martes, 19 de febrero de 2008

POR FAVOR NO ME TOQUEN LOS MONOLINES

Y os preguntareis que es esto, pues bien, después de la famosa crisis subprime, con la que nadie estaba familiarizada y ahora todos sabemos lo que es, nos toca nuevo tecnicismo, “Monolines”.
Pues bien, estos son aseguradoras / avalistas que, amparadas por su máxima calidad crediticia trabajan como especie de avalistas o aseguradoras de emisiones públicas de bonos u otros instrumentos financieros.
Así, si una institución quiere realizar una emisión de bonos con las que financiarse o financiar una determinada inversión, emite dichos bonos y acude a una de estas “monolines” para que los avale o asegure. La institución emisora, abarata su coste de financiación al contar con una garantía triple A (menos riesgo, menos pago) y la monoline en cuestión cobra al emisor una prima por el servicio.
Hasta ahora todo muy bien, negocio bueno para todos: El emisor paga menos, la monoline cobra su prima y quien adquiera el bono, adquiere un activo avalado con la máxima calidad crediticia. Todos felices pues.
El problema parece ser, como siempre, que la avaricia rompe el saco, ya que las tales monolines han asegurado operaciones por valor de muchos miles de millones de dólares, sin contar con el capital suficiente para hacer frente a posibles impagos por parte de sus clientes, principalmente los emisores de bonos corporativos.
Al subir los intereses, se producen los impagos y comienza el peligro. Al no tener capacidad suficiente para garantizar todos los posibles impagos, las calificadoras de riesgo ya no ven con tan buenos ojos a las monolines y comienzan a cuestionarse si de verdad se merecen esa AAA o se merecen, por avariciosos y peseteros un poco menos.
Así, la primera en actuar fue la calificadora Fitch quitándole el nivel AAA a Ambac Assurance Corp., una de las dos primeras compañías “monolines” a nivel mundial y lo que se temía era la primera de muchas por venir, se confirmó ahora, ya que la primera aseguradora de bonos grandes, FGIC, acaba de perder el rating AAA de Mody´s.
Los adquirentes de estos bonos avalados triple A, suelen ser bancos, fondos y otras instituciones financieras, cuyo marco regulatorio y normativa interna, no les permite tener en cartera bonos que no tengan categoría AAA.
¿Qué hace uno de estos bancos u otra institución financiera que tenía un bono AAA que ahora ya no lo es, si la regulación no le permite tener títulos de menor rating? Exacto, los tienen que vender. ¿Y cuanto vale ahora un título que antes era AAA pero que ahora no lo es? Exacto, menos.
Una estimación conservadora de la pérdida de valor del 1% de estos títulos “degradados” significaría pérdidas para el sistema financiero de alrededor de 15.000 millones de dólares.
Sí, seguimos hablando de RF, y no de RV, pero no se equivoque si una funciona mal, la otra tarde o temprano ira mal, ya que los bancos empezaran a fallar, y por tanto la financiación a las empresas se irá reduciendo poco a poco, con la consiguiente reducción de beneficios y de cotización. Por lo tanto tenemos la gran duda
¿Descontó ya el mercado todo esto o lo peor está por venir?
He aquí la gran cuestión que dejo abierta a debate para todos vosotros.

MANUEL RODAS

1 comentario:

Unknown dijo...

Que fascinante explicación sobre este término del cual de forma coloquial se podría decir que son "empresas de seguros que se estan quebrando".

Pues bien me gustaría otro articulo analogo a este referente a otros tecnicismos como Credit Default Swaps (CDS)y Collateralized Debt Obligations (CDO).

Gracias. AKZNO