lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Cómo afectaría a los uruguayos o a los extranjeros residentes en Uruguay el gravamen de los depósitos en el exterior?

Primero comenzaremos con una breve descripción de nuestro sistema bancario. En Uruguay hay unos 2.800 millones de dólares que provienen de depósitos extranjeros, en su mayoría argentinos. Si bien en los últimos años se dio un importante proceso de nacionalización de los ahorros bancarios, el peso de los depósitos no residentes en moneda extranjera sigue siendo importante.
Del total de ahorros en nuestro país, en la banca pública hay 343 millones de dólares pertenecientes a depósitos de no residentes y 4.534 millones de dólares de residentes, mientras que en la banca privada la cifra alcanza los 5.288 millones de dólares en resientes y 2.529 millones de dólares en no residentes.
Esta medida de gravamen en los depósitos del exterior y las que se adoptan en la próxima reforma al sistema tributario, claramente van a cambiar las reglas de juego ya que propone una forma de modificación en la forma de liquidar el impuesto y van a preocupar sin lugar a dudas a los inversores. Hasta ahora el Uruguay estaba dando una imagen y mensajes en un sentido y ahora la orquesta comienza a desafinar.

Hay dos finalidades que persigue el gravamen de los activos con Impuesto a la Renta (I.R.P.F.): recaudar más dinero y repatriar los depósitos de uruguayos que hoy son colocados en el exterior. Pero a esto se suma un mayor control sobre las declaraciones de I.R.P.F., ya que ahora no se podrán desviar los activos que descansan en el exterior.

Esta medida el efecto que produce es sin lugar a dudas poner en condiciones de igualdad a todos los uruguayos. Es una medida que parece lógica que los depósitos de uruguayos en el exterior paguen iguales impuestos que lo que se queda en el país. Es posible que la ausencia de tributación induzca a algunas personas a colocar dinero en el exterior. Pero la razón principal es siempre la confianza.


La forma más efectiva de evitar fuga de capitales es crear condiciones internas de confiabilidad similar o mejor de las que existen en otros países. De lo contrario, aunque tengan que pagar impuestos, muchos residentes seguirán buscando fuera de fronteras mayor seguridad para su dinero. Los depósitos ciertamente no se fueron por razones tributarias sino de confianza o de estrategia de diversificación de riesgos.
Finalmente es importante señalar que estas medidas pueden provocar que quien reciba rentas del exterior puede estar potencialmente gravado por impuestos a las rentas en dos países, Uruguay y el país donde tenga la jubilación. Para evitar ello es importante que el gobierno apresure la firma de convenios con terceros países.

Gabriel Sánchez

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