miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿TIERRA DE NADIE?

Ya con sus antecedentes en los Montes de Piedad a iniciativa de los franciscanos, la imposibilidad de seguir otorgando préstamos gratuitos a las clases más desfavorecidas sin retribución alguna y sólo a costa de limosnas y donativos puso de manifiesto que ni si quiera la buena voluntad es sostenible por sí sola.

Siempre he pensado que las Cajas se encontraban intencionadamente situadas en un limbo en cuanto a su estratégica combinación entre forma jurídica y regulación.

Fundaciones Privadas de carácter social. Se definen como tales, pero carecen de propietarios particulares. Pertenecen por tanto la sociedad. ¿Cuál exactamente? A los Órganos de Gobierno se les encomienda liderar su control, pese a que la última palabra sobre su futuro corresponde a las Asambleas de las Cajas implicadas.

Nacidas en un estado liberal que renuncia a toda intervención y sólo sometido a la lógica implacable del mercado y del lucro privado, han constituido el único freno corrector a la polarización de los Bancos. Éstos, aunque presumiendo de falsos márgenes y a la espera del rebote del diferencial, siguen ganado más y más terreno. Si las Cajas quieren seguir con su propósito deben minorar la ventaja “in creciendo” que les llevan los primeros. Inminente debe ser una mejora estratégica. Urgente teniendo en cuenta el gran deterioro de sus activos como consecuencia del estallido de la burbuja Inmobiliaria y los gigantescos índices de morosidad.

En el análisis de las múltiples y variadas declaraciones sobre el asunto, el fervor de los dirigentes de estas instituciones contrasta brutalmente con la aparente o fingida neutralidad de los cargos públicos. Debemos aceptar con total normalidad el debate político absolutamente sangriento sobre cuestiones cuya relevancia, interés y utilidad social son infinitamente menores y, en cambio, en esta tesitura reina el mutismo entre nuestros gobernantes. La Voz de Galicia nos mantuvo en vilo una larga semana de noviembre para descifrar o intuir entre líneas la opinión que le merecía al señor Feijoo la rotunda, repetida y explícita negativa a fusiones locales del Presidente de Caixanova. Por otro lado, la Vicepresidenta Económica declara que: “(...) las Cajas, como Entidades Privadas que son, deben ser ellas las que se ordenen. “ Palpable es la profundidad del trasfondo que tiene el insistir en el “no dar opinión”. Rozando el absurdo en ocasiones; como fueron las declaraciones de señor Alcalde de Pontevedra. Éste excusaba su silencio en su condición de edil. Inmediatamente después, daba su parecer precisando torpemente que lo hacía en calidad de ciudadano. Como si una no fuera inalienable de la otra.

Se podrá estar o no a favor de fusionarse, pero si el centro de la discusión gira en torno a la situación geográfica de las Sedes, con todas las implicaciones que ello conlleva, entonces el dilema es otro y las motivaciones deducibles.

Menos cometidos son cuando hablamos de parcelas de poder. Aunque sobradamente legítimas son estas luchas. ¿Acaso no se dan en las Entidades Privadas y de manera mucho menos transparente? ¿Cambiar el Presidente De Caja de Turno? “Casualmente”, una media de cada cuatro años. Un sentir democrático que se echa en falta en el ala Privada del Sector.

Aún y con todas las dificultades que aquello suponía, allá por febrero de 2007, las declaraciones del Gobernador del Banco de España calentaban el debate abierto sobre la internacionalización de las Cajas, animándolas a seguir los pasos de los “grandes” en sus andaduras hacia las Américas u otros destinos. Cierto es, que el año precedente había sido glorioso para la Banca Española. Unos buenos resultados impulsados por los márgenes de intermediación logrados a su vez por la subida de tipos del 2005.Con todo lo favorable del ambiente de aquel momento, el planteamiento de fusiones de Cajas con el fin de ganar masa crítica provocaría el mismo revuelo de hoy..Y esto, por lo de siempre: el conflicto de intereses políticos por pertenecer Comunidades Autónomas distintas sin contar los obstáculos legales para la operación.

Hoy las pretensiones son mucho más humildes. Al menos salir lo mejor parado posible de una re estructuración forzada e inevitable.

La Unión de Cajas no implicará necesariamente la creación de una gran entidad. Además , tampoco llevará aparejado el que las entidades reciban apoyo financiero del FROB. Es decir, si la suma de sus respectivos patrimonios no alcanza el mínimo exigido por el Gobierno. Si además tenemos en cuenta todos los efectos que supondría la duplicidad de oficinas o las pérdidas derivadas de marketing, conviene tener en cuenta que existen otras opciones para adaptar el sistema Financiero. Vías intermedias como es la constitución de un Sistema De protección Institucional (SIP). Permitiría el mantenimiento de sus respectivas marcas, les facilitaría el cumplimiento de ciertos requisitos de la Autoridad Monetaria, continuar con sus actividades sociales y permitiéndoles mantener su negocio minorista, o lo que es lo mismo, el groso de su actividad. El sentimiento de país como argumento en contra es totalmente inmaduro.

Catalina Martínez

No hay comentarios: