viernes, 27 de noviembre de 2009

Fusiones entre cajas: ventajas e inconvenientes.

En España, al menos 15 cajas de ahorros deberían unirse con otras. Éstas son las rotundas palabras del señor Fernández Ordóñez, actualmente Gobernador del Banco de España. Quince es un tercio del total de cajas de ahorros que hay en todo el país. El objetivo de estas fusiones es reestructurar el sector y lograr la salud financiera.

Como todo en esta vida, esta cuestión también tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Empezaré por lo que, en mi opinión, son las ventajas de tales fusiones. En primer lugar, si tenemos menos cajas, éstas serán más fuertes, por lo que podrán ser más competitivas y ofrecer mejores productos y condiciones a sus clientes. Tendrán menos dificultades económicas ante otra posible crisis y su cartera de clientes será más amplia. Al tener más clientes, tienen más dinero con el que poder hacer más y mejores inversiones, así como más dinero para dejarle a la gente que necesite un préstamo. Una fusión es, además, la mejor opción para evitar que ninguna caja de ahorros española llegue a quebrar.

Siguiendo con los inconvenientes, resulta que determinadas fusiones, por ejemplo las producidas entre entidades de una misma Comunidad Autónoma, podrían destruir empleos, ya que tener varias sucursales de la misma caja en pequeños espacios, como pueden ser determinados pueblos, es innecesario. Por lo tanto, mantener a todas esas sucursales sería insostenible para la entidad resultante de la fusión. Entonces, la solución sería cerrar alguna de ellas, y su consecuencia, el despido de no pocos empleados. Por otra parte, si en un territorio sólo hay una caja de ahorros autonómica la competencia no es tan alta, los clientes tienen menos opciones entre las que elegir. Por eso, una fusión que solamente agrupe a entidades de la misma Comunidad Autónoma no es la solución más eficiente al problema.

La cuestión, entonces, no es decir un no rotundo a las fusiones. Las fusiones son necesarias, pero creo que no pueden ser el producto de las prisas. Es mejor hacer un exhaustivo examen de la situación de cada una de las cajas que necesitan unirse a otras como solución a sus problemas, analizar los pros y los contras de cada una de las opciones de fusión que se presenten y negociar hasta llegar a la mejor solución posible para todos. Para ello, es imprescindible centrarse únicamente en el sistema de cajas de ahorros que tenemos ahora y en el que queremos conseguir con las fusiones, dejando al margen todo tipo de intereses políticos.


Beatriz Abal

¿Por qué una fusión?

En el momento tan profundo de crisis que estámos pasando sobre todo en el mundo financiero, las cajas de ahorro en España se encuentran en una gran y dificil encrucijada, pues están a punto de ver cómo su futuro puede decidirse en dos posibles caminos: por un lado tenemos una posible intervención del Banco de España, y como segunda opción se perfila una posible fusión con otra entidad.

Lo más lógico es por supuesto, la segunda opción, pues la intervención de las cajas por el Banco Central puede causar el pánico inicial de los acreedores de la misma, y las consecuencias de tal hecho no son demasiado buenas.

Por otra parte, y continuando con esta segunda opción que es la que nos ocupa, la fusión puede terminar o disfrazar los problemas con una adquisición por parte de otra caja, que es lo que realmente se busca en estos momentos de crisis financiera. Y es que los datos hablan por si sólos: al menos 15 de 45 cajas de ahorros estarían dispuestas a fusionarse con otras entidades para conseguir la supervivencia.

Pero; ¿Para qué una fusión? Pensando con mentalidad empresarial y fruto de un buen management, para fortalecer no sólo su la solvencia, rentabilidad y liquidez, sino para que el mercado recupere su confianza en ellas tras esta época de crisis.

El problema que aprecio es que da la impresión de que todos estos movimientos de las cajas poco tienen que ver con las citadas estrategias empresariales y financieras, y más con la política, pero no a la política económica que se estudia en la universidad.

Pero como éste es un tema que puede levantar ampollas, creo que lo principal a comentar aquí es que las fusiones deben de realizarse para mejorar la situación en la que se encuentran las entidades afectadas, dejando a un lado las manidas conveniencias políticas a las que estamos tan acostumbrados La fusión como estrategia empresarial puede tener un resultado diverso, aunque lo que se pretende en un principio es mejorar una situación, que puede empeorar si no se hace bien: pueden resultar convenientes o inconvenientes, e incluso totalmente irrelevantes, pero lo más importante es evitar que la situación inicial que pretendemos cambiar quede igual o peor, mirando con lupa el hecho de que aunque puede haber algunas fusiones muy interesantes para mejorar la eficacia de la entidad, si se terminan juntando dos empresas con dificultades, lo único que obtendremos es un problema doble, o lo que es peor, una entidad más grande y con problemas mucho más grandes.

Alejandro Pampín Saavedra

Galicia ante su gran oportunidad


Durante los últimos meses, estamos siendo testigos del inevitable proceso de reestructuración del sector financiero español, manifestado esencialmente en una frenética carrera de fusiones y alianzas que involucra a la práctica totalidad de las cajas de ahorros del país.

Una vez más, la necesidad de tomar decisiones de gran trascendencia en momentos clave, ha demostrado la incapacidad de Galicia para conseguir que todos los estamentos implicados (poderes públicos, capital privado, sindicatos…) alcancen un compromiso común que derive en la construcción de un proyecto ambicioso y de futuro para nuestra comunidad. Mientras en Cataluña, Castilla y León o Andalucía ya se han puesto en marcha procesos de fusión intrarregionales (a pesar del presumible coste en forma de cierre de sucursales y prejubilaciones que a buen seguro implicará) nuestros dirigentes todavía no han alcanzado una decisión final sobre la conveniencia de construir una gran caja global que pueda actuar como soporte para la viabilidad y el desarrollo económico de Galicia.

El principal argumento que se ha utilizado para oponerse a la fusión de Caixa Galicia y Caixanova califica la operación como excesivamente costosa y poco viable. Los estudios realizados en relación a una potencial alianza estiman que serían necesarios unos 1.100 millones de euros aproximadamente en concepto de ayudas públicas. Esta cantidad tendría que solicitarse a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), y constituiría una financiación similar a la solicitada por las cajas catalanas (Catalunya, Manresa y Tarragona) y ligeramente superior a la requerida por las cajas castellanas (Caja España y Caja Duero). Según distintos análisis, esta prestación pública sería suficiente para afrontar unas mil prejubilaciones y el cierre de unas doscientas oficinas, por lo que el citado problema de viabilidad podría solventarse en su mayor parte mediante este procedimiento.

Desde la Xunta de Galicia se enuncian como premisas de obligado cumplimiento tanto el mantenimiento de la galleguidad de ambas instituciones como la permanencia de los centros de decisión en Galicia. Resulta obvio que cualquier proceso de fusión con entidades de fuera de la comunidad estaría abocado a una absorción total de nuestras cajas a medio plazo, por lo que esa eficiencia a corto plazo que se persigue, implicaría que en el futuro, el daño para el tejido económico, industrial y social gallego sería irreversible. No debemos olvidar que el papel de las cajas de ahorros va más allá del mero ámbito económico, ya que sus beneficios deben repercutir en la promoción del empleo, el fomento de la cultura y el apoyo a los sectores productivos regionales. Y es precisamente esa excepcionalidad, la que debe hacer recordar a sus directivos cuáles fueron las motivaciones que provocaron el nacimiento de este modelo de entidades y quiénes son realmente sus propietarios.

Por todo ello, creo que el coste de la “no fusión” en el caso de que las dos cajas siguieran sus caminos por separado, sería realmente ruinoso para Galicia y debería ser considerado como un acto de irresponsabilidad, no sólo a nivel económico sino también a nivel social. Parecería incomprensible que después de asistir a las oportunidades perdidas en relación al sector energético (en especial el fracaso de Fenosa), el hundimiento del sector lácteo o las dificultades de los sectores ganadero y pesquero, el conjunto de la sociedad gallega, con sus representantes políticos a la cabeza, permitiera el desmembramiento de nuestro sector financiero por causa de ambiciones e intereses privados.


Rubén Río García

FUSIÓN O NO FUSIÓN, ESA ES LA CUESTIÓN

El tema de moda estos días en Galicia es la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova, no se habla de otra cosa, tanto en el entorno financiero, como en la calle; fusión o no fusión, esa es la cuestión.

Antes de realizar cualquier juicio habría que demostrar la inviabilidad futura de cada una de estas cajas por separado, esto lo debería hacer el Banco de España o la Xunta de Galicia. Deberían emitir un informe preciso sobre la situación de las entidades y así se acabaría con la incertidumbre de este debate.

Ambas cajas, según la información publicada en sus memorias, presentan unos ratios de solvencia por encima del 10%, esto es 2 puntos por encima del mínimo legal exigido. Por este motivo creo que una fusión entre ambas no aportaría una mejora apreciable en los niveles de solvencia de la entidad futura.

También cabe decir que el proceso de fusión tardaría entre 4 y 6 años, desviando la mayor parte de las fuerzas en el proceso de integración y pudiendo mermar en los procesos de crecimiento interno y en la eficiencia.

Otra consecuencia de la fusión sería el importe que se destinaría a la Obra Social de la caja futura, ésta tendrá que dar prioridades y algunos de los sectores que actualmente son objetivo de las cajas, quedarían desatendidos.

Pero sobre todo, la más importante de las consecuencias sería el Impacto Social. Según la memoria del 2008, Caixa Galicia contaba con 891 oficinas, de las que 464 se encontraban en Galicia; Caixanova contaba con 585, de las que 415 estaban operativas en Galicia. Los empleados de Caixa Galicia ascendían a 5.378 y los de Caixanova 3.270

Con la crisis éstas dos entidades ya han cerrado un pequeño número de oficinas, pero con la fusión implicaría la reducción de un gran número de oficinas, aproximadamente unas 300, con lo que serían la destrucción de unos 1.500 empleos. Además implicaría la reducción de personal en los servicios centrales, unos 300 empleos.

Con lo que el impacto sobre el empleo sería de 1.800 puestos de trabajo, con el coste económico que generaría; y además hay que añadir los puestos de trabajo indirectos generados en las sucursales (limpiadoras, personal de seguridad, transporte, correo, mensajería, etc).

Por todo lo mencionado hasta ahora, os habreis dado cuenta que opino que es beneficiosa la existencia de las dos cajas. Estoy a favor de una fusión de una caja de nuestra Comunidad con entidades de otras regiones, ya que de esta manera no se tendría que cerrar tantas oficinas y destruir tantos empleos.

Para finalizar decir que las fusiones de las entidades no se deberían hacer por razones políticas, dejando que un dirigente, del partido que sea, decida para su propio interés o del partido, algo que debería ser por razones económicas de la comunidad.


Montse Gondar Lores

La fusión de las Cajas de Ahorros, un tema a debate.

Las consecuencias de la crisis, el aumento de la tasa de paro y la caída del PIB, han tenido efectos muy negativos en estas entidades financieras. Los índices de morosidad de las Cajas de Ahorro han aumentado considerablemente, y éstas tienen cada vez más problemas para cubrir dicha morosidad con sus recursos propios. Una fusión de las cajas podría ser la solución a este problema y, también, ayudaría a captar capitales en los mercados mayoristas, ya que una caja más fuerte, conseguida por medio de la fusión, siempre será más atractivo para este sector que una caja pequeña.

En el caso se Caixa Galicia y Caixanova, una fusión de ambas entidades tendría efectos positivos para Galicia, ya que se mantendrían miles de puestos de trabajo en esta comunidad y no se perderían centenares de trabajadores cualificados, algo que es muy importante para el desarrollo socioeconómico de una región. El último y, posiblemente el más importante, punto ha tener en cuenta, es que si esta fusión llegara a realizarse, Galicia tendría una de las grandes Cajas de Ahorro de España.

Ana Ramallal Bravo

jueves, 26 de noviembre de 2009

EN BUSCA DE LA EFICIENCIA DE LAS CAJAS

La actual crisis financiera internacional se desató tras el estallido de la burbuja financiera que se había fraguado en Estados Unidos, con las ya conocidas hipotecas “subprime”.

En España este no fue el único problema, puesto que sufríamos nuestra propia burbuja inmobiliaria que tenía que estallar en cualquier momento. Un indicativo muy claro es que en 2006 la construcción en territorio español fue de 900.000 viviendas (tanto como Francia, Alemania y Reino Unido juntos). Lo que unido a los fuertes incrementos en los precios de venta han provocado, por un lado el aumento de la morosidad en los pagos hipotecarios y por otro el descenso en la venta de viviendas.

El problema es que la gran mayoría de los créditos concedidos a los promotores de viviendas para llevar a cabo sus ambiciosos proyectos, fueron realizados por cajas de ahorro. Debido a que las cajas tiene sus riesgos mucho menos diversificados que la banca privada y sus cuentas son mucho menos transparentes (ya que no cotizan en bolsa), el estallido de la burbuja inmobiliario española les ha afectado en gran medida.

Las cajas españolas han visto como sus ratios de morosidad se incrementaban hasta límites ciertamente preocupantes tras el parón en la construcción. El ejemplo más conocido hasta la fecha es el de Caja Castilla-La Mancha, la cual tuvo que ser intervenida por el Banco de España tras multiplicar por siete su morosidad desde el 2007 al 2008. Por otro lado podríamos destacar también el caso de Caja Sur que presenta la morosidad más elevada acercándose al 8%.

Debido a estos problemas la viabilidad de las cajas españolas se ha puesto en entredicho, por lo que las noticias sobre posibles fusiones han estado a la orden del día en los últimos meses.

En mi opinión la fusión entre ciertas cajas es una necesidad dentro del sistema financiero español, pero la principal controversia surgida, ha sido si las uniones deberían ser de carácter interregional o no.

El principal objetivo de las fusiones suele ser el aprovechamiento de sinergias positivas. Para que dichas sinergias sean más efectivas las alianzas deberían producirse entre cajas de diferentes Comunidades Autónomas, ya que en caso de ser dentro de la misma, la exposición al riesgo de crédito continuaría siendo la misma.

Creo que todo el mundo es consciente de que esta sería la medida más aconsejable, pero el problema de fondo es más político que económico. Esto es así porque las cajas han estado sometidas, en mayor o menor medida, a los políticos de los gobiernos regionales en muchas ocasiones y éstos no quieren que dicho control desaparezca, por lo que intentan crear una gran caja regional. Aunque para ello tengan que pedir ayudas multimillonarias para sanear sus cuentas, pero que les permita continuar teniendo algo de poder sobre ellas.

Si esperan recibir ayudas estatales, deberían estar sujetas a ciertas condiciones de eficiencia y competitividad exigidas por el mercado, sin cerrar las puertas a ninguna fusión de carácter interregional. De otro modo lo único que se conseguiría sería atajar problemas pequeños para convertirlos en uno mayor, que a la larga podría ser irremediable.

Enrique Abuín Carnés

NECESARIA REESTRUCTURACIÓN

Llevamos tiempo escuchando hablar de las cajas y seguiremos teniéndolas a diario en los periódicos de nuestro país como mínimo hasta el verano que viene, cuando Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España pretende tener finalizado el proceso de fusiones.

Es evidente que la situación actual no es buena y es necesaria una reestructuración del sistema financiero español. El principal problema con el que se encuentran las cajas es la cuota de mercado alcanzada durante el boom inmobiliario, lo que las hace altamente vulnerables debido a la exposición al posible impago de hipotecas o bancarrota de promotores. Como digo, éste es el principal problema, pero no el único, ya que la solución de éste pasa por los gobiernos autonómicos que dificultan que se pueda actuar con la eficiencia que se le supone al libre mercado, anteponiendo intereses políticos a intereses de viabilidad empresarial y financiera.

Mientras estos problemas no se resuelvan, los bancos tienen una irrepetible oportunidad para quedarse con el codiciado negocio de las cajas, hasta ahora difícil de alcanzar debido a las ventajas con que éstas cuentan (posibilidad de ofrecer tipos más altos, posibilidad de participar en bancos sin que éstos participen en ellas o reparto del 18% de beneficio a obra social frente al superior reparto en dividendos por parte de los bancos, en torno al 45%).

Desde un punto de vista objetivo está muy claro que la solución pasa por la tijera, ya que con prácticamente la misma cuota de mercado, los bancos operan con 20.000 empleados y 9.000 oficinas menos. Pero la eficiencia también debe venir desde arriba y la injerencia política debería reducirse al mínimo, modificando la Ley de Cajas, facilitando las fusiones desde el punto de vista jurídico y no cerrándose a fusiones entre distintas regiones ya que se puede evitar un solapamiento de clientes y sucursales que no beneficia ni a las cajas ni a la competencia, y las sinergias podrían ser mayores. Así mismo y aunque la actuación del FROB debería ser mínima (ni el contribuyente tiene por qué pagar los problemas de ninguna entidad ni a las entidades debería interesarles la excesiva utilización de un fondo cuya devolución se paga al 7%), sí debería ser igual para todos como ya lo ha sido en Europa, evitando las desigualdades que se podrían producir de la utilización o no del fondo.

Por tanto, que ninguna entidad se duerma y salga pronto a buscar pareja, para no arrepentirse después de tener que bailar con la más fea.


Paulo Rocamonde Lago

Paulo Rocamonde Lago

¿Solvencia y galleguidad?

La reorganización del sistema bancario que protagonizan las cajas de ahorros desde hace unos meses, continúa avanzando. Ayer mismo, Caixa Penedés y Caixa Laeitana, han aprobado iniciar los pasos para una fusión que supondrá la creación de la novena caja de España por volumen de activos.

En Galicia, todos los días tenemos alguna nueva noticia sobre la posible fusión de Caixa Galicia y Caixa Nova. Ambas persiguen el reforzamiento económico pero sus presidentes de momento tienen más desencuentros que encuentros...

Desde luego que Caixa Nova no está predispuesta a la fusión y maneja dos informes firmados por un reconocido consultor de las principales cajas del país y por la prestigiosa firma Deloitte. En estos informes se desaconseja la fusión ya que no son entidades que se complementen y por tanto, en vez de resolver un problema se estaría creando uno mayor.

Caixa Nova es favorable a alianzas diferentes, como las SIP(Sistema Institucional de Protección), contempladas por el Banco de España y que ya se han puesto en práctica en otros territorios.

Esto consiste en que las cajas aliadas podrán compartir servicios y establecer garantías recíprocas, controlando el riesgo de crédito y de las garantías individuales a través de un órgano central de coordinación de carácter individual e independiente.

Las cajas participantes son jurídicamnete independientes y adquieren mayor fortaleza financiera pero manteniendo su identidad y su labor de obra social.

En esta negociación están mediando Xunta y oposición favorables a la fusión y argumentando dos condiciones imprescindibles: solvencia y galleguidad, galleguidad y solvencia. Ciertamente, el marco para la posible fusión parece q se estrecha...Eso sí, con galleguidad, algunos se refieren a que las cajas tengan sus centros de decisión en Galicia.....

Los sindicatos, que hasta ahora rechazaban la fusión entre las dos entidades ante la posible pérdida de 1.000 puestos de trabajo, aceptan la fusión si es condición imprescindible para su supervivencia y con garantías para no reducir personal.

Todo esto me hace pensar en otra posible fusión, la interregional. Yo creo que puede ser la opción más ventajosa, sobretodo para los empleados. Con la fusión de dos cajas de una misma comunidad, es inevitable el cierre, tanto de sucursales poco rentables como de aquellas que coincidan en un mismo lugar, al margen de su rentabilidad.

Para alguna gente esto puede ser un drama; hay numerosas voces que piden una gran alianza ya, que surja una sólida caja gallega que reinvierta en Galicia, tanto en cédito como en obra social, pero el hecho de que la alianza sea con una caja “foránea” no quiere decir que todo lo comentado no se produzca.

Galicia son los gallegos y los empleados de estas entidades y lo prioritario en los tiempos que corren es su estabilidad laboral.

Laura Fernández López

¿Subimos o bajamos?

Como buenos gallegos, ni en esto nos ponemos de acuerdo, pero por lo menos es de agradecer que de antemano sepamos la postura de cada una de las partes implicadas en este tema. A estas alturas, todo hijo de vecino está enterado de la noticia y las razones “oficiales” que cada parte da para mantener su postura. En pocas palabras, Caixa Galicia, más grande, del norte, en peor situación económica y deseosa de fusionarse. Por otro lado, Caixanova, recelosa de esta situación, de menor tamaño, del sur, con unos datos mejores (que no por ello buenos) pero con la tranquilidad de tener mucho que decir. Y como árbitro la Xunta, en el centro, sin dar una opinión clara (por lo menos hasta el momento en que escribo estas líneas) . Pero tome la decisión que tome, todos los que temen por la enésima huída (poco queda ya aquí) del capital a otros parajes de España, podrán seguir con esa incerteza: Si no se fusionan es porque es un favor que se le da a la dirección del partido en Madrid, y si se fusionan el gobierno se lava las manos y defiende su galleguidad en el corto plazo (véase próximas elecciones) pero en realidad puede que simplemente se le haya allanado el camino a la misma caja del caso anterior para, en vez de un gran pez, esperar un tiempo para comerse al gran pez resultante de la fusión.

En el fondo, pase lo que pase a mi me da la sensación de que con la fusión la que sale perdiendo es Galicia. Se concentraría el poder financiero en una sola mesa de decisión, las colas de paro se llenarían de empleados de ambas entidades (¿Cuántos pueblos hay en Galicia que en la misma calle tienen la oficina de turno de Caixa Galicia y la de Caixanova unos metros más adelante?) y además de que la competitividad desaparecería. Y si no hay fusión, cada uno por su lado y a arreglárselas como buenamente pueda cada una, pero ninguna de las dos con la suficiente fuerza como para seguir como hasta ahora, siendo la única solución viable pactos con otras cajas, o, como comentamos anteriormente, con otras posibles fusiones. Y es aquí a donde quería llegar. Me parece que nos han hablado tanto de fusiones, pactos y absorciones durante estos meses que tenemos asimilado que el futuro pasa por fusionarse, pactar y absorberse con quien buenamente se pueda, pero si es entre nosotros, mejor que mejor. Es decir, que estamos mal y hay que buscarse la vida. Pero esta última frase aún no se la he escuchado a ninguno de los actores principales, ni se lo voy a escuchar, me parece. Borrón y cuenta nueva, parece. Una gran caja gallega y vuelta a empezar. Y como gallega que sería, que mejor que empezar con un sonoro “Malo Será” que tan de moda está estos días.

Daniel Fernández

miércoles, 25 de noviembre de 2009

LA FUSIÓN O NO FUSIÓN DE LAS CAJAS

Un tema que inquieta actualmente a las Comunidades Autónomas es el de la fusión o no de las cajas comarcales.

Una de estas comunidades es Galicia, donde se plantean dos alternativas, la fusión o alianza entre Caixanova y Caixagalicia; otra es Cataluña donde la fusión se plantea entre Caja Sabadell, Terrassa, Girona, y Manlleu; en Valencia entre Caja Mediterráneo (CAM) y Bancaja, y en Castilla y León entre Caja Duero, Caja España y Caja Burgos, en ésta última Comunidad también se plantean la posibilidad de fusión interregional con IberCaja.

En general, no creo que esto de la fusión de cajas sea lo más idóneo, aunque igual tiene algún punto positivo. Creo que hay que tener en cuenta muchos factores, como cuentas de resultados de las cajas, balances, beneficios o indicadores de morosidad, y ver si realmente sale beneficiada la mayoría.

Porque aquí hay dos posturas: la del político y la del económico (las cajas). Cada uno tira hacia sus intereses y no estarán de acuerdo. Los políticos proponen cosas sin contar con los presidentes de las cajas, y quién mejor que ellos saben como funcionan Por otra parte están las patronales y sindicatos que también hay que contar con su opinión, ya que gracias a esta fusión muchas sucursales se van a cerrar y a despedir a muchos empelados, y esto ya es algo negativo.

Y si estamos en una época de crisis y se piensa en solucionar esta situación, no creo que este debate calme mucho el ambiente, además, ¿realmente esta idea mejorará las condiciones laborales y los beneficios sociales?

En la Comunidad Valenciana el vicepresidente económico del Consell, Gerardo Camps apoya totalmente la fusión entre CAM y Bancaja, pero la patronal y el presidente de CAM no están de acuerdo.

CAM y Bancaja son de las cajas más importantes de España (3ª y 4ª en ranking respectivamente) y como es lógico ambas tienen mucho peso, por lo que habría que mirar los distintos ratios de cada una de ellas y compararlos, y si lo hacemos comprobaríamos que Bancaja es más solvente, mientras que CAM es más eficiente, y aunque parece que se compensarían una con la otra no creo que lo correcto fuese fusionarlas, sería complicar las cosas y no saldría rentable, y aunque crecerían en tamaño no implicaría menor riesgo.

En lo que si estoy de acuerdo con algunos altos cargos es que creo que es una decisión que deberían tomar las propias cajas, y evaluar ellos si la fusión les beneficiaría o no.

Lidia Sandá López

Sobrevivir a la crisis

La última modificación sufrida por el sistema financiero español, y que se está llevando a cabo este mismo año se basa en la fusión de un gran número de Cajas de Ahorro. La idea se compone de dos fases claramente diferenciadas: la primera sería la fusión de Cajas en una misma Comunidad Autónoma y la segunda iría más allá, llegando a fusiones entre entidades de distintas regiones.

El objetivo de estos procesos de unión entre entidades es el de fortalecer la solvencia, rentabilidad y liquidez de las mismas y hacerlas nuevamente viables, tras la crisis financiera con la que convivimos y que puede poner fin a un sector tan atomizado como éste, además de evitar la intervención del Banco de España.

La principal causa de las fusiones entre Cajas de Ahorros ha sido el gran impacto que ha tenido la crisis inmobiliaria en ellas, unido a una política de riesgos demasiado “blanda” que ha propiciado que los índices de morosidad se disparen hasta un 4%, bastante superiores a los de los Bancos, en los que dicho índice se sitúa por debajo del 3%. Si además tenemos en cuenta que la diversificación geográfica de las Cajas de Ahorro es muy escasa, comprobamos la debilidad de éstas ante los efectos de la crisis.

Entre las consecuencias negativas más importantes destaca la eliminación de numerosos puestos de trabajo, derivada del cierre de sucursales y centralización del negocio. Aunque al parecer existe la “promesa”, poco creíble desde mi punto de vista, de que los puestos de trabajo se mantendrán íntegramente y se realizarán pre-jubilaciones, es un tema que preocupa, especialmente a los sindicatos, y que provoca opiniones diversas en la sociedad.

Actualmente, el proceso más avanzado es el que llevan a cabo Unicaja y Caja de Jaén, que aprobarán su fusión en el mes de diciembre, y al que se unirá también CajaSur. En Castilla y León, Caja España y Caja Duero también continúan con su integración. Y otra que está en proceso es la realizan las Cajas catalanas Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu.

En el caso de Galicia, las dos Cajas que operan en el territorio son Caixa Galicia y Caixanova, creadas ya a través fusiones de otras Cajas gallegas más pequeñas. Ante la situación económica actual, es posible que la mejor solución y la que más posibilidades tiene sea la fusión de ambas, tras la que se formaría una gran Caja Gallega que adquiriría un importante tamaño, con unos 76 millones de euros en volumen de activos, aproximadamente (datos de 2008 – CECA).

Sin embargo, esta idea no convence a las entidades gallegas, que se resisten a perder su independencia y liderazgo y argumentan que la competencia entre ellas es la que las hace progresar y mejorar en sus servicios.

En definitiva, y ante la inexistencia de un acuerdo, es posible que la decisión, por el momento, sea esperar a que la situación económica actual mejore y poder esquivar así la unión.

Desde mi punto de vista, las fusiones pueden ser una gran oportunidad para que las Cajas de Ahorro salgan de la crisis, siempre que se limite el fuerte impacto negativo que producirá el cierre de un elevado número de sucursales así como los despidos previstos de miles de trabajadores del sector.


Lucía Márquez Quiza.

Muchas dudas

Las cajas gallegas y en definitiva las del resto de España, se encuentran desde hace tiempo y sobre todo estos días ante un proceso de decisión. La culpable es una nueva ley sobre reestructuración bancaria (creada por el FROB) que las obliga a tomar decisiones que afectarán a su futuro. El Banco de España prefiere la fusión, porque su objetivo es conseguir que estas entidades adquieran un tamaño adecuado junto con una solvencia segura. Existe la posibilidad de que las entidades soliciten préstamos al FROB para poder mejorar su solvencia sin tener que someterse a esta reestructuración pero es algo en lo que el Banco de España no hace mucho hincapié puesto que a largo plazo no sería la mejor solución.

Esta semana, con la reunión de Feijoo con los directivos, podría quedar resuelto el futuro de las cajas. Nos encontramos ante dos posturas contrarias; el “sí” de Caixa Galicia y el “no” de Caixanova. Caixa Galicia está dispuesta a la negociación y a tener la sede de la nueva entidad en La Coruña, dice que si al final no se llega a ningún acuerdo buscará posibles fusiones con cajas de fuera de la comunidad (por ejemplo Caja Madrid). Por su parte, Caixanova que está en contra, se centra más en una alianza SIP (acuerdo de colaboración a corto o a medio plazo con otras entidades sin que tenga que haber una fusión de por medio) a parte de querer también la sede de la entidad en su ciudad, Vigo.

Para llegar a algún acuerdo hay que valorar las ventajas e inconvenientes de la fusión.

En un documento presentado hace unos días por el presidente de la Cámara de Comercio de Vigo y el presidente de la Confederación provincial de Empresarios evaluaban las posibles consecuencias de una fusión: se recortarían 2.000 millones en créditos, podrían llegar a perderse 1.800 empleos (entre cierre de oficinas y servicios centrales), sobrarían unas 300 sucursales y el impacto que causaría en la obra social de cada una de las entidades.

Por otra parte, los beneficios de la fusión también son importantes: una caja única, cuyo objetivo es la solvencia por encima de todo y el sentimiento de galleguidad para mantener en Galicia los centros de decisión ahora y en el futuro.

Lo que está claro es que estas decisiones se tienen que tomar atendiendo a la situación actual en la que se encuentran las cajas. Saber si la posible fusión se debe a una medida de protección ante la crisis y sus consecuencias o si simplemente se hace para mejorar su posición en el mercado. El debate está servido.

Inés Cartelle Sáez

FUSIÓN: ¿OBLIGACIÓN O NECESIDAD?

Un reciente estudio de la agencia de calificación de riesgos Moody`s rebaja la calidad crediticia de ciertos bancos y cajas españolas, y asegura que es necesaria una importante cantidad para hacer frente a esta pérdida de valor de los activos bancarios. No es nada nuevo, ya que ellos tampoco se libran de las consecuencias de toda esta crisis en la que nos encontramos inmersos. La actividad inmobiliaria sigue todavía en stand-by y no tiene demasiada pinta de recuperación, por lo menos a corto plazo, y los bancos y cajas tienen una importante cantidad de activos inmobiliarios que no se están adjudicando: crédito promotor, crédito a las familias y la capacidad de captación de fondos (pasivo) ha disminuido bastante, lo que hace que el margen financiero de la actividad ordinaria bancaria se estreche. A esto hay que añadir la gran competencia en el sector bancario ya que nos encontramos con que en la actualidad hay 150 bancos, 46 cajas de ahorro y 82 cooperativas de crédito, lo que hace que haya a mi entender un exceso de oferta en este sentido y de ahí que se plantee la posibilidad cada vez más real de llevar a cabo fusiones.

El Banco de España es claro en este sentido y considera que hay que acelerarlas, especialmente en el caso de las cajas de ahorros, aunque reconoce que las peculiaridades de las mismas y sus particulares órganos de gobierno hará bastante complicado todo este proceso para lo cual será fundamental acudir al FROB (fondo de reestructuración ordenada bancaria). En las últimas semanas están apareciendo numerosas informaciones acerca de las posibilidades de fusión como Caja Duero, Caja España y Caja Burgos en Castilla y León, Caja Navarra con Caja Canarias (será la primera fusión interregional si llegan finalmente a un acuerdo), las catalanas con Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa, Caixa Galicia y Caixanova en nuestra comunidad y más alternativas que irán apareciendo con el paso de los días.

La mayor parte de los expertos creen que para que se lleven a cabo fusiones fuertes es imprescindible que estas uniones sean entre cajas de diferentes regiones, pero los gobiernos autonómicos son bastante reacios a ello.

Se habla de unas pérdidas de un 50% en los beneficios para el año 2009. A la vista de estos resultados las cajas están abocadas a fusiones para reducir oficinas y empleados. El hecho de esta reducción lo podemos entender si lo comparamos con los bancos que tienen la misma cuota de mercado pero que utilizan 20.000 empleados menos y 9000 oficinas menos. Nos podemos encontrar con que las cajas tienen oficinas en lugares que no les resultan rentables y no les quedará más remedio que cerrarlas para reducir costes en la medida de lo posible. Según datos de Deloitte, AFI y KMPG sobran entre un 20% y 30%, lo cual es un dato bastante claro.

Y mientras en los bancos se frotan las manos porque las cajas perderán grandes cuotas de mercado durante toda esta reconversión y no podrán ser tan agresivas en precios como antes de las fusiones.

Fernando López Fernández

martes, 24 de noviembre de 2009

ALIANZA INDECISA


La situación actual que presencian en estos momentos las cajas gallegas es bastante complicada, ya que las opiniones de la fusión o no fusión entre ambas no están nada claras.

En primer lugar nos encontramos a la Xunta de Galicia, la cual aporta en un primer momento un aspecto a favor de que se realice la fusión. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, se ha reunido reiteradas veces con los presidentes de ambas cajas para conocer el estado de las mismas, informes económicos, opiniones y más datos que sean importantes a la hora de la tomar la decisión más apropiada para Galicia, según comento el presidente de la Xunta en varios periódicos de la comarca.

Luego nos encontramos la posición de Caixanova y Caixagalicia.
La visión que nos presenta Julio Fernández Gayoso, el presidente de Caixanova, es totalmente opuesta a la fusión. Los motivos generales que explican a esa negativa respuesta desde un primer momento se debe a la gran pérdida de empleos y de competitividad. Por el contrario, Caixagalicia está de acuerdo con la fusión entre las cajas gallegas, ya que según los estudios que han realizado el resultado sería favorable, y Galicia saldría mucho más beneficiada. La caja del norte, si la fusión no se lleva a cabo, optaría por realizar una visión virtual “SIP” con otras cajas de España a poder ser una situada en el centro y otra en el sur, para así Caixagalicia liderar la parte del noroeste en España y ser más competitiva.

¿Cuál será la opción más beneficiaria para Galicia y las cajas Gallegas?

La decisión entre presidentes no está clara, esto conlleva a un desconcierto entre la gente, porque haciendo todos los informes necesarios aun no hay acuerdo, lo que da a pensar que los objetivos entre los presidentes no son los mismos.
Sabemos que es una decisión difícil y consecuente para la economía Gallega, por lo que hay que pensar y estudiar todos los factores que influyen. A parte de los datos económicos que son fundamentales para la toma de decisión, existen otros factores de gran importancia que hay que tener en cuenta para realizar la fusión.

Uno de ellos es el mercado. El mercado más fuerte en ambas está situado en el noroeste de España, especialmente en Galicia. En el resto de la península ambas cajas están en expansión por lo que no serian mucho más competitivas en esas zonas.

En Galicia, ambas cajas tienen un mercado fuerte, muchas sucursales y un gran número de empleados. La fusión supondría cierres de oficinas por su duplicación y conllevaría a pérdidas de empleo.

Podemos concluir que una fusión tiene que buscar eficiencia, ser competitiva, lograr una mayor expansión; lo cual en esta operación desde mi punto de vista no sería tan beneficioso para Galicia. Sería más rentable, que las Cajas Gallegas realizasen “SIP” con otras cajas de diferentes puntos de España, para así poder lograr una mayor expansión, ser más competitivos y como he dicho anteriormente lograr la eficiencia.

Consecuentemente, es mejor tener dos cajas con mayor solvencia, fuertes y poco politizadas.

Rossana Santiago Allo

jueves, 5 de noviembre de 2009

CRISIS Y SUELDOS MILLONARIOS, EXTRAÑA PAREJA

La morosidad aumenta, las empresas no pueden hacer frente a sus deudas, la tasa de paro sube, no se genera empleo etc... hasta aquí las consecuencias normales de una crisis en la que estamos inmersos y nada nuevo. Pero hay un tema sobre el que deberíamos de reflexionar profundamente y que nos lleva a plantearnos la siguiente cuestión: ¿Ganan demasiado los ejecutivos del sector financiero?, ¿realmente su esfuerzo y dedicación es equiparable a sus mareantes y desorbitados salarios?. Ellos creerán que sí, pero supongo que a una persona normal, por mucho que se le intente explicar, le parecerá que todo esto es cuanto menos bastante curioso, por no decir vergonzoso. ¿Cómo es posible que un alto ejecutivo se mueva en semejantes cantidades, cuando la entidad para la que trabaja arroja resultados negativos al final de año? Es bastante complicado de entender.

En España en las últimas semanas ha salido a la luz el caso de un consejero delegado de un importante banco que acaba de pactar una impresionante prejubilación. Percibirá la ridícula cifra de casi 3 millones de euros brutos anuales y ha obligado a su banco a dotar un fondo de 52,49 millones de euros para poder hacer frente a la misma. No está mal, ¿verdad?. A cualquiera le gustaría jubilarse a los 55 años y dedicarse a vivir como un marqués el resto de su vida. Y él seguro que lo hará.

A nivel internacional otro claro ejemplo de las cantidades que manejan estos ejecutivos financieros es que según datos de la agencia Bloomberg, en los últimos cinco años las cinco firmas con más peso dentro de Wall Street han repartido entre sus grandes ejecutivos 2.100 millones de euros.

Lo que realmente llama la atención en todo esto son los bonus que existen a mayores del salario fijo, el cual tampoco es pequeño. Este sistema podría parecer ventajoso, porque realmente incentivan a alguien a hacer bien su trabajo y a luchar por unos objetivos, ya que cuantos más cumplan más cobrarán. En cierto modo es una forma de motivación, pero también puede ser peligroso porque estos ejecutivos asumen irresponsablemente riesgos a corto plazo a la hora de realizar sus operaciones con el único objetivo de conseguir ese variable y poder llenar de ceros sus cuentas personales.

Es necesario limitar todo este sistema y aprobar una serie de medidas para que no sea un desmadre. Incluso los gobiernos empiezan a intervenir al ver que han tenido que reflotar a algunas entidades financieras con dinero público, mientras sus ejecutivos cobraban bonus desmesurados. Del mismo modo que se pagan estos incentivos por realizar un correcto trabajo, también se debería penalizar con recortes en los mismos un excesivo riesgo a la hora de realizar las operaciones. Es necesario recortar este variable y condicionarlo a los resultados positivos de la empresa o que no superen la cantidad fija en concepto de salario, así como dar información detallada sobre lo que compone toda esa parte variable y los conceptos por los que se va a percibir.

En definitiva, los sueldos de los ejecutivos del sector financiero son exagerados y en cierto modo también han contribuido a generar toda esta crisis en la que estamos inmersos.
Fernando Lopez Fernandez

miércoles, 4 de noviembre de 2009

LOS SUELDOS Y LA CRISIS

El estallido de la crisis financiera y sus consecuencias han puesto en entredicho el sueldo de los directivos bancarios. El “rescate” de entidades estadounidenses y las indemnizaciones a sus altos directivos, casos como el de la aseguradora AIG; el del ex presidente del consejo de administración de Bear Stearns (el cual fue adquirido por JP Morgan ante su inminente quiebra); o del ex presidente de Royal Bank of Scotland, han motivado que las prácticas de remuneración hayan sido llevadas a foros internacionales como el G-20, la Comisión Europea, el Comité de Basilea, Foro de Estabilidad Financiera (FSF) y por el Comité Europeo de Supervisores Bancarios (CEBS).

Más recientemente, ha salido a la luz pública la pensión que recibirá el ex consejero delegado del BBVA , Goirigolzarri, de 55 años, dejará el cargo por jubilación anticipada, con una pensión anual que rondará los tres millones de euros brutos anuales. Para el pago de esta cantidad, que será vitalicia, el banco tiene provisionados 52,49 millones de euros, que garantizan la pensión anual, que no se completará con ningún tipo de indemnización por cese. A partir de ahora cobrará menos que su sueldo en el banco, donde en el 2008 percibió 4,6 millones de euros entre cantidades fijas y variables (http://www.elperiodico.com/economia (13/10/09)).

Son estas indemnizaciones de “oro” y las retribuciones variables las que se encuentran en entredicho, ya que se ha puesto de manifiesto que el peso de la retribución variable, vinculada a la revalorización de los títulos en Bolsa, es excesivo. Por el contrario, la remuneración fija es escasa, lo que produce efectos indeseables en los directivos ya que tienen incentivos a asumir riesgos excesivos en las inversiones que realizan, algo que explicaría el enorme riego de crédito que han asumido las entidades financieras.

Dicho esto, los líderes europeos están centrando sus propuestas en poner freno a los bonus de los directivos bancarios, como sancionar a los bancos que paguen primas excesivas a sus directivos, o que las bonificaciones y stock options se supediten al rendimiento financiero a lo largo de varios años.

Pero si, bien es cierto que las primas variables han animado a los altos mandos de la banca mundial a tomar riesgos muy elevados, sobre todo en el ámbito de la banca de inversión, ha sido también, en mi opinión, porque los dueños y accionistas de las compañías se lo han permitido y se han beneficiado de sus actos en épocas de vacas gordas. Mencionar si cabe, que las decisiones privadas correspondientes a los sueldos o indemnizaciones se encuentran sujetas a niveles estatutarios, consejos de accionistas, etc., y supeditadas al rendimiento, beneficio, tamaño, estándares de la industria y demás variables, y no dejan de referirse al ámbito privado. ¿O acaso el traspaso y el sueldo de Cristiano Ronaldo no han sido exagerados? ¿O el sueldo que cobrará Alonso en Ferrari el próximo año? ¿Os es que los consejeros de Iberdrola, Telefónica o Repsol ganan menos que los de Santander o BBVA?, si se trata de “apretar” a los responsables de la crisis se puede entender, pero sueldos “excesivos” los hay en todas partes… Todo es opinable y discutible, aunque, éticamente, en tiempos de crisis financiera sería menos objetiva la conclusión.

Otro asunto serían las desorbitadas indemnizaciones recibidas por ejecutivos de bancos intervenidos por el Estado o la proporción de sueldo variable respeto al fijo de muchos directivos de banca que comprometen con sus actos, en muchas ocasiones, la supervivencia de la compañía. En este sentido sí se requiere mayor control por parte de las autoridades públicas, una supervisión y regulación mayor, pues no olvidemos que esa falta de regulación financiera también ha contribuido a este desenlace actual.

David Paz

Los mercados financieros en estado crítico y sus ejecutivos ganan cada vez más.

Nos encontramos en una situación, cuanto menos preocupante, dentro del sistema financiero, y los ejecutivos y directivos del mismo siguen manteniendo elevadas retribuciones por conseguir sus objetivos, aunque para ello tengan que asumir unos riesgos cada vez más extremos e incontrolables.
En la crisis que vivimos actualmente se está utilizando mucho dinero público para poder mantener entidades financieras y que no lleguen a la quiebra, pero sin embargo sus ejecutivos siguen cobrando salarios desorbitados por una gestión, un tanto cuestionable, debido a la situación en la cual nos encontramos. Me parece correcto que las empresas privadas fijen sus salarios a sus trabajadores, ya que nos encontramos en un mercado de libre competencia, pero ya no estoy tan de acuerdo cuando se trata de empresas públicas.
El mundo financiero está en crisis, mientras los responsables se hacen invisibles detrás del sufrimiento de miles de personas que corren el riesgo de quedarse sin trabajo y consecuentemente sin vivienda, porque ya no podrán hacer frente al pago de su hipoteca. Los ricos son cada vez más ricos, pero los ingresos brutos del resto de la población casi no han aumentado, me atrevería a decir que se han mantenido en los últimos años.
Cuando salgamos de la crisis faltarán profesionales, y todas las entidades se querrán hacer con los mejores, con lo cual los salarios se multiplicarán, no sé si por dos ó por tres, y los bonus que recibirán serán espectaculares.
Sería necesario que reflexionásemos sobre el salario medio de los trabajadores en comparación con los de los ejecutivos y creo que nos sorprenderíamos de forma negativa.

María Dolores Mirás Jorge

martes, 3 de noviembre de 2009

¿QUIÉN DIJO CRISIS?

En la renumeración de un ejecutivo se pueden distinguir una parte fija (sueldo) y otra variable (bonus). Y es en esta última en la que surge el conflicto…

Se supone que el bonus retribuye al buen Management, que ha sabido realizar con éxito su trabajo, se podría considerar un incentivo para que el ejecutivo defienda con uñas y dientes los intereses de los accionistas de la empresa. Existe una relación positiva por tanto entre el resultado de la empresa y la retribución del directivo. Pero esto trae consigo un problema, el ejecutivo se centrará en alcanzar sus objetivos de rentabilidad en el corto plazo, estando dispuesto a asumir incluso grandes riesgos; y esta es una de las principales causas que han propiciado la situación de crisis económica-financiera en la que estamos inmersos. La avaricia rompe el saco.

Pero además existe un segundo problema que es la cuantía de estos “premios al buen hacer”, denominados bonus.

Resulta totalmente ilógico que una empresa recompense a aquellos ejecutivos que han tenido que ser rescatadas de la crisis por encontrarse en quiebra, generando enormes costes a las entidades públicas y que han reducido la prestación para muchos trabajadores... ¿Consiste eso una buena gestión de sus empresas?

Encendemos la televisión y escuchamos noticias como las siguientes: “La retribución salarial del empleado promedio de Goldman Sachs se encuentra cerca del millón de dólares en compensaciones y beneficios, apenas nueve meses después de que el banco recibiera un rescate gubernamental de 10.000 millones de dólares”, “El City está aumentando un 50% de media los bonus ejecutivos mientras reestructura su sistema de renumeraciones y sigue recibiendo ayudas de la administración”…¿Quién dijo crisis?

“Barack Obama, indignado por los miles de millones de dólares que recibieron el año pasado los ejecutivos de Wall Street en concepto de bonus, mientras esas empresas se tambaleaban a un paso del colapso y los contribuyentes tenían que pagar con sus impuestos los 700 000 millones de dólares que costo el plan de rescate…”. Estoy totalmente de acuerdo con el presidente de Estados Unidos.

Apostaría por un mayor equilibrio entre la retribución fija y la variable, y poner un máximo a esta última.

En medio de una crisis como la que estamos viviendo creo que los primeros en apretarse el cinturón deberían de ser ellos, ya que quizás su mala gestión es la que ha conducido a la situación en la que nos encontramos. Por favor… ¡más transparencia y menos cinismo!

Patricia Lancina Rouco

CUESTIÓN DE COHERENCIA

La actual situación en la que se encuentra el sistema financiero internacional ha puesto de relieve sus incongruencias.

Uno de los problemas que más controversia ha suscitado entre la opinión pública tras el estallido de la crisis es el de los desorbitados “bonus” que reciben sus directivos.

A pesar de que muchos bancos han estado al borde de la quiebra y su situación se ha solventado gracias a las ayudas gubernamentales, muchos de ellos muy lejos de reducir las contraprestaciones de sus más altos mandatarios, incluso las han aumentado. Aunque para ello se hayan visto obligados a realizar severos recortes de plantilla y a reorganizar su estructura de costes.

Una manera de justificar dichos incrementos sería argumentar que es la única forma de retener a los mejores profesionales para atajar y superar la problemática situación. Pero lo primero que deberían hacer los bancos sería devolver todas las ayudas y una vez hecho esto, encontrar la manera de que una crisis como la actual no se volviera a repetir. Una de las razones que los podría haber llevado a esta difícil situación sería el actual sistema de remuneración, dado que muchos de sus directivos podrían haber realizado inversiones muy arriesgadas en aras de conseguir unos “bonus” mucho más elevados, asociados a unas ganancias virtuales que no contaban con el respaldo de la economía real.

En mi opinión la idea de una retribución fija y una variable en función de los resultados es un buen método de valoración de los sueldos de los directivos, pero habría que intentar controlar de alguna manera el riesgo que corren en sus operaciones, además de limitar la cantidad máxima de los “bonus”. Esta última medida se ha establecido en los últimos meses en países como Francia o Reino Unido tras los acuerdos alcanzados en el G-20.

En el caso de aquellas entidades que no tomaran medidas al respecto por propia iniciativa, las autoridades correspondientes deberían forzarles a ello, del mismo modo que los gobiernos se vieron obligados a rescatarlos tras el estallido de la crisis. Cuestión importante, ya que se estaba poniendo en duda su buen funcionamiento y con ello la base del sistema financiero internacional.


Enrique Abuín Carnés

CRISIS DE LA MORAL FINANCIERA.

¿Es lógico el revuelo que genera en la opinión pública, los bonus e indemnizaciones percibidas por ciertos ejecutivos del sector financiero, en un momento de crisis como el actual? ¿Dónde está la moral de los beneficiarios de este suculento botin, y su solidaridad por sus colaboradores y compañeros despedidos o “herederos de una doble carga de trabajo”?

Cierto es que lo pactado, pactado está… pero seamos conscientes de que el sector financiero es de los que mas peso tiene en el PIB, por lo que una hipotética quiebra en cadena del sector desestabilizaría de tal forma nuestra economía que serían muchos los años de recuperación…. Sería aquí donde el Estado inyectaría grandes cantidades de dinero público (dinero nuestro), mientras dentro del propio sector habría ciertos “blindados” que se llenarían los bolsillos y se lavarían la manos.

¿No es esto último, suficiente motivo para que el Estado adquiera el derecho de entrar a regular ex ante dichos contratos de blindaje?… crean ustedes que a estos ejecutivos por muy buenos gestores que sean, en el fondo les interesa que vaya bien el Banco y la acción del mismo. De esto dependen sus suculentos sueldos, y por ello las decisiones de muchos de ellos de autorizar arriesgadas operaciones que llevaron en gran parte a esta Crisis financiera global.

Sus sueldazos retribuyen suficientemente su trabajo; no considero justo esas desorbitadas indemnizaciones o bonus. Todo es bueno en su justa medida ¿Cuál es?
José Ramón Cundíns Ameijeiras

lunes, 2 de noviembre de 2009

“CONDENADOS A REPETIRSE”

Probablemente todas las primeras lecciones sobre economía coinciden en al menos un punto de su contenido: la Teoría De Los ciclos Económicos. Recordemos: DEPRESIÓN-CRISIS, RECUPERACIÓN, AUGE Y RECESIÓN.
Paradójico, por tanto, la sorpresa con la que eternamente acogemos el momento de su caída y el escepticismo- decreciendo- de muchos en que vayamos a sobrevivir a la hecatombe.
Ya sea de orden físico, histórico o espiritual , el efecto característico del impacto de la caída es el detonante imprescindible para el desarrollo de la raza humana. Es el momento de cuestionarlo todo, de las grandes revelaciones, los cambios sustanciosos y sobre todo, de buscar culpables a toda “costa”.
Algunos asuntos sólo suscitan debate dada una determinada coyuntura . No recuerdo que los astronómicos salarios y beneficios de los directivos ejecutivos hubieran sido objeto de tantas críticas cuando todos gozábamos de una época próspera. Lo cierto es que, conocimiento de ello, sí teníamos. Una encuesta del “Financial Times” observaba que una vasta mayoría de altos mandos y presidentes de empresas de Estados Unidos encuestados pensaban que se pagaba demasiado a los directores ejecutivos.
Dudo que se trate de desmenuzar la remuneración de cargos que requieran mayor cualificación y asumen más responsabilidad en una organización ( un buen directivo puede aportar millones al valor de una empresa) , sino de ver a partir de qué punto unas contraprestaciones aceptables se convierten en sueldazos que provoquen escándalo.
Naturalmente el beneficio es legítimo y, en su justa medida, necesario para el desarrollo económico. Ahora bien, el argumento pierde coherencia si intentamos justificar la existencia de los llamados “Parachute Gold”. Si la opinión pública tiene dificultades para asimilar las retribuciones en concepto de salario, tarea imposible será la de comprender la percepción de una indemnización después de haber llevado a una empresa a la bancarrota y, en el peor de los casos, arrastrando al Sistema Financiero en general. Quizás lo más grave sea que, como trasfondo subyace la macabra y peligrosa tentación de otorgar incentivos por “hacerlo mal”.
Parece obvio el creer que los accionistas-propietarios de las entidades al fin y al cabo-puedan decidir sobre el desembolso de sus administradores...Nada más lejos de la realidad.
El Informe Anual De Gobierno Corporativo de la CNMV realiza un seguimiento sobre los niveles de transparencia informativa, desglose y sometimiento a votación de las remuneraciones de los consejeros entre otras consideraciones. Pues bien, ejercicio económico tras ejercicio económico, aquel refleja el patético seguimiento y sometimiento respecto a sus recomendaciones. Resultado previsible dado que no dejan de ser eso, simples recomendaciones , que como tales, tienen carácter dispositivo.
Precisamente ahora, y no sin tiempo, se busca la forma de impedir “hacer oídos sordos” a las directrices de la Comisión Europea en este aspecto ( en esa dirección apuntaban en el mes de abril). Al menos así lo adelantaba Julio Segura, Presidente de la CNMV, en su participación en los XXVIII Edición de Los Cursos De Verano de la Universidad Del País Vasco y la Federación De Cajas De Ahorros Vasco-Navarra el pasado mes de septiembre.
El empeño que dedique el Ministerio de Economía en desarrollar positivamente la propuesta de reforma del Código Conthe es todavía una incógnita.
En cualquier caso, afortunada o desgraciadamente, ni la recesión económica permanecerá el tiempo necesario ni la crisis ha golpeado con la fuerza suficiente como para adoptar todas las medidas necesarias y llevar a cabo todas las reformas que el sistema necesite.
Cathy Martínez Alvarez

“Los sueldos de los ejecutivos financieros cuestionados"

Últimamente se ha estado planteando si los ejecutivos financieros están cobrando unos salarios excesivamente altos. En mi opinión, en un mercado de libre competencia, una empresa privada con financiación propia es libre de pagar los sueldos que ésta considere necesarios para captar a los mejores ejecutivos, y así conseguir la mejor gestión financiera posible. Dentro del sistema económico en el que nos encontramos, si se quiere contratar a los mejores, se tendrá que pagar más. También es lógico que exista una correlación entre el sueldo de los ejecutivos y los resultados que éstos obtengan. Por lo tanto, si un ejecutivo obtiene unos excelentes resultados que reportan unos grandes beneficios para la empresa, es normal que se le recompense con importantes primas por el éxito conseguido.
Por otro lado, si la empresa recibe dinero público, un dinero que en definitiva proviene de los contribuyentes, es normal que el Estado ponga ciertos límites a los astronómicos salarios e incentivos de los ejecutivos para no suscitar polémicas.
Ana Ramallal

¿Justificable o No?

Hace aproximadamente un mes, José Ignacio Goirigolzarri, de 55 años, dejaba su cargo de consejero delegado de BBVA por jubilación anticipada, con una pensión anual vitalicia de 3 millones de euros brutos anuales. La entidad para afrontar este gasto ya había provisionado 52,49 millones de euros.
Esta es la situación que ha encendido al gobierno, sindicatos y sociedad en general. Ven en este hecho una acción fuera de toda ética y, sobre todo, en el escenario actual. Hay que señalar que Goirigolzarri en 2008 percibió 4,6 millones de salario (fijo y variable). Si multiplicamos esta cantidad por 10, y suponiendo que los 4,6 millones de euros no variarían hasta que cumpliese los 65 años, obtenemos una cantidad de 46 millones de euros. Ni que decir tiene, que una vez que cumpliese los 65 años, pasaría a cobrar una pensión millonaria.
Comparemos estos números con otros sueldos que no generan tal cantidad de comentarios en contra.
Dentro del mundo del deporte, este último verano, el Real Madrid fichó a Cristiano Ronaldo por 96 millones de euros, cantidad criticada por gran número de la prensa. Sin embargo, el salario que va a cobrar el jugador durante los seis años que ha firmado, a razón de 13 millones de euros netos anuales no ha sido objeto de tal número de críticas. El montante de la operación se sitúa en 76 millones de euros hasta que el jugador termine el contrato con 30 años.
Otro caso destacable dentro del mundo del deporte es el fichaje de Fernando Alonso por la escudería Ferrari. Alonso, de 28 años, cobrará cada una de las tres temporadas fijas que pase en la escudería italiana 20 millones de euros, lo que resulta al cabo de los tres años, en 60 millones de euros.
Dentro del mundo del espectáculo, el actor Harrison Ford ganó en el 2008 con una sola película 65 millones de dólares (unos 43 millones de euros). La española Penélope Cruz cobra 1 millón de euros por película, a parte de los contratos publicitarios que le reportan ingresos superiores al millón de euros. Mientras que en televisión podríamos destacar los 4 millones de euros anuales que cobra una famosa presentadora.
Las entidades, productoras y empresas que pagan estas cifras justifican estos salarios argumentando que las personas que los cobran, generan mayores beneficios.
Entonces, ¿Goirigolzarri no generaba beneficios para el BBVA después de estar 30 años dentro de la entidad y 8 años como consejero delegado?
Después de todas estas cifras, ¿son tan descabellados los números del ex-consejero del BBVA?
Es posible que cierto nivel de hipocresía invada a la sociedad. Alabamos a la mayoría de los nombre citados anteriormente, incluso el gobierno los felicita y los recibe con halagos; sin embargo, si un banco español consigue grandes beneficios, logra introducirse en nuevos mercados… ¿dónde están los políticos que ahora tanto critican?
Últimamente se comenta mucho sobre la regulación de las primas millonarias de los directivos de las entidades bancarias. Pero, ¿sería conveniente regular sueldos de entidades privadas?
Sería justificable en el caso de que la entidad estuviese intervenida por el estado, o que la entidad obtuviese fondos para sanear sus cuentas. Pero, ¿sería justificable la regulación de los sueldos en cualquier caso? ¿No sería mejor que la supervisión de las entidades fuese más eficaz?

David Casás Cheda

¿Salarios excesivos? Vs. ¡Salarios excesivos!

“Al final, son los propios mecanismos de oferta y demanda los que regulan los salarios” decía José María Gasalla, profesor de ESADE. No está del todo equivocado, cuando hay una crisis, sobran trabajadores, se producen despidos, la parte fija de los salarios se mantiene igual pero la variable se reduce porque depende de los resultados obtenidos. Cuando salgamos de esta crisis volverá a pasar, la economía volverá a ir bien, aún no habrá exceso de ejecutivos y se triplicarán más los bonus, ¿por qué? porque todo se basa en la competencia, porque las empresas pagarán más por los mejores, los que aguantaron.

¿Entonces los salarios son excesivos? sí, está a la vista de todos y más cuando estamos en una crisis. Ahora bien, también hay que analizar la situación, supongo que si una persona por sus decisiones, decisiones que afectan a clientes en todo el mundo, decisiones que afectan a miles de trabajos, genera millones de euros para la entidad y encima la ayuda a expandirse, deberá cobrar más que el empleado que esté en la caja o el que esté en hipotecas; es lógico, pero muchos se preguntan ¿cuánto más? La solución de fijar límites salariales no creo que sea la adecuada, el efecto que esto produciría sería pagarle al ejecutivo el salario máximo estipulado y el resto mediante acciones de la empresa o simples regalos, también provocaría la marcha de los mejores a empresas extranjeras, una falta de motivación para tomar riesgos o incluso de innovación. El problema de esta posible solución es que no se piensa en las repercusiones que causaría.

Los accionistas son un pilar importante en las entidades. De hecho, deberían ser ellos quienes opinaran o decidieran sobre dichas retribuciones, no el gobierno, a menos que hubiera actuado en el rescate de la entidad, lo cual puede llegar a ser comprensible teniendo en cuenta algunos conocidos casos en los que los directivos usaron el dinero inyectado para tomarse unas vacaciones de lujo u otro tipo de excesos injustificados.

Por otra parte, ya que hoy en día está tan de moda eso de la igualdad, también deberíamos juzgar entonces otras profesiones. Los futbolistas, ¿qué hacen los futbolistas para ganar sueldos millonarios, ya sea por jugar al fútbol o en publicidad? Nadie ha puesto el grito en el cielo cuando se pagaron los 94 millones de euros a Cristiano Ronaldo por correr detrás de un balón 90 minutos a la semana, entonces no salió a debate el salario de los futbolistas ¿por qué sí el de los ejecutivos que por lo menos asumen grandes riesgos y gestionan una gran entidad?
Inés Cartelle Sáez

A LA CONTRA

Con la aparición de la crisis se ha extendido en el imaginario social una serie de ideas preconcebidas por las cuales se culpa de la actual situación económica a la avaricia de unos suerte de malvados inversores, los que, movidos por la primera, ésa que rompe el saco, tomaron decisiones de inversión demasiado arriesgadas que a la postre revirtieron en la actual situación económica. Esos mismos avaros se reparten ahora suculentos sobresueldos. Se reclama desde prácticamente todos los sectores una mayor intervención pública:¡No es posible que pase esto!¡La banca no se puede regular sola, tiene que intervenir papá estado!.

Afortunadamente hay islas en medio de ese enorme océano de ideas preconcebidas que llevan la contra, y buscan otras razones q expliquen la situación actual.

En cuanto a la avaricia ( y el egoísmo), esta pobre desdichada de la que en público hasta sus padres reniegan pero en la privacidad casi todos abrazan, está ahí desde que el hombre es hombre. Pero no se escuchaban voces (cuando las cosas iban bien) que la culpasen de la buena marcha económica. Tampoco parece lógico ahora entonces culparla de que las cosas estén como están. Todos conocemos las experiencias socializantes (de construcción de la sociedad desde el Estado) que intentaron la transformación, la refundación de la condición humana: La revolución Cultural Maoísta en China, el nacional-socialismo en Alemania o el socialismo real en la extinguida URSS. Y todos sabemos las consecuencias. Es el marcado y la competencia los que permite aprovechar esas fuerzas egoísta y avaras (al fin el deseo de pasar de una situación peor a otra mejor consideradas subjetivamente, la misma acción humana) para lograr los procesos de creación y transmisión de información y coordinación social, que es al fin, el que permite la vida en sociedad (el disciplinar los comportamientos en función de los demás).

El tema de los sobresueldos nos remite al mundo de las ganancias y las pérdidas. Actúan como premio o castigo a aquellos que prestan servicios (producen bienes) de una forma satisfactoria para el cliente o no satisfactoria. Imaginemos dos profesoras particulares. La primera tiene una habilidad especial. Consigue que sus clientes-alumnos aprueben todas las asignaturas y solo dedicándole una hora al día. La segunda le dedica ocho horas al día, pero aún así solo consigue que aprueben un porcentaje muy pequeños de sus clientes. La primera ha prestado un buen servicio y sus ingresos serán mayores. La segunda será castigada por el mercado, tendrá que cobrar menos e incluso plantearse un cambio de profesión. Los ejecutivos de banca prestan un servicio muy importante y aportan un alto valor añadido. De ellos depende que personas ganen o pierdan mucho dinero. De ahí sus abultados salarios. Corresponde en todo caso a los accionistas del banco opinar sobre los sueldos otorgados a los ejecutivos, no a personas ajenas a la empresa (aunque a posteriori pueden darse cuenta de que sus ejecutivos les han salido pez y no son todo lo buenos que a priori pensaban).

Hasta aquí creo que pocos irían contra este argumento. El problema aparece cuando se añade que a los bancos se les ha inyectado dinero público (en España tampoco sabemos a cuales exactamente ya que el proceso no ha sido transparente). En cuanto en un sector se percibe una ayuda estatal, se pervierten los mecanismos de premio y castigo que representan las pérdidas y ganancias. Los que prestan buenos servicios, los que “hacen las cosas bien” acaban pagando los errores de los que “no lo hacen bien”. No se liquidan los proyectos inviables ahora subvencionados. De cara al futuro se establece el todo vale. No es importante que discipline mucho mi comportamiento, vendrá papa Estado a ayudarme. El sistema se vicia totalmente. Para ilustrar todo esto en el sector financiero tenemos por ejemplo el caso de AIG. Habría quebrado varias veces si no fuera por las ayudas públicas. El estado la consideraba “demasiado grande” para dejarla quebrar. Las quiebras son a veces necesarias para liquidar errores de inversión y depurar responsabilidades. Si se le inyecta liquidez no se produce ni lo uno ni lo otro. Se consolidad los errores de inversión y los ejecutivos no solo no pierden su empleo sino que además se atribuyen altos bonos de productividad a cargo en parte a esa ayudas. Aquí está el problema, no son los sobresueldos en si, sino la intervención pública.

Es la propia intervención pública la que explica la actual situación económica. Sí, ha leído bien. Se habla del excesivo grado de desregulación de los mercados financieros. Estamos ante todo lo contrario. Es, sin duda, uno de los mercados más intervenidos en occidente. Pensemos en las bonitas corbatas con las que asistimos todos los días a clase. Imaginemos que hay un Banco Central de Corbatas que decide a que precio deben venderse las corbatas. No conforme con eso se excluye la posibilidad de producir corbatas a otros agentes y se establecen leyes de curso forzoso de las corbatas producidas por el Banco Central de Corbatas. Esto es un mercado libre!?. No estamos más que ante un caso de la imposibilidad de cálculo económico por parte de una “mente planificadora” en el campo concreto del dinero como demostraron economistas de la talla de Luwing von Mises o F. Hayek. Así, desde mediados de los noventa la Reserva Federal Americana, y en menor medida el Banco Central Europeo, han orquestado una expansión crediticia a tipos de interés artificialmente bajos (por debajo del precio del dinero en un mercado libre en función de la preferencia temporal), con lo que se han iniciado por parte de los empresarios proyectos de inversión inviables alargando demasiado la estructura productiva, creándose burbujas en aquellos sectores más intensivos en uso de capital. Estamos ahora en la fase de liquidación de errores de inversión, ajuste necesario e inevitable.

PD: Como habrán podido comprobar la posición mantenida en el artículo es muy crítica con las ayudas estatales a los bancos. Mas para ser honesto he de admitir que en el caso de que fuese uno de esos ejecutivos no dudaría en solicitarlas, en tratar de demostrar su necesidad y bondad. Paradojas de la vida.


José Manuel Leis Méndez

HASTA DONDE PUEDE LLEGAR LA AVARICIA


Sabemos que en los últimos años directivos del sector de la banca privada, en la zona euro, Estados Unidos, y Reino Unido, han estado percibiendo remuneraciones, en concepto de “bonus” y salarios, desmesuradas.

¿Y cómo es posible que en el mundo en el que vivimos lleguemos a tales extremos?
La verdad es que es bastante posible viendo el desequilibrio que hay, por ejemplo entre países de Europa y de África. Por lo que a continuación, nos preguntamos, ¿y cómo encontrándonos en una situación de crisis financiera, los altos cargos actúan tan egoístamente?

No sabría dar una respuesta a ésto, pero está claro que tienen una venda en los ojos, si ya tienen bastante, quieren más, y no miran lo que hay a su alrededor.

Porque no es normal que si una empresa está viviendo una situación de desequilibrio financiero, y por consiguiente está teniendo pérdidas, ocurra lo siguiente: que despidan a empleados, así reduzcan plantillas, y estos se queden sin empleo, ¿y por qué? ¿por no ser tan poderosos? Y claro, vemos que los altos cargos reciben unos sueldos y primas excesivos. Está claro que esa no es la solución, que llegados a este punto hay que actuar, buscando otras medidas en las que todos salgamos más o menos beneficiados, como por ejemplo que en lugar de despedir a parte de la plantilla, pues que reduzcan las jornadas, así por lo menos disminuirían sus sueldos pero no quedarían sin empleo. Tenemos sin ir más lejos un ejemplo en Telefónica y BBVA en donde sus los altos ejecutivos ganan 37 veces más que la media de la plantilla.

Podemos pensar que estos altos directivos se están aprovechando de la situación, pues se están lucrando a nuestra costa, ya que muchas de las empresas que se encuentran en una situación económica difícil han recibido planes de ayuda por parte del gobierno, además del dinero que reciben por parte de los contribuyentes y accionistas, que lógicamente les preocupa lo que hagan con su dinero, y más si estos de enteran de que lo han utilizado para sus “caprichitos” de costes irracionales, en lugar de utilizarlo para equilibrar la situación y no incurrir en más riesgo.
Y por último un consejo, antes de actuar, ya que estos directivos tienen un gran talento y experiencia, que miren lo que tienen entre manos y no se guíen por su avaricia, porque como dice el refrán “la avaricia rompe el saco”.

Ahora a seguir con el ejemplo de los cinco Bancos Británicos: Barclays, HSBC, Lloyds, RBS y Standards Chartered, encaminados por el plan del G-20.
Lidia Sandá López

BONUS, ¿JUSTOS O INJUSTOS?


En primer lugar, habría que comenzar aclarando el concepto de la transparencia, es decir, ¿Conocemos, sin género de dudas, qué entidades financieras privadas han sido intervenidas por el Estado, es decir, quienes han percibido dinero público para solventar sus propios descalabros? La respuesta es que no. Sencillamente por que se anunció una inyección de liquidez y no se anunció a quién se le inyectó dicha liquidez. En consecuencia, no existe una transparencia debido a la falta de esa información, que interesadamente no se facilitó, ya que eso hubiese producido un caos en las entidades financieras intervenidas.

Por tanto, yo, como ciudadano que contribuyo con mis impuestos, si tengo conocimiento de que el Banco “X” ha sido intervenido y mi dinero se dirige a sanear dicho banco, evidentemente lo primero que exigiré será que, una vez evitado el despropósito producido por la propia entidad, ésta devuelva el montante económico (hecho que tampoco conozco), y evidentemente sería demencial que el representante de dicha entidad, aún por encima, fuese premiado con un Bonus, ya que yo (el ciudadano, el Estado), gracias a mi intervención he posibilitado que subsista, y por el contrario, si no hubiese intervenido habría quebrado, o no hubiese habido capital suficiente para tal recompensa.

Terminando, como sentimiento personal, me parecería justo una recompensa a mayores por el trabajo bien hecho, y merecido por las plusvalías generadas, ya que sería una manera de incentivar al trabajador, y una manera de competir ante tus rivales que posiblemente ofrezcan un fijo, un salario, más jugoso, pero un variable inferior o inexistente. Pero, si ha existido una “salvación” por mala gestión, y que a mayor abundamiento, ha sido provocada por una avariciosa especulación, evidentemente me niego a la concesión del bonus y exigiría conocer quien ha sido el causante de tal situación, así como su enjuiciamiento y su posible condena, que a buen seguro provocaría una mayor cautela y no un “rico hoy y un vagabundo mañana”.
Santiago Vázquez Martínez

¿ESTÁN REALMENTE JUSTIFICADOS?


Los bonos son una manera de retribuir a los directivos por los objetivos obtenidos, pero, ¿Cuándo estas retribuciones terminan convirtiéndose en desmesuradas? Está bien premiar a los directivos, teniendo en cuenta su éxito y esfuerzo siempre que se tenga en cuenta la situación financiera de la empresa y se evite que ésta se vea comprometida.

Desde mi punto de vista, deberían de ser eliminadas las primas fijas permitiendo así que estas dependieran del resultado de la gestión. Sin embargo, no veo factible que se deba poner un límite a las mismas dado que esto en la práctica sería bastante difícil de alcanzar, pero sí que se centre el sistema de compensaciones en evitar políticas de riesgo a corto y largo plazo.

Otra de las preguntas que debemos hacernos es: ¿Cómo una compañía como AIG, en EE.UU., que ha necesitado una ayuda gubernamental de 170 millones de dólares le ha estado pagando a sus altos directivos unas cifras tan astronómicas? El propio presidente de los EE.UU., el Sñr Barak Obama ha dicho recientemente: “En los últimos seis meses, AIG ha recibido sumas considerables del Tesoro de EU(…)en estas circunstancias, es difícil de entender que estos agentes de derivados cobren algún “bonus”,mucho menos que cobren una paga extra de 165 millones”.Para evitar este tipo de situaciones, el Gobierno del Estado correspondiente debería preocuparse de controlar la política interna de las empresas y conceder las ayudas a cambio de un compromiso de control que evite que este tipo de situaciones vuelvan a producirse en el futuro, tanto lejano como cercano, pues sino estaríamos concediendo las ayudas “gratuitamente”; dicho control por parte del gobierno debería ser constante y no centrarse únicamente en los periodos de crisis. Hoy en día todos "nos echamos las manos a la cabeza”. Sin embargo, esto parece que realmente no se ha convertido en un verdadero problema hasta que la situación acabó por explotar.

Esperemos que con la actual cumbre del G-20 “celebrada en Pittsburg” se consiga el recorte de estos sueldos desmesurados y que en caso de que se produzca alguna situación financiera en la que los directivos, en un momento determinado, tengan que renunciar a sus altos “bonus” sean capaces de hacerlo mirando no solo por su futuro sino también por el futuro de la empresa para la que trabajan.
Ana López Neira

¿SE DEBE MANTENER EL ACTUAL SISTEMA RETRIBUTIVO DE LOS DIRECTIVOS?

En los tiempos actuales, donde el sistema financiero internacional está sufriendo los graves problemas estructurales que estaban ocultos en épocas de expansión, es crucial el mantener y atraer a los profesionales más cualificados. Para ello, es muy importante la motivación que tengan los empleados y que ellos sientan que se les valore de un modo justo, tanto a nivel salarial como a nivel organizacional.

Una herramienta crucial en la motivación en base al salario son las gratificaciones que tienen los empleados por conseguir los objetivos que les marca la empresa. Normalmente se trata de objetivos ambiciosos pero “alcanzables” y que por la consecución de los mismos logran un complemento dinerario.

La idea de la retribución por objetivos supuso un incentivo muy importante para incrementar el crecimiento de la empresa.

En mi opinión, es un método que se debe tener en cuenta como motivación, no como exigencia y agobio.

El problema de que la retribución por objetivos se convierta en una exigencia, es que, por parte de los mandos intermedios suelen provocar importantes tensiones con los trabajadores que se sitúan en la base de la pirámide organizacional, llegando a producir el efecto contrario: la desmotivación.

Uno de los grandes problemas que ha tenido el sistema financiero internacional, es que los bonus de los trabajadores del sector estaban centrados especialmente en lograr beneficios a corto plazo.

Considero que fue un grave error pensar en la venta indiscriminada para lograr unos mejores resultados en el balance, porque sin duda, el mejor cliente es el que confía en la empresa, que valora la atención que se le da y es el que vuelve a contratar los servicios.

Bajo mi punto de vista, éste fue uno de los principales motivos de la actual crisis financiera internacional, puesto que las facilidades a la hora de conceder operaciones de crédito venían dadas por el afán de los directivos en lograr los mejores resultados en el menor tiempo posible.

No obstante, pienso que la idea de retribuir por resultados es positiva si se centra en un horizonte superior de tiempo.

Con este incremento en el plazo de los objetivos, se intentaría promover valores como el buscar la excelencia en el trato con el cliente, se podría considerar a la empresa como un todo organizacional y no como una suma de pequeñas oficinas que funcionan independientemente por objetivos.

La importancia de las gratificaciones económicas se debe basar en una mayor justicia laboral. Me gustaría recalcar este punto porque existen determinados objetivos que se centran en grupos de personas o departamentos, pero no en la excelencia de la gestión del mismo, lo que provoca un efecto “escaqueo” por parte de algunos miembros.

Esta circunstancia sucede cuando existe una deficiente motivación y gestión por parte de la persona o personas que se encargan de dirigirlo. Al no existir ese estimulo para la consecución de los objetivos, el trabajo no se distribuye de forma uniforme, por lo que parte de los pilares de ese grupo están sosteniendo un gran peso y desequilibrando al equipo.

Últimamente la prensa se hace eco de los elevados salarios que perciben los directivos de las grandes empresas.

Y en parte estoy de acuerdo cuando dicen que en estos momentos económicos en los que el paro vuelve a estar en niveles prohibitivamente elevados, no es el mejor para dar a conocer esas retribuciones millonarias que perciben determinados directivos.

No obstante, en el caso de la noticia que publicó la prensa sobre la jubilación de un alto cargo del BBVA, cabe decir que es el consejo de administración el que debe valorar la importancia de esa persona en la entidad y por tanto aprobar una retribución acorde a su papel.

En ese caso concreto, el peso de esa decisión recae en ellos y por ello, en la junta general de accionistas de la entidad deberán rendir cuentas por estos y por otros motivos que los accionistas consideren relevantes.

Sin embargo, si fuese accionista del BBVA sí que pediría explicaciones al consejo de administración para que aclarase cuáles fueron los motivos que les llevaron a retribuir a ese consejero en una cantidad tan elevada.

En conclusión, considero que las gratificaciones económicas a los directivos deben modificarse, centrándose en un horizonte temporal mayor y que permitan que se mantenga el pilar fundamental de la motivación gracias a parámetros que sigan una justicia organizativa.



Javier Lejo Sierra

LOS BONOS DE LOS DIRECTIVOS

El pago de bonos a los directivos es un tema de máxima actualidad a nivel mundial en el sector financiero.

Estos bonos son un incentivo que cobran los altos ejecutivos en sus salarios, que están formados por una desorbitada cantidad fija y una todavía más elevada parte variable (bonos).

La situación de crisis global que estamos sufriendo ha puesto en el punto de mira la remuneración de los directivos, después de que importantes empresas hayan tenido que recibir ayudas económicas por parte de la administración central, a pesar de esto, los altos ejecutivos seguían cobrando sus altas bonificaciones sin tener en consideración el estado de su empresa ni los despidos que conllevaba el recorte de gastos, primando en ellos la avaricia por el dinero. El país que ha suscitado más alarma social por este tema ha sido Estados Unidos.

Numerosos gobiernos de todo el mundo hacen declaraciones a diario en los medios de comunicación para intentar, entre todos, buscar alguna solución para que los bonos de los directivos se limiten.

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, logró el compromiso de la banca de su país para adoptar un sistema “bonus – malus” en el sistema de remuneraciones, que vincula la retribución variable de los ejecutivos no sólo a las ganancias sino también a las pérdidas.

Me parece una buena solución la propuesta de Sarkozy, puesto que los programas de incentivos más eficaces deberían incluir métricas que estén vinculadas directamente a la estrategia de negocio, que proporcionen una visión más clara al ejecutivo y midan los resultados, no las iniciativas; ya que retribuir al ejecutivo por el retorno total al accionista significa pagar por los resultados que aún no se han producido. Así, las remuneraciones serían más justas y mejorarían el equilibrio del sistema financiero, que ayudaría a paliar la crisis de los países.

MIRIAM YÁÑEZ FERNÁNDEZ