La situación de la economía mundial desde 2003, se ha caracterizado por crecimientos fuertes y acelerados del PIB y la abundancia de liquidez en los mercados financieros internacionales. La inestabilidad en los mercados de crédito, relacionada con los problemas de las hipotecas de alto riesgo en EEUU, así como los altos y volátiles precios de las materias primas, suministraron signos de un cambio de tendencia.
El origen inmediato de la crisis radica en el mercado hipotecario estadounidense. Al calor de la enorme expansión del sector inmobiliario se generó una masiva oferta de hipotecas, de las cuales casi una quinta parte se concedieron a familias que apenas tenían las rentas justas para pagarlas cuando los tipos de interés estaban muy bajos. Había mucho dinero que ganar en ese mercado.
Así describió Marx el origen de las burbujas especulativas: “Comparecen esos caballeros que trabajan sin reservas de capital, o aun sin capital alguno, dispuestos por eso mismo a operar solamente con dinero a crédito...”.Los “caballeros” de este siglo parecen ser los hedge funds y los grandes bancos, que irrumpen en el mercado hipotecario en busca de la máxima rentabilidad.
Un año después de que comenzara la crisis financiera, cualquier noticia relacionada con la banca, hipotecas, intervenciones... sigue haciendo que se tambaleen los mercados y asistimos atónitos a macroinyecciones de liquidez continuas, acciones coordinadas de los Bancos Centrales, bajadas de tipos por parte de la FED, nacionalizaciones tales como, el banco británico Northern Rock, los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac en EEUU, Fortis por parte del Benelux…
Wall Street ya no volverá a ser lo que era (Lehman Brothers se declara en quiebra, venta de Merrill Lynch, Morgan Stanley busca un socio para fusionarse…) parece que la época de grandes ganancias y acuerdos producto de un excesivo crédito bancario llegó a su fin.
Los grandes bancos de inversión se ven obligados a pasarse a la banca tradicional, y este cambio de estructura les permitirá acceder a los créditos de la FED y obtener, si fuera necesario, préstamos de emergencia. Y ahora es cuando aparece el multimillonario W. Buffett e invierte 5.000 millones de dólares en Goldman Sachs, tras la transformación de la compañía en una entidad de banca tradicional, ya sabéis eso de que invierte en épocas de pánico y vende cuando hay euforia.
Por el momento, EEUU tiene un plan de rescate para ayudar al sistema financiero, que prevé liberar hasta 700.000 millones de dólares para adquirir a los bancos los activos ilíquidos, por lo tanto se apuesta a que la liquidez retornará si se retiran dichos activos.
De ser aprobada la denominada Ley de Estabilización Económica de Emergencia 2008, se convertiría en la mayor intervención del Gobierno en la economía desde la Gran Depresión de 1929, cuando Roosevelt diseñó un conjunto de medidas para resolver la grave depresión en que se encontraba sumida la economía norteamericana. De este modo aplicaría la teoría keynesiana donde el Estado debe ser un gran protagonista en los momentos delicados de la economía y regular los mercados financieros. Las disposiciones que se implementaron tuvieron continuidad a lo largo de varios años y recibieron el nombre de “New Deal”, se potenció así un mayor control del Estado sobre los bancos y se exigió un aumento de sus reservas a fin de garantizar su solvencia. Se estimuló la concesión de créditos destinados a la inversión empresarial. Se promulgó además la Ley de Obligaciones Federales con el fin de proteger a los inversores y el dólar fue devaluado.
Toda esta lucha para paliar la crisis y salvar al sistema financiero, ha reabierto el dilema moral, consistente en el riesgo que conlleva rescatar a los que se han equivocado o cometido excesos.
VANESSA LORENZO C.
El origen inmediato de la crisis radica en el mercado hipotecario estadounidense. Al calor de la enorme expansión del sector inmobiliario se generó una masiva oferta de hipotecas, de las cuales casi una quinta parte se concedieron a familias que apenas tenían las rentas justas para pagarlas cuando los tipos de interés estaban muy bajos. Había mucho dinero que ganar en ese mercado.
Así describió Marx el origen de las burbujas especulativas: “Comparecen esos caballeros que trabajan sin reservas de capital, o aun sin capital alguno, dispuestos por eso mismo a operar solamente con dinero a crédito...”.Los “caballeros” de este siglo parecen ser los hedge funds y los grandes bancos, que irrumpen en el mercado hipotecario en busca de la máxima rentabilidad.
Un año después de que comenzara la crisis financiera, cualquier noticia relacionada con la banca, hipotecas, intervenciones... sigue haciendo que se tambaleen los mercados y asistimos atónitos a macroinyecciones de liquidez continuas, acciones coordinadas de los Bancos Centrales, bajadas de tipos por parte de la FED, nacionalizaciones tales como, el banco británico Northern Rock, los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac en EEUU, Fortis por parte del Benelux…
Wall Street ya no volverá a ser lo que era (Lehman Brothers se declara en quiebra, venta de Merrill Lynch, Morgan Stanley busca un socio para fusionarse…) parece que la época de grandes ganancias y acuerdos producto de un excesivo crédito bancario llegó a su fin.
Los grandes bancos de inversión se ven obligados a pasarse a la banca tradicional, y este cambio de estructura les permitirá acceder a los créditos de la FED y obtener, si fuera necesario, préstamos de emergencia. Y ahora es cuando aparece el multimillonario W. Buffett e invierte 5.000 millones de dólares en Goldman Sachs, tras la transformación de la compañía en una entidad de banca tradicional, ya sabéis eso de que invierte en épocas de pánico y vende cuando hay euforia.
Por el momento, EEUU tiene un plan de rescate para ayudar al sistema financiero, que prevé liberar hasta 700.000 millones de dólares para adquirir a los bancos los activos ilíquidos, por lo tanto se apuesta a que la liquidez retornará si se retiran dichos activos.
De ser aprobada la denominada Ley de Estabilización Económica de Emergencia 2008, se convertiría en la mayor intervención del Gobierno en la economía desde la Gran Depresión de 1929, cuando Roosevelt diseñó un conjunto de medidas para resolver la grave depresión en que se encontraba sumida la economía norteamericana. De este modo aplicaría la teoría keynesiana donde el Estado debe ser un gran protagonista en los momentos delicados de la economía y regular los mercados financieros. Las disposiciones que se implementaron tuvieron continuidad a lo largo de varios años y recibieron el nombre de “New Deal”, se potenció así un mayor control del Estado sobre los bancos y se exigió un aumento de sus reservas a fin de garantizar su solvencia. Se estimuló la concesión de créditos destinados a la inversión empresarial. Se promulgó además la Ley de Obligaciones Federales con el fin de proteger a los inversores y el dólar fue devaluado.
Toda esta lucha para paliar la crisis y salvar al sistema financiero, ha reabierto el dilema moral, consistente en el riesgo que conlleva rescatar a los que se han equivocado o cometido excesos.
VANESSA LORENZO C.
1 comentario:
Es preferible salvaguardar todo el sistema a caer en una gran depresion tal y como ocurrio en el 29.
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