martes, 31 de marzo de 2009

“Las consecuencias del resurgimiento de políticas proteccionistas como respuesta a la crisis actual”

La situación de crisis económica en la que nos hemos visto inmersos, ha reactivado la idea de aplicar políticas proteccionistas por parte de los gobiernos, no sólo en países como España, sino también en países del nivel de Estados Unidos, centro del libre comercio, en el cual se está planteando tomar medidas proteccionistas del tipo arancelario como medio para reactivar su economía.

La principal razón que impulsa a los gobiernos a tomar estas medidas, se debe al descenso del consumo que esta sufriendo la economía en general, que conlleva una disminución de la inversión y el empleo. Como solución a este problema, se plantean diferentes políticas económicas de tipo proteccionista con las que se busca proteger el consumo y el empleo local (bases de la economía), junto con la búsqueda de nuevos mercados hacia los que dirigirse.
Para ello, muchos países buscan aumentar sus niveles arancelarios que rigen su comercio exterior “agrediendo” el margen propuesto por la Organización Mundial del Comercio (OMC), pero sin sobrepasar los límites fijados, buscando una mayor cobertura para sus mercados.

Un ejemplo de una política claramente proteccionista, podría ser el caso de China, que manipula su moneda, el Yuan, manteniéndola infravalorada con el objetivo de reducir las importaciones y aumentar las exportaciones aumentando así su nivel competitivo.
Este tipo de postura, podría resultar positiva a nivel individual, en el caso de que fuera tomada por un único país como mecanismo para reactivar su economía, pero en la situación actual en la que nos encontramos, con una crisis económica mundial, si estas medidas se llevaran a cabo por todos los países que pasan por dificultades económicas, provocaría un bucle en el que el comercio internacional se debilitaría, aumentando de manera progresiva los aranceles y perjudicando cada vez mas a los países más desfavorecidos, principalmente países en desarrollo y beneficiando a los países con una mayor capacidad, mas “independientes”, con un consumo local que sí podría funcionar como un motor capaz de sacar su economía hacia delante.

Estas medidas podrían llevar a una situación similar a de dumping (práctica de vender a un precio más barato en el mercado exterior que en el mercado doméstico), en la que los países más avanzados y con mayores recursos, podrían aprovechar para debilitar, mediante una mayor competencia, los mercados de los países menos desarrollados.

Enrique T. García Moro

EL PROTECCIONISMO NO ES LA SOLUCIÓN PERO PUEDE AYUDAR.

Desde hace un tiempo se viene exigiendo por parte de la población un mayor apoyo a los productos nacionales frente a la entrada de productos extranjeros y con ello ha surgido de nuevo la idea de la aplicación de políticas proteccionistas por parte del Gobierno. Es comprensible la actitud ciudadana a favor pues son muchos los años que los productores tanto de alimentación como industriales llevan luchando por intentar vencer la dura competencia exterior que poco a poco han ido acabando con sus empresas, desde España se ha seguido produciendo con unos estándares de producción y calidad muy altos que en consecuencia impiden ser competitivos en precios, por el contrario se ha permitido que productos importados aniquilen a los nacionales con sus precios aunque no sean tan competitivos en cuanto a calidad. Lo que es cierto en cuanto a esta dura competencia es que ha hecho que los productores nacionales en los últimos años modernizaran e innovaran en sus industrias pero en relación a los costes, llegados a un nivel de reducción de costes, ya nos es imposible reducir más y eso es contra lo que no se puede luchar sin la ayuda de una política dura contra los productos provenientes de economías en las que el bajo coste se obtiene gracias a salarios injustos y a costa de calidades y productos que bajo buena apariencia esconden su mala o regular condición frente a productos nacionales. Ello unido a que por mucho que intenten últimamente convencernos de que tenemos que cambiar nuestra forma de producir y abandonar los productos en los que no somos competitivos, en mi opinión no es una adecuada política a seguir pues si durante muchos años hemos sido buenos y progresado con un tipo de industria y con una serie de productos, no debemos abandonarlos, sino seguir con ellos hasta demostrar que lo que en realidad importa no es el precio, lo que más importa en realidad es la calidad y la seguridad de la confianza en unos productos que no es que su precio sea excesivo, sino que lo que es injusto y desleal es la competencia en costes aplicada por parte de las importaciones. A modo de conclusión, no pretendo defender la aplicación del proteccionismo en su sentido estricto pero lo que defiendo es que en situaciones tan complicadas como la actual seamos juiciosos en nuestro actuar y elaboremos planes de fomento de la producción y del consumo nacional siempre y cuando la competencia con productos extranjeros no se desarrollen en igualdad de condiciones. Más que protección lo que necesitan nuestros productores es una ayuda o por lo menos que no se intente desde las instituciones el hundirlos.

Miguel A. Gutiérrez Novoa

Mercado libre VS Proteccionismo

La creciente globalización, la apertura de barreras comerciales experimentada a escala mundial, durante la segunda mitad del siglo XX, y el rápido y revolucionario avance en las tecnologías de la información y medios de transporte han influido, de manera decisiva, en el espectacular desarrollo alcanzado por la economía mundial en dicho período. Comentar que el crecimiento económico registrado en las últimas décadas ha derivado, en buena medida, de un constante incremento del comercio exterior.

En relación con lo anterior, cabe destacar la necesidad que han mostrado las empresas en cuanto a evitar pérdidas de competitividad y a seguir incrementando su mercado potencial, lo que las ha llevado a iniciar procesos de deslocalización de parte de su proceso productivo y a ampliar sus horizontes comerciales. Estos hechos evidencian lo relevante que supone en el actual contexto económico el que las fronteras comerciales sean lo más permeable posible a la entrada y salida de mercancías.

La existencia de unas excepcionales condiciones de liquidez en los mercados financieros propició en los últimos años un consumo un tanto impulsivo en las economías desarrolladas, en especial la economía americana, originando importantes niveles de déficit en sus balanzas comerciales. Tras la aparición en escena de la actual crisis financiera, los desequilibrios en comercio exterior se han erigido como fuente de preocupación para los Estados.

El problema lo encontramos, básicamente, en que la mayor parte de los déficits comerciales han sido financiados desde el exterior y ante los problemas de liquidez y de restricción de crédito que asolan actualmente en los mercados financieros, la elevación de los costes financieros y los procesos de ajuste que se produzcan próximamente se presumen complicados y duros para las economías que hayan incurrido en un elevado endeudamiento en los últimos años.

La actual crisis económica está provocando que los gobiernos se concentren en fortalecer sus economías nacionales y reactivar el crecimiento internamente, sin tener en cuenta que el comercio exterior ha sido uno de los artífices del elevado crecimiento económico registrado en las últimas décadas.

En este contexto recesivo en el que el comercio exterior, principal impulsor de la economía mundial en las últimas décadas, se está desacelerando peligrosamente, suscita la necesidad de luchar contra las tendencias proteccionistas que, según Catherine Ashton, Comisaria de Comercio de la UE, provocarán la ausencia de nuevas oportunidades de negocio para las empresas dificultando, así, la aparición de la tan ansiada recuperación económica.

En definitiva, resultaría poco efectivo mantener una actitud reactiva ante estos procesos de deslocalización y de progresiva liberalización en el comercio mundial, hechos que la propia dinámica empresarial considera elementos esenciales en su estrategia de negocio. El proteccionismo, más allá de los problemas económicos y de eficiencia que plantea, atenta contra la libertad colectiva y permite la aparición de grupos de presión y monopolios.
Fecha: 27 de marzo de 2009
Rubén Vázquez

Movimientos proteccionistas en un mundo globalizado.

El huracán de la crisis está dejando vientos proteccionistas que recorren Europa y Estados Unidos durante las últimas semanas.
Estamos en medio de la peor crisis desde los años 30 según señalan algunos técnicos, la respuesta liderada por países como Estados Unidos y Francia está siendo similar: proteger sus respectivas industrias. El proteccionismo que podemos definir como una amenaza que se cierne sobre el sistema económico mundial, se llevo a cabo en todo su esplendor después de la crisis bursátil del 29 provocando una contracción en un 65% del comercio internacional, frenando la recuperación de los diferentes implicados. Se estuvo realizando una progresiva competición entre países de imposición trabas arancelarias.
De igual manera afectaron las políticas de empleo e industriales realizadas por el New Deal, que favorecieron el aumento de los precios y salarios reales en Estados Unidos, siendo un proteccionismo encubierto. Además, se favoreció la formación de monopolios empresariales.
Lionel Barber, director del Financial Times, escribía que la actual crisis es el primer gran test que la globalización está sufriendo. La llegada del candidato demócrata Barack Obama al poder de Estados Unidos ha significado el resurgimiento del Buy American, poniendo en compromiso el acuerdo alcanzado en al Conferencia del G-20 en Washington el pasado noviembre. La presiones del conglomerado sindical y diferentes lobbies han llevado al Senado americano al cambio de normas en los programas de obras públicas del plan de reactivación. El presidente americano quizás haya olvidado que un año después de que el Congreso aprobase el arancel Smoot-Halley en los años 30, el paro en el país subió del 7,8% al 16% y alcanzó el 25% al año siguiente. Aquella crisis como la actual fue causada por una hiperinflación de activos (acciones bursátiles, antes; vivienda, ahora) ayudada por una expansión crediticia elevadísima y sostenida durante mucho tiempo.
Aun con todo esto, muchas empresas españolas (sobretodo infraestructuras y energéticas) han puesto muchas esperanzas en el programa del presidente Obama. Aunque, en España, el ministro de Industria defiende la idea de "comprar productos españoles", como medida de conservar empleos españoles. Cierta prensa económica reiteraba a los políticos las consecuencias negativas que pueden provocar estas acciones por el riesgo de acciones vengativas.
Por ejemplo, podría provocar despidos masivos por aparte de multinacionales extranjeras en España, con lo que el remedio sería peor que la enfermedad. Sin olvidar un alza de la inflación que sería consumir solamente productos españoles, tristemente menos competitivos en precio que los extranjeros en muchos casos. De aquí el elevado déficit por cuenta corriente, uno de los mayores del mundo tras USA. En el ámbito económico, se ha lamentado la presencia de España en la Unión Europea, lo que impide al Gobierno acometer devaluaciones de moneda, un atajo para encubrir la falta de competitividad.
El ejemplo negativo de EE.UU., el mayor comprador del mundo, está cundiendo en Europa. Nicolas Sarkozy, presidente francés, ha recomendado públicamente a una empresa francesa el cierre de fabricas fuera de Francia para reforzar las nacionales, justo antes de la firma de una ayuda económica importante. De la misma forma Alemania ha apoyado el boicot sobre Nokia al trasladar una fabrica de Alemania a Rumania.
Unido al proteccionismo, la falta de liquidez y la caída de la demanda están haciendo el resto. Datos del Fondo Monetario Internacional muestran que el comercio mundial caerá un 2,8% en 2009, aún así, la producción decrecerá menos, anticipando un problema de sobrecapacidad en el mundo.
Cuando no se imponen nuevas trabas, se retrasa la supresión de políticas proteccionistas ya existentes, como en el caso europeo de la Política Agraria Común, que perjudica a los países exportadores en este caso lo más pobres en beneficio de los países europeos, que están recibiendo subvenciones.
Manuel R. García Barreiro

viernes, 27 de marzo de 2009

LA HISTORIA SE REPITE.

Allá por los años veinte del siglo anterior, una fuerte crisis económica azotó el mundo, el crack del 1929 y su posterior gran depresión contrajo la economía a niveles que nunca antes se habían contemplado. En aquella época, los jefes de gobierno y los ministros de economía de los distintos países, adoptaron como medidas de urgencia, distintas políticas proteccionistas para salvaguardar sus economías, pero esto no hizo más que prolongar y ahondar la recesión en la que estaban inmersos.
Estas medidas, lejos de proporcionar la prosperidad a los países que las habían adoptado, habían conseguido contraer el comercio mundial en un 66%, solo entre los años 1929-1934.

Ante la actual situación, muy similar a la de aquellos años, el proteccionismo surge como respuesta a todos los problemas, por lo que podemos atisbar de las palabras y acciones de algunos de los líderes europeos. La crisis de estos días, esta poniendo a prueba la cohesión y cimientos de la Unión Europea.

Pero no debemos de olvidar los efectos perniciosos de estas políticas, tras el cierre de fronteras o reducción del comercio internacional, los ciudadanos se ven obligados a pagar precios más elevados por los “productos del país”, lo que a la larga supone un empobrecimiento progresivo de la población. Pero además, cambia ámbitos de consumo, los productos nacionales en ausencia de competencia exterior empeoran la capacidad productiva del país, se reducen los recursos y también la inversión, se pierden mercados y se reduce la innovación. En términos generales se reduce la demanda por una oferta incompetente, empeora la actividad productiva y se reduce el empleo.

Estas medidas, surgieron ya a principios de esta crisis, cuando ante un inminente pánico de la población, al derrumbe financiero, los distintos gobiernos europeos, a falta de una acción coordinada, empezaron una batalla por asegurar los depósitos de los ciudadanos y a salvar entidades financieras infectadas por los activos tóxicos.

En Gran Bretaña, el proteccionismo esta en la calle, no es raro ver manifestaciones, en las que se hondean pancartas al grito de “empleos británicos para trabajadores británicos”. ¿Y en Francia?, más de lo mismo, todos conocemos el peso del automóvil en el país vecino, por marcas como Citroen, Renault o Peugeot. Un sector en caída libre en esta crisis y que Sarkozy quiere salvar con el plan francés de rescate del automóvil, condicionado única y exclusivamente al mantenimiento de las fábricas en Francia, parando por completo la deslocalización hacia los países del este y torpedeando la integración de los 27.

Desde el Banco Central Europeo se advierte de que estas políticas tienen efectos negativos a medio plazo sobre el producto interior bruto, de que las normas de la libre competencia, del mercado único y de la disciplina presupuestaria se están relajando en estos tiempos. ¿Harán caso de ello, los dirigentes de los países europeos?
ALBERTO PILLADO

martes, 24 de marzo de 2009

UNIÓN Y COMPROMISO: FACTORES CLAVE PARA INICIAR LA RECUPERACIÓN

Creo que esta crisis hay que verla con ojos diferentes y por lo tanto aplicar medidas diferentes y no ampararnos en crisis vividas anteriormente afín de encontrar el antídoto. Existen dos diferencias fundamentales: por un lado estamos ante un contexto de mucha mayor globalización, y por otro la interdependencia que se está viviendo entre los diferentes sectores de la economía mundial. Y es que se ha visto afectado el epicentro económico del mundo y su rápida expansión explica la importancia que tiene el peso de la economía estadounidense sobre la mundial.

En este contexto actual de crisis económica estamos asistiendo a los primeros brotes de proteccionismo. Como ejemplo claro podemos destacar el Plan de rescate de la industria del automóvil a través de fondos propios, diseñado por Nicolás Sarkozy el pasado mes de Febrero.

¿Por qué estos brotes de proteccionismo? Bajo mi punto de vista, la respuesta es la gran magnitud de la crisis y la gran importancia del papel del Estado en estos momentos en el rescate del sistema financiero. Pero toda esta senda proteccionista conlleva un problema. Y es que está basada en la discriminación a trabajadores, mercancías y a otros países. La Unión Europea ya ha comunicado que no adoptará medidas de apoyo a los fabricantes de automóviles o bancos que puedan perjudicar a estos países menos desarrollados. Y yo creo que tanto esta como la Organización Mundial de Comercio seguirán adoptando numerosas medidas para limitar este proteccionismo.

Ante la duda sobre si la posición del Gobierno está siendo la acertada o no, salen a la luz opiniones y consejos de los grandes nombres de nuestro país. Francisco González, presidente de BBVA ha declarado la semana pasada en los medios de comunicación la importancia de un gran pacto tanto económico como político y social, para afrontar esta situación calificada por este de “emergencia nacional”. Paul Krugman, premio Nobel de Economía, a solicitado medidas más drásticas y fundamenta la clave para salir a flote en un aumento de la productividad y la inversión en innovación. Yo creo que este es justo el camino a seguir ya que de esta forma nos diferenciaremos del resto de países, lo que hará que las transacciones con el extranjero aumenten y también lo haga el flujo de dinero.
IÑAKI GÓMEZ ESTANGA.

Todo el mundo a zurcirse el bolsillo:

Durante estos últimos días son muchos los periódicos y medios que se hacen eco de las soluciones que parece se obtienen en las continuas reuniones de los altos dirigentes de los países de la U.E. Sin embargo, todas ellas parecen apuntar hacia una economía mas proteccionista, lo que nos lleva a pensar que estas propuestas más que soluciones son parches para hoy y mañana ya veremos.

Lo que se pretende con estas medidas proteccionistas no es mas que el viejo dicho de “primero yo”. ¿Esto que quiere decir?, pues ni más ni menos que cada país da prioridad al comercio nacional dando de lado al comercio exterior. De esta manera se busca reactivar la economía del propio país promoviendo el mercado interno. Esta solución puede ser un arma de doble filo ya que sino se activa a tiempo el comercio exterior esto puede perjudicar a los consumidores creando alta inflación.

Por este motivo, no creo que esta solución a la crisis sea la correcta ni el camino a seguir, ya que a mi modo de ver el comercio debe ser uno de los instrumentos que nos permitan combatir la crisis, no hacerla mas profunda.

Esto mismo se acordó en la pasada cumbre del G-20 en Washington en la cual el acuerdo principal fue el de fomentar el libre comercio entre los países y de esta modo fomentar la liquidez del sistema y el comercio. Por este motivo estos últimos días, en la prensa no paramos de leer acuerdos de comercio entre países, como el que firmo el primer ministro español con su homónimo chino.
Sin embargo son muchos lo que piensan que esto no se va a cumplir, y que cada uno va a mirar por sus intereses lo que puede provocar un efecto dominó entre los países que solo el tiempo nos dirá como acaba esta preocupante situación.
Luis Miguel Castro Álvarez.

¿Cóctel molotov?

El termino clásico de “proteccionismo”era “la política de intentar frenar las importaciones mediante los impuestos arancelarios”

¿Como afecta a la economía, las medidas protectoras?
Se elevan los precios, por el mismo producto pagamos más. Las empresas empeoran su capacidad productiva, pierden productividad, no se buscan nuevos mercados. Esto rebaja la inversión, existe un retraso en la innovación, un descenso en la actividad, y aumento de más paro.

Si esto lo produce la medida protectora, si le sumamos la crisis que hay en este momento, lo que conllevaría a un incremento de la crisis.
Pero en está crisis global están apareciendo nuevas normas de protección, como empleo solo para nacionales, exenciones fiscales en productos para su exportación, estás nuevas formas son sumadas a las tradicionales, como incrementar los aranceles, y devaluaciones de las moneda, aunque en está forma, tenemos una nueva variante que es la de “manipulación de la divisa”.

Una de las variantes tradicionales en Europa de proteccionismo, es muy conocida en Galicia, aunque muchos ciudadanos, no lo perciban, que son las subvenciones a la agricultura. Está situación nos permite ver claramente como el sector agrario no es competitivo, y que sufrirá una gran depresión en el momento de eliminar las cuotas en el año2014, porque nuestros empresarios no están invirtiendo en innovación, porque están protegidos.

El sector de la automoción está aglutinando inmensos planes de ayudas, en las que los países ayudan, si y solo sí las empresas no desmantelan sus plantas. Pero no solo en este sector, sino en multitud de sectores, el estado dice, yo te ayudo y tu no cierras en mi país, y si eso cierras en otros países.

Otra forma de marketing del proteccionismo, es, “BUY AMERICAN” o “COMPRA EN ESPAÑA”, el ministro de industria español, cifró en casi 120.000 empleos más, si aumentáramos nuestro consumo de productos españoles.
Los demás países pueden interpretar estás decisiones como agresiones, y tomar ellos las decisiones, de cerrar sus fronteras a nuestros productos.
Los políticos, en determinados foros internacionales, hablan de liberalismo económico, que no exista el proteccionismo, pero al llegar a casa, parecen “entrenadores amarrateguis”, todo proteccionismo, que la liberalización la hagan los otros. Realmente están aplicando políticas populistas, para momentos decisivos

Con está cantidad de ayudas que hay, al final a corto plazo, las multinacionales, van a ingresar ingentes cantidades de dinero de todos los países, para posiblemente, meterlo en paraísos fiscales……

El Banco Mundial, en sus análisis, indica que el comercio mundial, puede descender un 6%-8%, este año, nos imaginamos, cuanto descendería, si le aplicamos proteccionismo, no lo quiero imaginar.
Creo que nos tendríamos que hacer está pregunta, ¿estaríamos dispuestos a pagar más por viajar en compañías nacionales, que en low cost?, posiblemente busquemos el más barato, aquí la clave del proteccionismo.

En alguna medida la historia es buena, y nuestros políticos deberían aplicarla un poco en estos momentos presentes, en 1934, EE.UU., empezó a recuperar, no solo, con las políticas del New Deal, sino por la firma, por su Presidente, Franklin D. Roosevelt, de reducciones arancelarias, con diferentes países, lo que provocó la reactivación de la economía.

Antonio Vázquez.

¿MAYOR REGULACION O LIBERALIZACION TOTAL DEL MERCADO?

Hay quien defiende que la actual crisis mundial no es más que una consecuencia de la desregularización de los mercados financieros llevada a cabo en los años 90.
Falta de regulación que supuso una mayor inestabilidad y la creación de mercados financieros globales basados principalmente en intereses a corto plazo de los inversores privados que han puesto en peligro hasta las economías más estables a nivel mundial.
Situación que a sus ojos no puede seguir manteniéndose y que exige por tanto de una nueva regulación tanto a nivel interno de cada una de las naciones como a nivel internacional. Como posibles soluciones se han propuesto la de dotar de una mayor transparencia a los balances generales en los que se deberá hacer constar todos los riesgos que haya asumido una empresa de servicios financieros, la obligación de someter a las mismas normas que bancos y compañías de seguros a fondos de altos riesgo, soberanos así como a las empresas de fondo de capital- inversión, poniéndose de claro manifiesto la necesidad de un sistema de regulación único para todos los intervinientes en los mercados y de una mayor colaboración internacional entre las diferentes autoridades supervisoras estatales, debiéndose proceder a una actualización regular de las normas de supervisión para que no se den supuestos de lagunas legales ante la aparición de nuevas productos consecuencia de la gran capacidad de innovación del sector.
También ha sido propuesta una revisión de los Convenios de Basilea II y de las normas de Solvencia II en lo que respeta al aprovisionamiento de préstamos y créditos haciéndose especial hincapié en los fondos de alto riesgo o de capital-inversión respeto a los cuales se propone su sujeción a la misma regulación fiscal que a los restantes intervinientes en el mercado.
No pudiendo dejar de mencionarse la urgente necesidad de revisar los salarios e incentivos recibidos por los agentes y ejecutivos que en cualquier caso deben estar directamente relacionados con los ingresos y resultados empresariales.
Por otra parte se ha hablado de la necesidad de prohibir los préstamos realizados a empresas en vías de ser adquiridas con la finalidad de financiar dicha adquisición y de crear agencias de calificación crediticia que pongan fin al oligopolio existente a día de hoy y que lleven a cabo su labor sin basarse en un oculto interés económico.
Estas son algunas de las medidas propuestas que requieren como base un compromiso efectivo de que sean llevadas a cabo por todos y cada uno de los países, así como una acción coordinada y global por tratarse de una crisis que ha afectado y lo seguirá haciendo a todas y cada una de las economías mundiales.
Pero junto a esta política de mayor intervencionismos nos encontramos con fervientes defensores de un sistema monetario libre, que apoyan la total eliminación de las intervenciones sobre los mercados monetarios y crediticios basándose en que será el ajuste de mercado el que mediante ajustes de las variables económicas a la nueva realidad subyacente, lleve a cabo una recuperación total de la actividad financiera.
Liberación de las finanzas mundiales que según el Premio Nobel Hayek podrían dar lugar a un renacimiento de la creatividad empresarial, a una rápida salida de la crisis y a la aparición de nuevos mercados estables e inmunes a las burbujas creadas por las autoridades monetarias.
Rebecca T. Vilariño.

El proteccionismo no es la solución

Una de las situaciones que se ha puesto de manifiesto tras la crisis actual es la falta de un criterio común en la UE a la hora de tomar decisiones adecuadas para salir de la recesión. Se ha visto como los distintos países han optado por tomar aquellas decisiones que más podrían beneficiar sus intereses individuales dejando en un segundo lugar la opinión y situación de sus homólogos en la Unión. Ha quedado de manifiesto pues, la debilidad interna de Europa frente a sus competidores. No se ha sabido tomar decisiones grupales y buscar el bien común. Esto destaca sobre todo más con la situación de los EE.UU en la que las medidas son para todos los Estados lo que hará posible que su recuperación económica sea más rápida que la de los países europeos.

Uno de los posibles riesgos a los que podemos enfrentarnos en los próximos meses es al incremento de políticas proteccionistas en los distintos países.

El sistema económico actual tiene una de sus bases más importantes en el comercio internacional, los intercambios que se producen entre los distintos países del mundo. Este sistema se basa en la teoría de la eficiencia productiva, ésta dice que un país no puede producir todo aquello que necesita o si bien, si esto es posible, no puede ser el más eficiente produciendo todos los productos, para ello lo que se busca es una especialización productiva. Ésta se basa en que cada país produce aquello que es capaz de producir de manera más eficiente, comprando el resto a los demás países que a su vez fabricarán aquello en lo que son mejores y comprarán en el exterior los demás bienes que necesiten.

Con la situación económica actual los distintos países han empezado a caer en la tentación de llevar a cabo políticas proteccionistas buscando la defensa de sus productos y evitando adquirir productos al exterior para intentar reducir sus déficits comerciales. Esta situación no es competitiva y puede romper las bases del comercio actual.

La creencia de que el proteccionismo empieza a tener cabida en la política europea se produce tras las recientes decisiones de los presidentes franceses e ingleses.
Sarkozy busca que las empresas automovilísticas no saquen la producción del país y para ello promulga ayudas económicas a este sector siempre y cuando mantengan sus bases productivas en Francia, con ello se busca proteger los puestos de trabajo de los obreros franceses y evitar así el incremento del paro.

En Gran Bretaña se ha producido en los últimos meses una brutal huelga en el sector energético para evitar la contratación de mano de obra extranjera.

Desde mi punto de vista, todos somos conscientes de la necesidad de liberalización del comercio mundial y de la eficiencia que este produce en las economías de todo el mundo, pero desde el punto de vista de las decisiones adoptadas cada país debe pensar en sus ciudadanos y en evitar que la crisis acabe minando la moral de la población. No son medidas que vayan a poder mantenerse en el largo plazo, simplemente buscan dar soluciones a los problemas del corto plazo.

Si se empiezan a producir brotes proteccionistas el camino andado hasta el momento puede torcerse y lo años de lucha utilizados para conseguir llegar hasta el punto en el que nos encontramos serán años perdidos. Debemos tomar decisiones comunes para evitar que los esfuerzos realizados hasta el momento no caigan en saco roto.

La situación pasa porque todos los países lleguen a un consenso y acuerden acabar con las medidas proteccionistas de carácter unilateral porque el problema está en que si todos aplican este tipo de medidas, todos se verán perjudicados en el medio plazo. Para ello, la OMC debería actuar más severamente contra todos los actores que rompan los acuerdos internacionales, sobre libre comercio, política arancelaria, etc. El proteccionismo aunque parece una solución a los crecientes problemas producidos tras la crisis no hace más que agravarlos.

Estos problemas severos hay que solucionarlos a través de mayores políticas sociales, realización de medidas que incentiven el consumo, tanto interno como externo. Además de fuertes inversiones en I+D+i para que cuando el temporal amaine nuestras empresas sean competitivas y fuertes y eso no se consigue con restricciones a la entrada de productos extranjeros sino con incremento de las inversiones sobre los nuestros.

La política que deben aplicar los países es aquella que nos permita llevar a cabo un cambio en nuestros modelos económicos sobre todo en aquellos más dependientes de sectores con menor valor añadido (caso de España con la construcción) porque aunque el problema es de difícil solución, es necesario afrontarlo cuanto antes porque sin ello cuando la crisis amaine los problemas de paro subsistirán y eso provocará menos consumo e inversión lo que dará lugar a que nuestros países empeoren su situación respecto a sus situaciones de partida.

Mª Esther Gallardo Trillo

Las consecuencias del resurgimiento de políticas proteccionistas como respuesta a la crisis actual.

Nos encontramos en un período de crisis, de crisis a nivel mundial, una crisis que, según parece, supera todo lo que hemos vivido hasta ahora, aunque esto parezca una obviedad, parece que hay personas que no se han enterado, o mejor dicho no han querido enterarse y se empeñan en apuntar como único responsable de que nuestro país se encuentre en esta situación al actual gobierno, como queriendo decir que los anteriores no son tan responsables o más que el actual, por no habernos sabido preparar para algo que sin duda se podía prever que iba a suceder si seguíamos por el camino por el que nos estaban llevando, un camino que era cuesta abajo y con el viento de espaldas mientras asistíamos a un crecimiento económico apoyado en una burbuja, que finalmente ha explotado y nos ha hecho despertar del sueño en el que creíamos vivir.
Pues bien, ahora toca el momento de reaccionar, toca el momento de tomar decisiones, que tengan un efecto estructural sobre el modelo productivo español, que no sean sólo parches para salir del paso, puesto que esto no significaría nada más que pan para hoy y hambre para mañana. Considero que la tentación que los gobiernos, puedan tener de volver a adoptar políticas proteccionistas, se encuentra dentro de este último grupo de medidas coyunturales, tomadas en tiempos de urgencia o simplemente que sea una idea que pueda ser substituida por otras de mayor calado, pues de no ser así considero que estarían hipotecando gravemente el desarrollo de sus economías, condenándolas a un estancamiento en su desarrollo. Con la adopción de políticas proteccionistas, lo único que se puede conseguir es un aumento de la producción interna, pero esta sería un aumento que nos condenaría a producir mas caro y con menor calidad, ya que lo que estaríamos provocando sería un reducción de la competencia
acotando esta a nuestras fronteras, lo que provocaría que las empresas no se esforzasen por producir mejor, buscando la diferenciación por la calidad, sino que al tener el mercado garantizado les bastaría simplemente con producir. Por no decir que ¿de donde obtendríamos productos que aquí no producimos? o ¿Qué hacemos con los productos de los que sólo producimos partes ?o ¿que pasaría con empresas nuestras que producen fuera pero venden en nuestro territorio?, y lo que en mi caso, más me preocupa ¿Qué pasaría cuando dejásemos de aplicar políticas proteccionistas, como nos encontraríamos respecto al resto de competidores extranjeros? Seguramente seríamos incapaces de competir con el resto de economías, y volveríamos a una situación parecida a la que ya vivió el país la salir de la dictadura.
Personalmente, no considero apropiada dicha iniciativa, pero lo que si considero apropiado es que se estén buscando alternativas para poder afrontar la situación. Lo que hacen falta son iniciativas, que pueden ser mejores o peores, y que pueden tener un efecto mayor o menor, pero de lo que estoy seguro es de que para ello los gobiernos han de trabajar juntos apoyándose unos a otros y no criticándose pues esto si que no nos ayudara a salir de la crisis.
FELIPE SEOANE

lunes, 16 de marzo de 2009

Mundo Global, Medidas Globales

Al observar el panorama internacional en el que nos encontramos y como consecuencia de la crisis financiera que nos ataca ya desde hace un tiempo se nos presenta un futuro bastante preocupante. Esta crisis financiera, que se ha traducido en recesión en muchos países, nos deja muchos aspectos negativos, pero fundamentalmente hay que destacar tres: racionamiento crediticio, contracciones en el ritmo de crecimiento de la economía y destrucción del empleo.
Frente a esta situación la tentación proteccionista puede formar parte de las diversas alternativas políticas en algunos países: comprar productos nacionales, ayudas exclusivas a empresas de automóviles o bancos nacionales, dar sólo créditos a empresas del país (como en el caso del gobierno británico), no dar ayudas a empresas que se instalen en países con menores costes (como el gobierno francés)…
En este contexto proteccionista es importante recordar que el crecimiento económico de las últimas tres décadas se ha conseguido en gran parte por la caída de los aranceles (desde el 25% hasta el 10% aproximadamente), y por el consiguiente aumento del comercio, que creció a un ritmo aproximado del 6% en la última década.
La contracción que está teniendo el comercio mundial no es muy tranquilizadora. Las últimas previsiones del Banco Mundial señalan que el descenso será superior al 2%. Las economías que más van a sufrir son las menos desarrolladas, no sólo debido a la debilidad de la demanda de las economía más ricas, y por lo tanto el descenso de los precios de las materias primas, sino a las menores facilidades a la financiación de la exportaciones.
Lo que el mundo necesita es una respuesta global y coordinada a la crisis basada en varios principios: (I) evitar medidas unilaterales y promover la coordinación, (II) evitar el proteccionismo, (III) tomar medidas inmediatas y drásticas para estimular la demanda, (IV) demostrar el compromiso de reformar las instituciones y el marco regulatorio financiero global, (V) retomar la senda de la consolidación fiscal y monetaria.
En un mundo abierto y globalizado, la falta de coordinación de los gobiernos nacionales puede llevar a una mayor volatilidad de los mercados financieros.
GONZALO PÉREZ LLANO

viernes, 13 de marzo de 2009

LA MANZANA PROHIBIDA

Estamos atravesando una de las peores crisis económicas de la historia y nadie tiene aún claro cual puede ser el momento de empezar a ver la luz al final del túnel.
Desde mi punto de vista, a las crisis hay que verles el lado positivo y sobre todo aprender de ellas; últimamente ha salido a escena un término económico que ya parecía estar obsoleto en las economías más desarrolladas: el proteccionismo.
Observando la definición de este término nos puede parecer una definición que en las economías actuales parece estar desfasada y que no debía haber lugar para él ya que es contrario al librecambismo, la globalización, a las políticas poco restrictivas….pero ya se sabe, en épocas de vacas flacas todo cambia.
Lo definimos como aquella práctica económica que lleva a cabo un país cuando, para proteger e incentivar su industria frente a la competencia del extranjero, recurre a prohibir a sus ciudadanos la compra de productos procedentes del exterior. Si esa prohibición no es total se suelen establecer mecanismos para desincentivar el consumo de eses productos mediante tasas, impuestos, gravámenes arancelarios… alentando al mismo tiempo el consumo de artículos nacionales.
En los últimos meses hemos visto algunos brotes proteccionistas que parecen querer empezar a reanimar ese proteccionismo que dábamos por desaparecido; en el plan de recuperación económica de los EEUU se establece la cláusula “compre estadounidense” en la que se establece que en las obras públicas financiadas por el programa anticrisis se usará hierro, acero y manufacturas de producción nacional (cláusula que podría violar las reglas de la OMC). En España, el ministro de industria Miguel Sebastián, recomendó que se consumiesen productos españoles y se haga turismo en España para ayudar a salir de la crisis. En otros países vemos también como los mandatarios se ven presionados por los sindicatos que exigen medidas en contra de la contratación de mano de obra extranjera.
Estos son algunos ejemplos, y, si se empiezan a tomar estas medidas veremos las reacciones que pueden tomar los distintos gobiernos; si se empiezan a tomar medidas y contramedidas por parte de las principales potencias nos pueden conducir a una vuelta del proteccionismo económico.
Espero que todos miren un poco hacia atrás y observen que, en la crisis del 29, a la adopción de estas medidas le siguió la Gran Depresión, y, aunque los mandatarios se desesperen o se vean superados por la crisis a la hora de contener los índices de desempleo y estimular el consumo, deben pensar que este tipo de medidas sólo tienen efecto positivo en el corto plazo, y un efecto devastador a largo plazo.
Por todo esto pienso que, en este momento tan delicado, todos debemos de mantener la calma y no caer en la tentación de probar esa manzana prohibida llamada proteccionismo; que la historia nos ha enseñado que a la adopción de medidas proteccionistas por parte de algunos países le siguen el tan infantil ojo por ojo y el posterior caos en el comercio internacional. Seamos cautos y no tropecemos dos veces en la misma piedra.
DAVID MÉNDEZ

jueves, 12 de marzo de 2009

Y QUIÉN NOS PROTEGE DE CHNA

Cuando se habla de proteccionismo en relación con los países desarrollados no podemos más que pensar en la Política Agrícola Común de la Unión Europea y Estados Unidos, que, “yendo al grano”, busca equiparar el precio final de sus productos con aquellos que llegan de economías menos potentes.

Esta figura económica, que recurrentemente está presente en tiempos de crisis, podría parecer por su raíz semántica, una figura defensiva, sin embargo la base de la protección a los productos propios se encuentra en el ataque a las importaciones.

El mecanismo de estas políticas no puede ser más simple e intuitivo; establecen restricciones a la entrada de productos extranjeros a fin de favorecer los propios, incrementando por otro lado las arcas de una economía debido a los ingresos extra de aranceles y aduanas. Un negocio Redondo y de otro tiempo.

Las políticas proteccionistas como doctrina económica parten del axioma de que el comercio internacional es una suma cero, para que una economía pueda enriquecerse otra ha de empobrecer.

Ideológicamente el proteccionismo fue desarrollado y defendido rigurosamente a lo largo del siglo XIX, por el economista alemán Friedrich List, las ideas de List fueron aplicadas por Bismarck y Hitler.

No parece que en el mundo global esta sea la solución, - según el Director General de la Organización Mundial de Comercio, Pascal Lamy tampoco lo fue en la crisis del 29- y así se están encargando de proclamar los distintos líderes mundiales. La solución ha de ser coordinada, necesariamente. Recientemente Gordon Brown aseveró “si no hacemos nada, esto conducirá a una nueva forma de de proteccionismo, un retroceso de la globalización y una reducción del comercio y de la actividad transfronteriza, a lo que le seguirá rápidamente el viejo proteccionismo comercial del pasado; Este es un momento no sólo para medidas individuales, nacionales para responder a la crisis financiera global. Este es un momento para que el mundo se una”.

Zapatero enriquecía el discurso de Brown el pasado 22 de febrero en una reunión de la UE en la que se acordaban hasta 7 propuestas para abordar la crisis, entre las que estaba el rechazo al proteccionismo; “No puede ser que unas entidades, por tener unas ayudas públicas muy potentes, aparezcan beneficiarias en la competencia frente a otras que no han tenido ayudas públicas porque estaban en una situación de solvencia”.

Da la casualidad que en las fechas en las que se celebró la citada reunión estaba de gira por Europa –Bruselas, Madrid, Reino Unido-, el primer ministro chino, Wen Jiabao, promocionando las bondades del comercio internacional. A modo de ejemplo decir que de cada euro que España vende en China, ésta vende más de 7 en nuestro país.

Ahora bien cuando la crisis vuelva a recrudecerse estas alianzas anti-proteccionistas en pro de un mundo global, ¿Perdurarán? Por lo de pronto ya se habla de un plan francés de 6.000 millones de euros a sus fabricantes de automóviles. Alemania esta siendo el país más retincente a prestar ayudas a los miembros mas magullados de la Unión.

José Ramón Baña.

¡SÁLVESE QUIEN PUEDA!

Algunas instituciones europeas no consideraban la crisis en el sistema financiero estadounidense como una amenaza global. La debacle del sistema financiero mundial nos ha mostrado el grado de integración que existe en los mercados y el impacto que suponen las alteraciones de las economías locales en una economía cada día más globalizada.
De esta misma forma tampoco sería conveniente realizar medidas proteccionistas para luchar contra la crisis sino que se deben buscar soluciones conjuntas a la misma.
La importancia de este trabajo conjunto se refleja en una de las resoluciones de la pasada Cumbre del G-20 en Washington, en la que se avocaba al libre mercado, no sólo en relación a la libre circulación de capital sino también al comercio de bienes y servicios.
En la práctica, y como ya decía en el artículo referente a la pasada Cumbre, no lo entiendo más que como una mera declaración de intenciones, pues de qué forma se explica entonces el proteccionismo creciente de Estados Unidos, las acciones de protección a la industria automovilística francesa, la limitación del capital extranjero en empresas alemanas, la negación de Angela Merkel y otros estados miembros de la Comunidad Europea a la petición de Hungría para recapitalizar el sistema financiero en los países de Europa del Este, las frecuentes declaraciones de Sarkozy alentando a medidas proteccionistas en Europa, la protección de los sectores energéticos y tecnológico de muchos países miembros de la UE, la protección de los servicios financieros en Suiza o hasta la protección de la industria de apuestas y lotería…
Es cierto que actualmente la búsqueda de acuerdos sobre libre comercio sigue siendo una de las prioridades en la solución a la crisis y se sigue trabajando en ello, pero generalmente de manera individual, como en nuestro caso con la reunión entre el presidente español y el primer ministro chino para acordar medidas que incentiven el intercambio comercial. Pero la solución no está sólo en “buscar” sino preferentemente “aplicar” medidas de carácter global. En caso contrario, en venideras crisis se seguirá apostando por el actual ¡¡SÁLVESE QUIEN PUEDA!!
PEDRO VIDAL.

MEDIDAS PROTECCIONISTAS ¿UNA SOLUCION?

En lo últimos días estamos asistiendo a continuas reuniones de los mandatarios de los diferentes países que intentan poner en común cuales serian las mejores soluciones para afrontar esta crisis que nos tiene a todos muy preocupados. Y siempre en estas reuniones está flotando en el aire la posibilidad de aplicar medidas proteccionistas. Por solo enumerar unos ejemplos de la opinión generalizada de los diferentes gobiernos europeos, Zapatero, Gordon Brown y Angela Merkel están totalmente en contra de estas soluciones porque creen que a la larga lo que harán no es arreglar la situación económica sino empeorarla.
Pero tenemos que tener presente que este proceso no es nuevo ni tampoco reciente. La historia económica muestra que en periodos de crisis existe una tendencia a volver hacia esta visión proteccionista, se trata de un instinto de supervivencia de todos los países.
Esta solución surgió como consecuencia de la crisis del 29. Fue Keynes el que reivindico el papel regulador del Estado para impulsar de nuevo la economía, aunque siempre hay que tener en cuenta que un excesivo proteccionismo termina siendo contraproducente.
Toda política de restricción al comercio apunta a proteger la producción nacional, pero castiga al mismo tiempo a los consumidores e incluso en un primer momento puede generar inflación. Deben existir medidas que aumenten los ingresos de las personas, que reactiven la demanda y la economía, como lo intenta hacer Estados Unidos aumentando el gasto público.
Sin embargo a largo plazo la apertura de los mercados es la solución más acertada para superar esta crisis.
Si se analizan las conclusiones de la Cumbre del G-20 celebrada en Washington, vemos que una de las recomendaciones que se recoge es la de mantener los mercados abiertos. Pero cuando las cosas se ponen difíciles, hay una demanda social y política para proteger a los productos y productores nacionales, pero hay que tener en cuenta que una protección excesiva puede transformarse fácilmente en un proteccionismo exagerado.
En estos tiempos de grave crisis económica, nuestro mayor desafío es asegurar el comercio, el comercio es parte de la solución y no parte del problema por lo que debemos alejarnos de estas medidas.
Los distintos Estados han llegado a esta misma conclusión. Lo importante en este momento es fomentar las transacciones con el extranjero, las importaciones y exportaciones, para fomentar el movimiento y la liquidez de los Estados.
Sin embargo, la promesa de Washington no se está cumpliendo a la vista de los datos. Desde entonces, son muchos los gobiernos que apuestan por levantar barreras comerciales e imponer trabas más estrictas a la importación de productos extranjeros con el fin ilusorio e irreal de proteger sus respectivas economías.
Realmente al encontrarnos ante una crisis como la actual, que los economistas califican como diferente a las anteriores, se hace muy difícil determinar cuáles serían las buenas o malas medidas y a lo mejor soluciones pasadas erróneas pueden ser efectivas ahora. Pero como vemos en las reuniones o Cumbres celebradas hasta el momento los políticos en un principio intentan escapar del proteccionismo.

MARIA SERRANO

¿QUÉ SERÁ DEL ESTADO DEL BIENESTAR ESPAÑOL?

El sistema de pensiones de la Seguridad Social proporciona a los ciudadanos una fuente segura de rentas cuando se pierde la capacidad de obtenerlas por algún motivo ajeno a la voluntad del individuo; pero actualmente estos programas se enfrentan a una serie de desafíos que vienen provocados por diferentes factores y que hacen que cada día esté más latente la reforma del sistema de pensiones.
Los diversos problemas que motivan dicha reforma son un deterioro de la suficiencia financiera del sistema de pensiones debido a la divergencia creciente entre las pensiones pagadas y las cotizaciones que se recauda, una tasa de retorno del sistema actual pequeña, problemas de equidad y discriminación y consecuencias económicas negativas.
Existen distintas alternativas de reforma:
· Tratar de reforzar y consolidar el sistema de reparto actual, para que se restablezca el equilibrio financiero.
· Un sistema de capitalización privado.
· Un sistema de capitalización público.
· Eliminar el sistema de pensiones obligatorio, basándose en que si los individuos son racionales, ya ahorrarán lo que quieran.
En los últimos años, los sistemas de pensiones mundiales dan menos importancia a las pensiones públicas, en consecuencia el número de planes y fondos de pensiones privados han aumentado de forma importante.
Lo que todos tenemos claro es que las sociedades a consecuencia de una reducida tasa de natalidad, cada vez son más envejecidas, y si esto continúa así, el sistema actual de pensiones no podrá sobrevivir, serán menos los trabajadores que generen ingresos y paguen las prestaciones de una población retirada cada vez más numerosa, todos aquellos que están detrás de esta idea su solución es la capitalización, que cada trabajador aporte parte de su salario a un fondo de pensiones y reciba en función de lo aportado y la rentabilidad obtenida por las mismas.
En mi opinión sería importante tener en cuenta que las pensiones privadas no evitan el riesgo de la insuficiencia de fondos, trasladan este riesgo a los ciudadanos y otro factor importante es que si la reforma se orienta hacia la capitalización, ésta destruye el elemento solidario que existe en el ámbito privado. Con pensiones privadas, los más ricos podrán acceder a unas pensiones mayores, y aquellos que no tienen capacidad de ahorrar o con salarios reducidos, no podrán acceder a planes de pensiones privados, o lo harán por cantidades muy reducidas.
La realidad es que existen programas públicos de pensiones, en cierto modo, por la existencia de algún fallo de mercado que hace necesaria la intervención pública. En la situación actual con la extensión del desempleo, cada vez es más difícil para la clase trabajadora acceder a un salario digno, el bienestar de las clases populares está disminuyendo…creo que sería injusto que las reformas del sistema de pensiones se orientaran al mercado privado. Todo el mundo tiene derecho a una pensión digna y ésta debe ser financiada con la riqueza de todos los españoles.

María García Otero.

jueves, 5 de marzo de 2009

EL SISTEMA DE PENSIONES EN ESPAÑA

La sostenibilidad financiera de los sistemas de pensiones en España está bajo debate ya que debemos de enfrentarnos a un problema que es el envejecimiento de la población y su repercusión sobre la sostenibilidad financiera de los sistemas de pensiones. El aumento de la esperanza de vida, unido a las bajas tasas de natalidad registradas a partir de los años 80 en España, tiene una gran repercusión sobre los sistemas de Seguridad Social, ya que nos encontramos con un gran problema que es que la proporción de jubilados se está aumentando y la proporción de trabajadores reduciendo y esto nos lleva a la situación de que cada vez mas gente cobre del sistema y menos gente contribuya a él, por esta razón nos podemos encontrar con un problema al que no podamos hacer frente , a no ser que o bien se reforme el sistema o bien se incremente la carga impositiva de los trabajadores.

Por todo esto es necesario buscar cambios y soluciones tales como elevar la edad de jubilación, incentivar la jubilación parcial, establecer gratificaciones para los que opten por prolongar su vida laboral etc.Pero sin modificar los pilares básicos de nuestro sistema de la seguridad social.
Por otro lado hay quien tiene la opinión de que sería mas ventajoso un sistema de pensiones privado en el cual ven muchas ventajas sobre el sistema de reparto público que reina en la actualidad estas ventaja serían: un sistema de capitalización privado proporciona una tasa de rendimiento mucho mayor que en el público, cada individuo es el dueño de sus propios fondos además un sistema privado no depende de variaciones demográficas como las que pueden llevar al sistema de reparto actual a la quiebra.
Uno de los obstáculos para la implementación de un sistema de capitalización privado es la transición, es decir, si todo el mundo se pasa al nuevo sistema de capitalización, ¿Quién mantendrá el actual sistema de la seguridad social, que da cobertura para una amplia gama de prestaciones?.

Como conclusión podemos decir que no es una tarea fácil saber si funcionara mejor el sistema público o privado por lo que habrá que esperar.
DIGNA Mª CARRASCO

SISTEMA DE PENSIONES EN ESPAÑA, OTRA VICTIMA DE LA CRISIS FINANCIERA.

Los objetivos del programa de pensiones de la Seguridad Social son transferir capacidad adquisitiva individual de los periodos activos a periodos pasivos y redistribuir la renta entre e intrageneraciones.
En España disfrutamos de un sistema de reparto, es decir, las cotizaciones que pagan hoy los trabajadores activos se utilizan para pagar las pensiones a los hoy jubilados. Cuando dichos trabajadores activos se jubilen, sus pensiones se pagarán con las cotizaciones de quienes están trabajando en ese momento.
Pero el deterioro del sistema de pensiones español y las dudas respecto a su viabilidad en el futuro ha abierto el debate principalmente por dos motivos. Uno de ellos es el progresivo envejecimiento de la población española debido a los fuertes descensos de las tasas de mortalidad y natalidad. Además, dadas las circunstancias económicas actuales, otro gran problema al que se enfrenta nuestro sistema de pensiones es el desempleo, pues se traduce en un menor número de cotizantes, y en consecuencia un menor nivel de ingresos en las arcas de nuestro estado al mismo tiempo que el gasto se dispara.
Las posibles soluciones son ya conocidas por todos: aplazamiento de la edad de jubilación, aumento del número mínimo de años de cotización, fuerte recorte de la pensión en caso de jubilación anticipada, no actualización de las pensiones (lo que supone pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas), incentivos fiscales a la contratación de sistemas de pensiones privados…
En mi opinión, el principal problema es que no se ha producido una adaptación del sistema de pensiones a la evolución tanto económica como social de nuestro país. En primer lugar, el Estado de Bienestar ha alargado la esperanza de vida de la población, lo que ha provocado que la media de número de años de disfrute de la jubilación sea de 17,8 años. Además la baja tasa de natalidad ha provocado que los trabajadores en activo, los que cotizan a la Seguridad Social, hayan disminuido respecto a los trabajadores pasivos, lo cual dificulta la supervivencia del sistema de reparto.
Por otra parte, la crisis financiera ha acentuado el problema. El aumento de la tasa de paro provoca menores cotizaciones a la Seguridad Social, por lo que vemos más reducida la relación de trabajadores en activo respecto a la población receptora de prestaciones. Es por ello que se esperan cambios y reformas en esta materia, pues con este escenario no hace inviable seguir con este modelo. Pero creo que éstas deberían haberse tomado con anterioridad pues la principal causa de la debilidad de nuestro sistema (envejecimiento poblacional) era ya conocida desde hace tiempo, y el desempleo actual sólo lo ha agravado.
Dicho esto, parece que la alternativa es el sistema mixto, en el cual, convivirían el sistema público, que garantizaría unas condiciones mínimas de subsidio, y el sistema privado. Parece que esta es la única salida y creo que para ello deberían aumentarse los incentivos a la contratación de sistemas de pensiones privados pues aunque dichos incentivos mostraron un gran auge en la década de los noventa, en la actualidad se concentran en escasos productos y con fuertes limitaciones.

Mª Teresa Prieto Sánchez.

martes, 3 de marzo de 2009

COMPLEMENTAR LAS PRESTACIONES PÚBLICAS

Envejecimiento de la población, disminución de la natalidad y aumento considerable de la esperanza de vida. Tres factores que pueden provocar en España un problema de sostenibilidad en las pensiones y que hacen que sea necesaria una reforma en la Seguridad Social a medio o largo plazo de forma que se garantice que el sistema de pensiones sea viable en términos financieros.
Este problema de sostenibilidad no es exclusivo de España, sino que afecta de una forma u otra a gran parte de los países de la OCDE. Pero, y si es un problema que no sólo nos afecta a nosotros, por qué todavía no hemos empezado a tomarnos esta reforma con más seriedad. Hay dos causas que sí nos diferencian de otros países y que podrían ser respuesta a esta pregunta, por un lado la incorporación más tardía de la mujer al mercado laboral y por el otro la de los inmigrantes, que hacen que este problema de sostenibilidad se retrase.
Si nos ponemos en el caso de un trabajador de 35 años con todo un futuro de cotizaciones a lo largo de su vida laboral, cabe preguntarse al menos dos preguntas llegado el momento de su jubilación, ¿voy a cobrar?, ¿cuánto voy a cobrar?
Responder a la primera pregunta no debería resultar difícil pero dado los tiempos que corren podríamos detenernos un poco más, qué sucedería si el Gobierno de España comenzase a financiar déficits a cargo del Fondo de Reserva como han empezado a hacer ya Irlanda o Noruega… por otro lado no dejo de pensar en Afinsa y Forum, o más recientemente en Bernard Madoff… esto de que con mis retenciones presentes pago gastos presentes y depender de futuros trabajadores para ser beneficiario de mi pensión me suena un poco a timo piramidal del que además soy obligado partícipe…lo reconozco, igual es desconfiar demasiado en el Sistema pero uno ya no sabe qué pensar…
Respecto a la segunda pregunta, no lleva mucho tiempo pensar que si cada vez van a cotizar menos y va a haber mayor porcentaje de beneficiarios la cuantía de las prestaciones va a tener que disminuir.
Es en este momento cuando deberíamos pensar en complementar las pensiones del Sistema Público con pensiones privadas o probar otros modelos alternativos como es el caso del modelo chileno, que ha demostrado ser completamente viable a lo largo de los últimos años.

PEDRO VIDAL

EL PROBLEMA DE SOSTENIBILIDAD DE LAS PENSIONES

Constantemente se plantea la cuestión: ¿Qué ocurrirá en un futuro con las pensiones en España? Es un problema que preocupa porque las estimaciones apuntan a que el sistema público podrá mantener su superávit y acumular un fondo de reservas hasta el 2015 y que, a partir de ahí posiblemente comience a ser deficitario, hasta que en torno al año 2020 se agote el fondo. El resultado será que la Seguridad Social tenga que recibir dinero del Estado y deje de ser autónoma económicamente.

¿Cuál es la causa desencadenante de esta situación? El principal argumento utilizado es la demografía. La baja tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida han dado lugar a un aumento de la población con derecho a la prestación de jubilación frente a una disminución de los que deben correr con los gastos de los jubilados.
La incorporación de los trabajadores inmigrantes y de la mujer al mercado laboral, incrementó la afiliación a la Seguridad Social y, supuso un respiro y un cierto margen para hacer reformas.

¿Qué tipo de reformas se plantean? Entre esas medidas está la ampliación de la vida laboral y la disminución del importe de las pensiones. Se pretende que la edad legal de jubilación (65 años) se aproxime a la edad real, ya que en la actualidad la media está en los 62,5 años.

También desde el Estado se ha estado incentivando el aumento de las pensiones privadas. Productos de ahorro a largo plazo que dependen de las rentabilidades finales que hayan generado, pues estos beneficios condicionarán la cuantía de las futuras pensiones.
Las dificultades con que se encuentra un sistema de pensiones privado son el escaso margen de ahorro y unos bajos salarios, por lo que constituye un sistema privilegiado no al alcance de todas las rentas. Todo esto hay que unirlo a la situación actual que atraviesan los mercados financieros que está provocando unos bajos rendimientos de los activos y, por tanto, una pérdida del poder adquisitivo real, ya que se encuentran por debajo de la inflación.

Se nos plantea una cuestión. ¿Es razonable buscar en el mercado la solución para asegurar el bienestar que el Estado no proporciona o lo hace de manera insuficiente?
Lo lógico sería acudir al mercado buscando beneficios y no, para asegurarse el bienestar o el reparto equitativo de la riqueza. Por tanto, la solución no debe estar en el mercado, transfiriendo el Estado la responsabilidad a éste.

NURIA ÁLVAREZ GONZÁLEZ

POR EL MANTENIMIENTO DEL SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES

Desde su creación el Sistema Público de Pensiones ha sido uno de los grandes pilares en los que se sustenta el estado del bienestar español, sin él millones de ciudadanos independientemente de que hubiesen o no contribuido con aportaciones no podrían haber disfrutado de una prestación mensual que les permitiera en muchos casos poder seguir viviendo al menos de una forma digna desde el momento de su jubilación laboral o circunstancias asimilables a ella que hacen surgir el derecho a recibir una prestación social de pensión.
Desde hace un tiempo se viene comentando de manera general la inminencia de una crisis fatal en el fondo de la seguridad social, basados estos datos en el envejecimiento de la población, el aumento de la edad de supervivencia y la insuficiencia de las nuevas aportaciones para continuar y mejorar el sistema de pensiones tal y como lo conocemos. Los datos más alarmantes hablan incluso del imposible sostenimiento del modelo público de pensiones.
Lo cierto es que los datos de entradas, salidas y rentabilidades del fondo son en gran medida preocupantes desde hace unos años, pero con lo que entro en conflicto es con la opinión bancaria y financiera de que la única solución posible es dejar este sistema con carácter residual y convertir las pensiones de jubilación en un producto que dependa de forma casi total de las entidades de crédito y de forma general para toda la población. Con lo cual los únicos encargados de velar por la seguridad y estabilidad financiera de los ciudadanos sean la Banca.
Personalmente, lo más adecuado o bien una forma de solucionar el problema sería una especie de modelo combinado entre el ente público y el privado con sometimiento de éste último al primero mediante una adecuada regulación que permita seguir cumpliendo con las funciones básicas de prestación y auxilio social en las que se fundamenta el sistema público. Y que al acercarse al modo de gestión financiera de las entidades privadas pueda ver superados los problemas económicos que hacen peligrar su continuación.
Lo dicho es difícil de lograr pues el conciliar y lograr que el sector privado acate decisiones y normas del sector público es complicado pero a cambio, la ingente masa monetaria a gestionar procedente del sector público es un atractivo difícil de despreciar para cualquier entidad financiera y las posibilidades de negocio dentro de los planes y fondos de pensiones privados pero avalados, fomentados y elaborados conjuntamente con el Estado son enormes. Y en realidad con ello no estaríamos hablando del fin del sistema público de pensiones, sino de su evolución natural producido simplemente por el paso del tiempo y de su necesaria y constante adaptación.
MIGUEL GUTIÉRREZ NOVOA

¿REFORMA?

En épocas de crecimiento económico, el sistema de pensiones en Europa, era razonable. Éste se basaba en una edad de jubilación de 65 años y en beneficios fijos sostenibles. Pero los cambios en la estructura económica, familiar y social han derivado en un modelo que ya no es viable en el tiempo.
A cierre de 2008, la seguridad social presentaba un superávit de 14.428 millones de euros, el 1,31% del PIB. En este año 2009 se espera un incremento del gasto en pensiones, pero ¿entraremos en déficit?
El sistema público no será factible a largo plazo, debido a que la evolución demográfica, basada en una pirámide de población invertida de la sociedad española, impedirá que dicho sistema disponga de recursos suficientes. Pero la financiación pública también se vería afectada si se registran altos niveles de desempleo, salarios reales en descenso, bajo ritmo de crecimiento económico y al mismo tiempo un envejecimiento de la población.
Ante este escenario, nos planteamos si menos trabajadores pueden producir la riqueza necesaria para pagar más pensiones. Si se produce una mejora en los mercados de trabajo y más gente se incorpora al mercado laboral, la financiación de las pensiones mejora. Podemos contar también con la población inactiva, que podría incorporarse a trabajar si las expectativas laborales mejorasen. En los últimos años menos trabajadores han producido una riqueza mayor debido a su capacidad para generar beneficios.
Pero en el largo plazo, la sostenibilidad, sólo se logrará con la reforma. Un primer objetivo sería aumentar la edad de jubilación, lo que reduciría el número de pensionistas que reciben prestaciones. El segundo objetivo sería modificar la estructura de las pensiones, a través de una reducción de las pensiones públicas y de darle más importancia a los planes y fondos de pensiones privados. Éstos son instrumentos complementarios a las prestaciones recibidas en el momento de la jubilación.
Los sistemas privados de gestión canalizarían recursos, que invertidos en los mercados favorecerían mayores rendimientos del sistema y resultados globales más satisfactorios, es decir, la privatización orientaría el ahorro hacia inversiones rentables y provocaría ganancias en eficiencia y crecimiento.
Este sistema funciona sobre la base de logar rentabilidad, por lo que debe operar con primas más elevadas que las de un sistema público. La gestión de los recursos es compleja, lo que obliga a mantener altos costes de administración.
Pero un problema visible que presenta es que habrá que ver quien se queda sin nada en le proceso, ya que el sistema público ajusta las prestaciones de manera coordinada e igualitaria.

Begoña Requeijo

LA CONFIANZA EN EL SISTEMA PUBLICO DE PENSIONES EN ENTREDICHO

A pesar de que en los libros de geografía e historia siempre se ha hablado de una estructura poblacional en forma de pirámide lo cierto es que en nuestro país durante las últimas décadas esta tradicional figura ha dado lugar a otra que podría decirse romboide y que se corresponde con el fenómeno conocido en España como el baby boom y que ha provocado que a día de hoy en el centro de la figura se sitúe el mayor porcentaje de la población española. Porcentaje que con el tiempo se irá desplazando hacia arriba en la figura generándose como consecuencia un importante desequilibrio entre la población activa y el numero de jubilados, que afectara al sistema actual de la Seguridad Social y que impedirá que se pueda en un futuro no tan lejano un nivel de vida digno de los jubilados.
Esta situación es de sobra conocida, señalando los informes más optimistas que este sistema como mucho podrá ser mantenido durante una década mas, como consecuencia de la escasa natalidad que ha acusado nuestro país en los últimos años y del gran aumento de la esperanza de vida, es decir de personas mayores de 65 años que sobrecargan un modelo de Seguridad Social en sí ya debilitado desde sus orígenes, por producirse un grave desequilibrio entre los flujos de entrada y los de salida, al verse fuertemente disminuidos los primeros y por el contrario fuertemente aumentados los segundos.
Situación que en el último año por ende se ha visto empeorada como consecuencia de la actual crisis financiera que al estar afectando al empleo y cotizaciones empresariales han provocado un aumento de los gastos de más del 10% y una reducción de los ingresos del 2%, situación que se prevé que empeore al aumentar la tasa de paro en nuestro país.
Pero pese a ello los productos que entidades bancarias y cajas prevén de cara a la jubilación tampoco han tenido un mayor éxito que en situaciones económicas más benévolas, situándose las inversiones complementarias en planes de pensiones en un nivel muy inferior si se compara con otros países.
Planes de pensiones que no calan en la sociedad española pese a existir la posibilidad de poder ser contratados libremente por el trabajador en una entidad financiera o bien por la propia empresa en que este desempeña su trabajo.
Planes de pensiones cuyo objetivo no es otro que tratar de obtener la mejor rentabilidad con un nivel de riesgo fácilmente asumible por los participes.
Pero a pesar de ello en el último año su contratación ha disminuido aun más si cabe quizá ante el desconocimiento general de su regulación y ante el miedo de perder el dinero invertido. Debiendo por ello darse más información sobre este punto y destacar la labor de vigilancia de las Comisiones de Control.
Rebecca T. Vilariño

lunes, 2 de marzo de 2009

¿TENDREMOS PENSIÓN NOSOTROS TAMBIÉN?

En nuestro país, prácticamente todos los jubilados y cuanta mayor edad, más acentuado, únicamente, aunque también de manera lógica, están preocupados por el cobro de su pensioncilla. Podría parecer egoísta que esos que compran hasta 10 cajas de aspirinas de una sola vez o que van a comidas gratis a cambio de su voto político, pero en realidad, todos haríamos casi lo mismo.
El sistema de pensiones actual no durará otros 30 años más, y los políticos lo saben, pero hasta el día en que la pirámide demográfica se altere mediante una inversión drástica en planes familiares y de natalidad, tal y como sucedió en Suecia hace unos 20 años, el poder decisivo por medio del voto lo tiene una población con una media de edad superior a los 70 años. Ello se debe acabar. Si no es posible que el español medio traiga una recua de vástagos por no haber dinero gubernamental que lo ampare, debemos tratar de alcanzar unos objetivos que nos desmarquen.
Por tanto, queda claro que el sistema de pensiones necesita una clara reforma, y que de no poder obtener un equilibrio entre el público y el privado, ¿qué sistema debemos elegir? ¿cuál funciona mejor?.
La inversión en el público por parte del trabajador joven y de los que en un no muy lejano futuro entrarán a formar parte del mundo laboral, resulta obvio que únicamente beneficiará a quienes se jubilan en este período o ya lo están, con lo que el ahorro aportado para esas pensiones (públicas) no serán nunca para las que las han trabajado. Por ello, no es razonable que esos que no recibirán pensión alguna por una imposibilidad de sostenimiento del sistema, tengan que acudir a la contratación del sistema privado, sino que lo más lógico, a mi entender, sería implantar la opción de elegir por un sistema u otro o crear uno mixto para, al menos, tener cierta cobertura en el futuro, como sucedió en Chile.
IRENE DE CASTRO

Situación actual del sistema de pensiones español.

El sistema de pensiones de la Seguridad Social, actúa como una “gran hucha”, en la que tanto los trabajadores como los empresarios, depositan obligatoriamente una parte de su salario (cotizaciones) con el fin de que en el futuro, se les pueda garantizar una renta segura en caso de jubilación, incapacidad o muerte.
Sobre el papel y hasta la actualidad, este sistema ha funcionado bien, pero cada vez se hace más frecuente una pregunta en la cabeza de los contribuyentes: “Realmente, ¿Este sistema de pensiones me va a garantizar una pensión digna en el futuro?”

La principal causa que motiva esta pregunta se basa en el cambio en la pirámide poblacional española, la cual tenderá progresivamente a abandonar su forma piramidal tradicional para adoptar una forma de pirámide invertida, indicando que cada vez será menor el número de población activa, y por tanto de contribuyentes y mayor el número de población envejecida que requiere las prestaciones del sistema de pensiones de la Seguridad Social. Por todo ello, el problema de una posible quiebra de la Seguridad Social es cada vez mayor, pero no es el problema de la quiebra lo que más preocupa a los contribuyentes (que consideran casi imposible que este situación llegue a ocurrir), sino el miedo a que llegado el momento de recibir la pensión, esta no fuera suficiente para garantizar un nivel de vida digno.

Esta situación de desconfianza/temor a lo que pueda ocurrir con el sistema de pensiones de la Seguridad Social, esta provocando un aumento en el número de contrataciones de planes de pensiones privados. Esto es debido a que todos los contribuyentes esperan cobrar, pero lo que no saben, es el porcentaje de su salario que recibirán, por lo que optan por buscar métodos complementarios para garantizarse una renta suficiente en el futuro.
Otro de los motivos del incremento de la contratación de planes de pensiones privados tiene que ver con una de las características del sistema contributivo español, ya que este actúa como mecanismo de redistribución de la riqueza, es decir, los contribuyentes con mayores rentas realizan mayores aportaciones. Estos contribuyentes para mantener su nivel de vida tienen que acudir a los sistemas privados de previsión ya que la tasa de cobertura de los sistemas públicos disminuye cuanto mayor es la renta de los contribuyentes.

Por todo esto, se hace cada vez más necesario una reforma del sistema de pensiones en profundidad, más allá del alargamiento de la edad de jubilación y de esperar a que los planes de pensiones privados solucionen el problema.
ENRIQUE GARCÍA MORO

Estado y perspectivas del sistema

El hecho de que la población correspondiente al segmento de las personas mayores crezca y, lo haga de forma más acusada que otros grupos de edad, supone cada vez más una mayor necesidad de recursos en el sistema público de pensiones con los que poder satisfacer las necesidades referidas a dicho colectivo de personas.

En España, el problema se intensifica de alguna manera ya que a nuestra elevada esperanza de vida, la cual supera ya los 80 años, se suma el pobre crecimiento vegetativo que experimenta la sociedad española, circunstancias que ponen en entredicho el futuro equilibrio presupuestario de la Seguridad Social representando todo un desafío para nuestro país. El problema demográfico al que se enfrentan ciertos países, entre los que destacan las economías desarrolladas, dificulta aún más el futuro equilibrio de las cuentas de la Seguridad Social en los próximos años.

El Programa de Estabilidad, presentado por el Gobierno español para el período 2002-2004, sirvió para constituir la creación y dotación de un Fondo de Reserva con el que fortalecer el sistema público de pensiones. Este fondo, que ha ido acumulando recursos provenientes de los sucesivos superávits que ha registrado la Seguridad Social en los últimos años de confrontar los ingresos de las cotizaciones sociales y los pagos en concepto de pensiones, ha invertido fundamentalmente en activos financieros compuestos por deuda española (un 56,4%) y extranjera (un 43,6%).

A pesar de la senda ascendente que ha registrado el Fondo de Reserva de la Seguridad Social en los últimos años, contabilizando a cierre de 2008 la cifra record de 57.223 millones de € (cantidad que representa casi el 5,5% del PIB), los recursos que se presumen necesarios para cubrir las necesidades de los mayores en el futuro serán realmente cuantiosos.

Este sistema de capitalización, junto con los superávits esperados en las cuentas de la Seguridad social en los próximos años, permitirá mantener esa suficiencia financiera hasta el año 2030, pudiendo compensar el desequilibrio que se produzca por el previsible envejecimiento de la población durante esos años.

Aún así, cabe destacar que la previsible minoración en el superávit de las cuentas de la Seguridad Social en los próximos años constatará la necesidad de acometer importantes reformas que irán desde la mejora del sistema de pensiones en términos de eficiencia hasta el hecho de promover un envejecimiento activo de la población.
RUBÉN VÁZQUEZ

PENSIONES ….


¿Que escojemos? Pues es una pregunta difícil, ya que en esa decisión está nuestro futuro no solo cuando seamos mayores, también lo usamos en caso de baja por enfermedad. En sistema público los que cotizan hoy pagan las jubilaciones de nuestros mayores, y asÍ siempre. Pero en el privado tú pagas para ti.
Aquí tenemos el problema porque en función de lo que tú cotices tú cobras. Normalmente más cobraras si también arriesgas más en la bolsa, es un círculo vicioso.

El estado según FUNCAS, en el 2015, no podrá pagar las pensiones, estará en quiebra, por lo que deberá tirar del Fondo de Pensiones, para pagar, de está manera aguantará hasta el 2025, sin problemas de pago.

A pesar de esto, me decanto por el público, debido a que el privado solo depende, de la evolución de los mercados, me hago una pregunta ¿si cuando vas cobrar hay un MADOFF? ¿Qué haces, vas para la indigencia?
El estado está estudiando diversas formulas, como incrementar los años de jubilación a 70, y a la hora de de calcular la jubilación, en vez de 15 años como ahora, tener en cuenta toda la vida. Con está última formula se podría rebajar los pagos entre un 10% y un 30%. Si esto se llevará a cabo, si los fondos de pensiones, si podrían ser un complemento para las personas, un sistema como el que siguen muchas empresas, que pagan fondos de pensiones a sus empleados.

En España en los últimos años, los que están ayudando a pagar las pensiones son los inmigrantes aquí surge un problema, si estos inmigrantes se van cuando se jubilen, estaremos transfiriendo fondos al extranjero

Otra solución sería incrementar ayudas a las familias, para que se aumente el nivel de nacimientos, y así intentar asegurar nuestras pensiones, el día de mañana.
Además el estado debería incrementar los controles de la pensiones, para evitar los fraude, ya que estos existen, y se saben

El fututo será un sistema mixto, público y privado pero tampoco que se tarde mucho, porque en ese caso, a lo mejor no resolvemos el problema antes de la suspensión de pagos, España, entraría en una gran crisis, que la que estamos viviendo no será nada, con lo que puede ocurrir.

Me hago un a pregunta, ¿cobraremos del estado nuestras pensiones, tal como hoy lo conocemos?
ANTONIO VÁZQUEZ

Me siento seguro…

Ante la situación actual de pánico y desconcierto general, además de intentar asegurarnos un futuro estable a corto plazo, nos comenzamos a plantear seriamente el futuro a medio y largo plazo. La seguridad social española lleva años y años con un gran déficit, no ya sólo de gestión sino también de ejecución.

El hecho de que la campana de población cada vez nos indique que aumenta la población de mayor edad en mayor proporción que lo hace la población hace que las cosas cada vez se pongan más complicadas en el sistema de pensiones público.

Una alternativa son los planes de pensiones privados. Una buena opción tanto para asegurarse una renta futura como para facilitar la renta presente, puesto que conllevan ciertos beneficios fiscales que benefician a las renta a corto plazo.

Actualmente parece impensable el hecho de que se modifique a corto plazo el sistema de seguridad social. Los jóvenes cada vez empezamos a trabajar más tarde, el hecho de prolongar los estudios y ampliar la formación mejora la calidad laboral en España, pero aporta menos al grupo de Españoles que colaboran a aportar a las pensiones.

En España la gente todavía es un poco reacia a realizar planes de pensiones privados. El hecho de la existencia de un sistema de pensiones general nos hace pensar que ya estamos pagando por lo que vamos a recibir al llegar a la jubilación, y una gran parte de la población no ve justo tener que aportar dos veces, pero probablemente esa será la mejor opción en un futuro (si no lo es ya). Probablemente en este país la cultura nos hace pensar de otra manera, preferimos hipotecarnos a pagar alquiler, preferimos actualizar las rentas futuras en lugar de capitalizarlas para asegurarnos un futuro mejor, no tenemos una cultura muy encauzada a protegernos a nosotros mismos, la gran mayoría hasta que consiguen una hipoteca ni se les pasa por la cabeza realizar un seguro, y cuando lo hacen es porque éste viene impuesto por el banco. Además la situación actual no ayuda a cambiar esta cultura, cualquiera que tenga un plan de pensiones actualmente ya habrá llamado a su gestor para preguntarle la rentabilidad que esta adquiriendo ahora por el mismo, y eso, en este momento, casi es mejor no querer saberlo.

No sabemos cuando quebrará finalmente el actual sistema de pensiones, quizá no lo queremos saber porque nos de miedo que llegue el momento, pero todos tenemos claro que tarde o temprano pasará, ¿qué vamos a hacer para remediarlo?
FRANCISCO PARDO FERREIRO

SI NO SE REFORMA EL SISTEMA DE PENSIONES, ¿ESTAREMOS CONDENADOS A UNA JUBILACIÓN DE MISERIA?

El sistema contributivo de pensiones español podría mostrar su primer déficit en el quinquenio comprendido entre 2011 y 2015. No obstante, el Fondo de Reserva permitiría cubrir dicho déficit entre siete y diez años, por lo que lo postergaríamos hacia el año 2018 ó 2025. Pero el problema sigue estando ahí. Requeriría, a partir de ese momento, financiación por parte del Estado.
La amenaza para el sistema de pensiones es consecuencia de varios factores. Entre ellos se encuentran la baja natalidad existente en nuestro país y el incremento de la llegada a España de inmigrantes en una edad próxima al disfrute de las pensiones, pues no sólo vienen extranjeros jóvenes en edad de trabajar.
Unido a la baja natalidad es importante recordar el elevado envejecimiento de la población española. Así, en 2050 España podría convertirse en uno de los países más envejecidos del mundo, con 14,5 millones de personas de 65 o más años. De ese modo, las pensiones de este 34% de la población se deberán pagar con los impuestos de los trabajadores en activo, que gradualmente se convertirán en el mismo número que los pensionistas. Podría haber un jubilado por cada trabajador en activo. Algo inviable.
Por ello, se necesita reformar el modelo existente que regula las jubilaciones de casi 20 millones de trabajadores, pues nos encontraremos con un problema de sostenibilidad y necesitamos que se garantice la viabilidad del sistema a medio y largo plazo.
Entre las medidas propuestas se encuentra la de ampliar a toda la vida laboral el cálculo de las pensiones, que ahora es de 15 años. Así, el primer año en el que tendríamos déficit se retrasaría cuatro años. Sin embargo, no resolvería el problema de equidad de manera correcta, pues sólo tendría efecto en los nuevos jubilados.
Otra sería la de concienciar al ciudadano, pues es el paso previo para realizar una reforma en la jubilación y en las pensiones. Para ello, se elaboraría una Oficina Presupuestaria del Congreso, como la que existe en Estados Unidos, que sería independiente del poder ejecutivo, teniendo en cuenta el carácter impopular que tiene alguna de las medidas.
La ampliación de la vida laboral sería otra medida a tener en cuenta. Así, se retrasaría la edad de jubilación a los 70 años, actualmente en los 65. En países como Alemania ya se está debatiendo actualmente esta medida. Con ello, se retrasaría el primer déficit 17 años.
Sin embargo, con estas medidas puede que sólo se consiga postergar el problema unos años. Además, el nuevo cálculo de la pensión rebajará las prestaciones y generará pobreza. Porque además la cuestión no sólo es si habrá pensiones en el futuro, sino que cuánto cobrarán, puesto que no se sabe qué equivalente será del salario.
Por su parte, la OCDE ha hecho dos recomendaciones para paliar esta situación, que son dos de las ya expuestas: aumentar la edad de jubilación mínima para retrasar la edad de jubilación y extender a toda la vida laboral el cálculo de la pensión. Pero aún no han encontrado seguidores en nuestro país. Por ello, los técnicos advierten de que si se ignoran estas recomendaciones, sólo existen tres finales: subir las cotizaciones a los trabajadores o a las empresas, elevar los impuestos o reducir las cantidades de las pensiones.
Si no se sigue ninguna de estas medidas y el mal va a peor, es hora de cuestionarse los planes privados de pensiones. Es una de las soluciones para poder percibir una pensión más digna. Cada vez existen más países que cuentan con un sistema de protección donde la cobertura privada juega un papel importante. Sin embargo, no todo el mundo puede optar por esta solución, ya que ni siquiera el 50% de la población puede asumir un plan privado, debido a su coste económico, por lo que o se reforma el sistema de pensiones público de una manera eficaz o estamos condenados a una jubilación de miseria.
LETICIA VÁZQUEZ

Miedo al largo plazo

El problema de las pensiones públicas no está en el presente. Hoy en día todo está en orden, pero se hay que preguntar: ¿hasta cuándo seguiremos así de bien?
En los últimos tiempos son muchas las alertas que nos avisan que el futuro del pensionista español no está garantizado. En el entorno interno de la Seguridad Social confían en solucionar los malos augurios, mediante una reforma constante del sistema. Pero, si los numerosos análisis que se han hecho no están equivocados, a los pensionistas no les quedará más remedio que ahorrar para aumentar la renta que les dará el Estado. Es decir, tendrán que acudir es Sistema Privado de Pensiones.

El problema está en la evolución demográfica en España. La gente tiene un aumento en los años de vida que año a año crece. En la actualidad hay tres trabajadores por pensionista, en el año 2050 se estima que sólo habría 1,6.

El largo plazo es el tema preocupante. La Comisión Europea le reclama al Estado una reforma total de todo el sistema. La OCDE aconseja a España reducir las pensiones y tomar medidas destinadas a minorar el coste efectivo del actual sistema de reparto. También para el Círculo de Empresarios el Sistema Público no se puede sostener a medio plazo y lucha por un Sistema Mixto, en el cual las Pensiones Privadas convivan con las Públicas.

Los consejos para la reforma del sistema actual son numerosos. Veremos cuales son las reformas que se irán adoptando y como calan en la sociedad. Lo que hay que tener claro es que la gente joven como nosotros nos tenemos que preocupar y buscar alternativas para nuestra futura jubilación.
LUCAS RIVAS PORTILLO