad política a gobierno y oposición respectivamente para afrontar esta coyuntura financiera. Quizá una medida  eficaz contra la “CRISIS” (desde luego una medida mucho menos costosa en términos económicos) seria que oposición y gobierno pidiesen esta misma responsabilidad –con la vehemencia propia de quien tiene la posibilidad de
sancionar-  a los medios que, en aras de aumentar sus ingresos, han propagado una idea interesada de caos general.  Imagen que no es que fuese falsa; desde luego sí anticipada, extralimitada e irresponsable; con la que han sido partícipes directos en la consolidación de uno de los pilares fundamentales de la situación económica mundial, la falta de confianza de los inversores con pequeños y medianos capitales, provocando de esta forma daños  enormes en los balances de las entidades financieras. Ni en la mejor época de la mejor economía ningún Banco, Caja o entidad de crédito o inversión  por solvente  que fuese podría soportar una fuga masiva de fondos.

         Es aquí donde las diversas ayudas estatales a las entidades financieras privadas cobran sentido. Su virtualidad práctica no es simple y directamente favorecer su financiación o aumentar la solvencia de los banco permitiéndoles afrontar pérdidas,  sino también, y de forma basal, recuperar la confianza de los agentes en el propio sistema financiero, puesto que una sensación generalizada de seguridad traería aparejada una rehabilitación de la economía. El ejemplo más claro y próximo es el caso del banco holandés ING que después de que el gobierno de su país anunciase la inyección de 10.000 millones de Euros se recuperó el pasado lunes nada menos que un 29 % en la Bolsa de Amsterdam.

         Sin embargo, a pesar de esta pérdida de confianza y como ha dicho Martin Taylor, ex directivo de Barclays “Si, la gente volverá a la banca tradicional, hasta que se olvide de lo que ha ocurrido.”

JOSÉ RAMÓN BAÑA

miércoles, 22 de octubre de 2008

Habemus PLAN……

Los rescates bancarios están de moda y nosotros no podíamos ser menos. A lo largo del globo, los diversos Gobiernos se han ido haciendo eco de la tendencia y se han lanzado al rescate de los bancos ante el fallo del sistema financiero internacional.

Cual “maestrillo con su librillo” el Estado Español justificará su intervención a través de avales públicos, que usará como instrumentos para garantizar las líneas de crédito que los bancos tendrán que renovar a lo largo de 2009 ya que nadie arriesga a prestar a agentes de dudosa solvencia.

Por otro lado, si una entidad necesita urgentemente capital para sanear sus desastrosos balances, los Gobiernos podrán comprar acciones de esas entidades con la consecuente inyección de capital. Es decir, que con las burbujas tanto bursátil como inmobiliaria los bancos se han lucrado obteniendo balances positivos a costa de los contribuyentes (que se han visto fuertemente endeudados), y ahora que “la avaricia a ha roto el saco” este lo van a “coser” también los contribuyentes. El sistema capitalista hace negocios tanto con las "burbujas" como con las "crisis".  La panacea OIGA!

Vamos a echar mano de la virtud más grande que tiene el ser humano….bueno, la segunda más grande (la primera es meter la pata): Buscar Culpables; porque ¿¡alguien tendrá la culpa de esto!? SI, los Bancos Centrales. Liderados por la FED y el BCE manejaron el precio del dinero y lo llevaron a niveles ridículos del 2%. Se ha generado tal aguacero de liquidez que el agregado M3 se ha ido incrementando en un 10% anual en los últimos años.

Este torrente de dinero generado ha sido el responsable de las distintas burbujas, bursátiles, crediticias e inmobiliarias y que ahora como pompas de jabón hacen “poop”. Este suceso muestra que ciertos negocios solo son rentables cuando se dan circunstancias de tipos bajos. Y a todo esto…¿no era objeto principal de los bancos centrales el control de los precios? ¿Qué ha pasado con la inflación? Pues que, a sabiendas o no de los bancos centrales, se ha materializado en ciertos activos concretos, como los inmuebles o los títulos hipotecarios respaldados por estos.

Ahora se está dando un derrumbe crediticio, un brusco ajuste en pago por los excesos. Y es que el mercado impone su ley. Tras ello vendrá una intensa recesión y un más que seguro y prolongado estancamiento económico.

Otra pregunta que se nos plantea es, ¿debemos cuestionarnos la existencia de instituciones como la FED o el BCE? Ellos han sido los culpables del problema y han fracasado en su intento por solucionarlo ya que el problema no estaba en la falta de liquidez. Ahora pasan el testigo a los Gobiernos que en definitiva somos los contribuyentes.

Los Gobiernos se han lanzado al rescate, primero de las entidades en quiebra y ahora del sistema en su conjunto, trasladando al contribuyente el riesgo asumido por agentes que no han sabido hacer bien su labor.

En general, el costo billonario del super-rescate (que pagará la población a través de los impuestos) potencia el proceso de crisis estructural por el que atraviesan las economías centrales de EEUU y la Unión Europea.

La mayoría de los analistas proyectan un agravamiento de la presión fiscal y un recorte de planes y beneficios sociales como el problema más inmediato del mega-salvataje estatal a la banca en quiebra que incian EEUU y la UE. Ello incidirá en una mayor suba de precios y recorte del consumo (ya desatados), que se sumarán a los estragos de la crisis crediticia para potenciar el proceso inflacionario y recesivo en que se encuentran las economías de Europa y de EEUU.

En este “mundo global” en el que vivimos la deuda estatal y las divisas nacionales también cotizan en los mercados y su calidad depende de la confianza de los inversores por la situación económica del país, la salud y equilibrio de sus cuentas…¿Le apetece apostar? ¿Cuántos Estados cree que se salvaran de la bancarrota? Islandia ya ha caído y ha decretado un corralito, Hungría ha solicitado un crédito urgente al FMI,...y aparecen serias dudas sobre Argentina y Rumanía.

Por cierto “corralito” ¿suena no? Finalizo este artículo citando un par de párrafos que me han llamado la atención en cuando su concepto:

El corralito desde el punto de vista de un argentino: "yo metí mi plata en un sitio que creí seguro, y me dicen que ahí está y que sigue siendo mía, pero me encuentro con que ha perdido una enorme porción de su valor (lo han devaluado) y encima no me dejan sacarlo de ahí".

El corralito desde el punto de vista de un españolito medio que se creyó que era más rico cada día porque su piso subía de precio: "yo me hipotequé hasta las cejas (50 kilos) en lo que es un valor seguro, porque los pisos nunca bajan, ahora ya pueden decir lo que quieran, que yo me niego a venderlo por menos de 70 kilos, porque yo lo valgo".

¿Tendremos ya corralito en España?

 

FELIPE ABAD ABAD

“El dinero es como un brazo o una pierna: si no lo usas, se atrofia y se pierde” Henry Ford

martes, 21 de octubre de 2008

POLÉMICO PLAN DE RESCATE.

La polémica surge en los últimos días como consecuencia de las políticas de rescate financiero llevadas a cabo de manera conjunta por todos los gobiernos de los países desarrollados. 

Algunos contribuyentes se preguntan porque el Plan Paulson (una gran política de rescate financiero llevada a cabo desde la sede de un gobierno liberal) debería servir como válvula de escape para salvar a todos aquellos que apoyaron y animaron durante décadas  la desregulación de los mercados financieros, la liberalización económica total y el no intervencionismo de los mercados por parte de las autoridades gubernamentales. Estas empresas y organizaciones financieras han dedicado gran parte de su tiempo y una parte no menos importante de sus recursos a la creación de activos financieros inmateriales, activos ficticios que son difícilmente valorables cuando la burbuja especulativa explota.

            ¿Es justo intervenir con dinero público, de todos los contribuyentes, para reflotar y sacar de la quiebra económica absoluta a empresas como Lehman Brothers, Morgan Stanley o AIG? Todas ellas son un claro ejemplo de la falta de Responsabilidad Social Corporativa dentro de los grandes grupos empresariales y financieros. La reciente situación económica pone en duda la actuación de los directivos de estas compañías y su falta de escrúpulos financieros. La pujante situación económica de los últimos años y la creencia de que el mercado inmobiliario crecería indefinidamente llevó a estos directivos a la concesión de hipotecas de alto riesgo a personas poco solventes económicamente, con ingresos inestables y rentas futuras dudosas para hacer frente a sus obligaciones. Lo realmente negligente de esta situación fue titularizar esas hipotecas y colocarlas entre inversores institucionales de todo el mundo camuflados dentro de productos financieros sofisticados. Con esto se generó un círculo vicioso ya que, la creciente demanda de estos títulos provocó la necesidad de conceder más hipotecas y nada se paró hasta que la burbuja inmobiliaria estalló y los precios de los inmuebles dejaron de crecer.

            Pese a que en la actualidad estos activos financieros se han revelado como de elevado riesgo en su momento algunas empresas de calificación de rating, cuyo actividad profesional es dedicarse a informar a los agentes económicos del nivel de riesgo de los activos financieros, pudieran otorgarles incluso calificaciones de “triple A”. Es cuestionable el tipo de análisis realizado sobre los mismos cuando muchos estudios determinaban una reducción en el crecimiento del mercado inmobiliario que supone en última instancia el aval principal de todas estas operaciones.

            Mi pregunta es: ¿existió o no negligencia por parte de estos directivos en el cumplimiento de sus funciones? Desde mi punto de vista la respuesta es evidente pero a pesar de ello, todas las medidas de rescate llevadas a cabo son necesarias. Es necesario el Plan Paulson, la nacionalización de los principales bancos británicos, generar liquidez en los mercados, incrementar los fondos de garantía de depósitos, etc. Todas estas respuestas de los gobiernos son útiles porque es necesario devolver la confianza a los inversores del sistema financiero. Porque la falta de confianza genera desinversión ya que los agentes económicos no son capaces de distinguir la buena y la mala información dentro de los mercados. La desinversión y el colapso del mercado financiero trae consigo elevados costes sociales y eso es algo que los gobiernos no se pueden permitir.

            Ahora cabe esperar que las medidas llevadas a cabo comiencen a dar sus frutos, porque reestablecer la confianza en los mercados y en las entidades es un proceso largo  que requiere un período continuado exento de sobresaltos. De ahí que pese a las inyecciones de liquidez y la reducción de tipos realizados por el BCE y la Reserva Federal Americana, el Euríbor no haya descendido todo lo previsto, el mercado interbancario se seca y los impagos pueden verse incrementados puesto que el Euríbor es el principal índice de referencia tanto para hipotecas como para otro tipo de préstamos en Europa. Las entidades financieras siguen sin confiar las unas en las otras y esto hace que sean necesarias más que nunca las inyecciones de liquidez que permitan generar esa confianza tan necesaria en el mercado interbancario.

            Los proyectos de urgencia son necesarios pero a medio y largo plazo hay que analizar la necesidad de una mayor regulación de los mercados y la creación de organismos de supervisión eficaces, puesto que, las medidas existentes hasta el momento se han mostrado claramente ineficaces para prevenir este tipo de situaciones. De nada servirán las medidas actuales de los gobiernos si no se buscan artificios que permitan un mayor control de los mercados en el futuro para evitar crisis tan profundas como la actual. Y para conseguir una mayor responsabilidad de los dirigentes financieros a la hora de tomar decisiones que puedan afectar gravemente a los mercados. Consiguiendo que todas sus malas gestiones tengan consecuencias negativas para sí mismos consiguiendo que respondan ante la ley por sus actuaciones.

 

Mª ESTHER GALLARDO TRILLO

lunes, 20 de octubre de 2008

EL RESCATE BANCARIO, ALGO MÁS QUE MEDIDAS ECONÓMICAS

Los distintos procedimientos de rescate bancario adoptados por los diferentes países  son sólo una primera solución al problema, tratando con ello de evitar males mayores. Lo que ocurre es que el colapso del actual sistema financiero global nos ha llevado a descubrir que el problema es grave y que su solución no pasa únicamente porque los Estados inyecten ingentes cantidades de dinero en el sistema.

En un primer momento lo más importante es tratar de frenar la situación y sus consecuencias. Por ello se ha tratado con estas intervenciones estatales de evitar grandes quiebras bancarias. La vital importancia de los bancos en todos los ámbitos de la vida de las personas les hace gozar de una posición privilegiada respecto de otras empresas privadas, todo gira en torno a ellos, por lo que cualquier desequilibrio o problema que tengan puede ser de consecuencias nefastas para todo un Estado. Las ayudas económicas concedidas a este sistema han ido por este camino: tratar de sostener el sistema bancario o evitar en la medida de lo posible su total caída, lo que sería de enormes consecuencias al ser este uno de los pilares básicos de la sociedad. Motivo suficiente para proceder a la concesión de ayudas públicas a estas entidades privadas.  

Estos rescates en un segundo momento tienen que dirigirse a realizar un cambio en la forma en la cual se venían realizando las cosas hasta ahora. De un sistema financiero que tendía a la desregularización y libertad de actuación bancaria, que no ha funcionado, tenemos que ir avanzando hacia una regularización. Si un sistema tan importante como este no ha funcionado adecuadamente al dejarlo en cierto modo libre, y además nos ha causado tan nefastas consecuencias, tenemos que replantearnos sus bases. Puesto que  la economía tiene carácter global y genera consecuencias globales es necesario un sistema normativo universal. Sistema duro y enérgico que permita una alta transparencia y claridad en las operaciones financieras y con ello una mayor seguridad y confianza en todo el mundo que nos permita al menos reducir las consecuencias que la falta de estas características ha provocado.

 Este sistema regulador necesita  un sistema internacional de control de la actividad financiera que combine y controle a los distintos sistemas de control internos de los diferentes estados. Y que sea el encargado de estudiar y de controlar los complejos medios de inversión que por su novedad no estén regulados. Con todo ello podríamos dar soluciones globales y adoptar medidas conjuntamente para solucionar problemas globales que no pueden ser solventados con actuaciones independientes como hemos podido observar.

Pero esta actividad regularizadora del sistema financiero global ha de ser realizado con cuidado porque no se puede pasar muy rápidamente de un sistema tendente a la desregularización y la libre actuación a otro duramente regularizado y controlado. Lo que se ha de hacer es tratar de controlar los mercados, productos y transacciones que puedan causar mayores consecuencias negativas reduciendo con ello futuros problemas. Controlar y fiscalizar la actividad financiera por medio de organismos internacionales de control y de regulación  de manera que las actividades de las entidades de un estado no generen consecuencias negativas de carácter global.

Unido a la tendencia regularizadora nos encontraremos tras los rescates por parte de los estados con un claro interés intervencionista por su parte dentro de las entidades rescatadas. El sistema financiero debe de quedar sometido a un control y supervisión público que mantenga la actividad financiera dentro de los límites de riesgo tolerables por el sistema financiero global, tratando de evitar con ello situaciones como la actual. Pero debe de quedar libre de una intervención total y de un férreo control estatal que sólo lograrían asfixiar el mercado.

Los procedimientos de rescate bancario no pueden quedarse en meras aportaciones económicas pues el verdadero problema reside en las bases del sistema financiero de nuestros días.

MIGUEL ÁNGEL GUTIÉRREZ NOVOA

jueves, 16 de octubre de 2008

Ciudadanos banqueros....?

Históricamente los bancos y cajas miraban con lupa a quien le prestaban su dinero, y quien eran los avalistas, pero llego una época en la que el dinero fluía densamente por las redes financieras, e incluso los bancos ofrecían dinero, barato, a multitud de proyectos empresariales, sin llevar a cabo una exhaustiva discriminación de crédito...

Esta política de crédito acabo  generando un problema de liquidez, en el que el dinero corría a raudales, circunstancia que revertió cuando los bancos y cajas empezaron a desconfiar entre si, y el BCE, empezó a subir tipo de interés, y no prestar a mas de seis meses. Esto provoco problemas de liquidez que comenzaron a transmitirse rápidamente, no solo al sistema financiero, sino a empresas y familias, con un profundo recorte en la oferta de dinero, a su vez, apareció el problema de los productos tóxicos, que llevo a que la banca a un mayor grado de desconfianza entre si, lo que provoco, la progresiva paralización del mercado interbancario.

 

Los acontecimientos de las últimas semanas han provocado que el gobierno español, haya asumido un papel similar al de banco de bancos. El estado hará como un lease-back de productos financieros no tóxicos para proporcionar la necesaria liquidez al sistema bancario español. El estado cobrará una rentabilidad por estos préstamos, utilizando para ello la emisión de deuda pública.

 

¿Lo que se preguntará España es si será efectivo esto?

 

La medida será positiva si realmente sirve para financiar a empresas y familias. En este momento hay empresas económicamente rentables que se han visto obligadas a tomar medidas drásticas al presentar serias dificultades para renovar créditos. No obstante, las empresas que tienen renegociados sus créditos están contentísimos, por la contracción existente en el crédito.

 

Otro problema que se está valorando es que este dinero no vaya a familias y empresas, por culpa de los productos tóxicos e hipotecas, y el aumento de la morosidad de empresas y familias. Lo que se piensa es que tantos bancos y cajas usen ese préstamo del estado, para sanearse ellos y olvidarse de familias y empresas, y miren a sus bonus y accionistas. Esto provocaría una gran decepción en los estamentos económicos, ya que se vería como un auxilio a los verdaderamente responsables de esta crisis de liquidez.

 

Se va crear una comisión del gobierno, compuesta por el Banco de España y la CNMV, para controlar esta medida. Estimo que debería haber un verdadero control parlamentario de la compra de esos activos, y que esa financiación fuese directamente a empresas y familias.

ANTONIO VÁZQUEZ

¿QUIÉNES PAGARÁN LOS EXCESOS DE LA BANCA?

Saltaban las alarmas en verano del 2007, la crisis del sector inmobiliario y al aumento de la tasa de morosidad, provocaba a las entidades americanas una escasez de liquidez y un aumento de los inmuebles en los activos de  sus balances que difícilmente podían convertir en liquidez, y que a su vez, perdían progresivamente valor.  Las entidades financieras de EEUU  encontraron una salida en la comercialización activos tóxicos “camuflados” entre activos de calidad. La primera consecuencia fue la restricción de liquidez en el mercado interbancario debido a la desconfianza entre las entidades.

Después de un año nos encontramos ante una situación desoladora, la quiebra de Lehman Brothers supone un punto de inflexión. La sociedad se percata de la magnitud de la crisis a la que se enfrenta y asoma el pánico y la desconfianza. Es en este momento los gobiernos estadounidenses y europeos deciden intervenir, siendo su principal objetivo reducir la desconfianza de los ahorradores e inversores. Las principales actuaciones se centraron en la implantación de planes de rescate, aumento de los fondos de garantías de depósitos y reducción coordinada de los tipos de interés por parte del BCE y la Fed.

Pero… ¿Quién soportará el peso de los planes de rescate?, ¿Por qué se rescata a los que hasta ahora habían estado llenando sus arcas? ¿Se les exigirá algo a cambio del rescate? Estas son algunas de las dudas que salen a la luz. Muchos asientan que los planes de rescate lo soportaran los ciudadanos a través de la política fiscal, como en Irlanda, que ya ha presentado sus presupuestos generales para el año 2009 en los que refleja un aumento de impuestos. Pero siendo realistas, existan o no planes de rescate, la peor parte se la llevarían los ciudadanos de a pie, pues de no intervenir los gobiernos se producirían quiebras que acabarían con el sector financiero, con la confianza en el mismo y se paralizarían las economías. Por esto, porque son los contribuyentes los que sufrirán las consecuencias de los excesos de la banca, se les deben exigir unos requisitos y someter a supervisión por parte de los gobiernos. Las entidades deberán afrontar sus errores y  enfocar su negocio por otros derroteros, deberán reducir la presencia  de pasivos ilíquidos de largo plazo en sus balances aunque ello les comporte un menor apalancamiento y menores ganancias.

MARÍA TERESA PRIETO

martes, 14 de octubre de 2008

LAS TÉCNICAS DE RESCATE BANCARIO EN ESPAÑA

Desde nuestro Gobierno se intenta tranquilizar a la sociedad con la fortaleza del sistema económico español pero, ¿es cierto lo que se nos dice?. La verdad es que en España ya han existido crisis muy similares a la que estamos viviendo en este momento, y en su día los diferentes Gobiernos pusieron en marcha sus correspondiente planes de rescate. Así, podemos destacar, en un principio, dos grandes escándalos a lo largo de nuestra historia económica en la España constitucional:

En primer lugar, la expropiación de RUMASA (Ruíz Mateos Sociedad Anónima) en 1983, que consistía en un holding empresarial fundado por José Mª Ruiz Mateos, que tenía en propiedad a un grupo de 17 bancos que le servía de soporte financiero. La decisión se tomó por el Decreto-Ley 2/1983 (artículo 86 C.E), urgente y extraordinario por el gobierno español el 23 de febrero de 1983, “por razones de utilidad pública e interés social”, ya que el Consejo de Ministros del Gobierno de España decretó la expropiación forzosa del holding al apoyo de las previsiones contenidas en los artículos 33.3 y 128.3 C.E, pues las razones aducidas en el decreto de expropiación eran la reiterada falta de auditorías externas a los bancos del grupo como de sus sociedades más importantes (desde el año 1978), la permanente obstrucción a la actividad inspectora del Banco de España, los desproporcionados riesgos asumidos por los bancos que financiaban internamente al grupo con respecto de la solvencia del grupo, la desatención a las múltiples advertencias de las autoridades monetarias a RUMASA, recomendando una política más prudente de inversiones y una desconcentración de riesgos y la arriesgada espiral de adquisiciones e inversiones del grupo.
Según el por aquel entonces Ministro de Economía Miguel Boyer, se trató de “una medida de política económica con la que se quiso evitar la crisis total de un grupo en quiebra”, pues se demostró que este holding tenía un déficit patrimonial de 1.557 millones de €, aunque el grupo en el momento de publicarse la disposición estaba constituido por 700 empresas, con una plantilla de 65.000 personas, facturando más de 2.000 millones de €, con lo que los críticos de esta intervención alegan que RUMASA no estaba en peor estado que la mayor parte de las empresas españolas contemporáneas, y que la expropiación tuvo por lo tanto motivos estrictamente políticos. Además, la intervención fue criticada al considerar que no se trataba de una expropiación amparada por la C.E, sino una confiscación de carácter inconstitucional. Pese a ello, y tras un difícil debate en el Pleno del TC el Decreto-Ley fue considerado constitucional, por lo que también se le achacó al Gobierno que intentase convertir automáticamente a los empleados de RUMASA en funcionarios públicos.
Un año después de la expropiación se vendieron todas las empresas porque Ruíz Mateos no respondía a los requerimientos sobre el excesivo riesgo que asumían los bancos al concentrar los créditos en las empresas del propio grupo, resultando el coste neto de 4.056 millones de €, dando lugar así a una reprivatización por partes tras la expropiación.



Y en segundo lugar, hablamos de la crisis de Banesto en 1993, la última gran crisis bancaria que sirvió para modificar y fortalecer el sistema de supervisión. La existencia de un agujero patrimonial de 3.636 millones de € llevó al Banco de España a intervenir la entidad y a destituir a Mario Conde, el Presidente del Banco y a todo su Consejo de Administración.
Según el Banco de España, la intervención se produjo “para adoptar medidas de saneamiento que no podrían afrontarse por la entidad de forma aislada”.
El agujero afectó a siete millones de clientes y a más de medio millón de accionistas, así como a 15.000 trabajadores y medio centenar de empresas. Un equipo de gestores asumió el control del banco y ejecutó el plan de saneamiento, ya que la cartera de morosos era de 5.500 millones de €. Y en 1994 fue adquirido en subasta por el Banco Santander por 1.682 millones. El Gobernador del Banco de España cifró el coste de saneamiento en 1, 202 millones con cargo al dinero público.



IRENE DE CASTRO.