lunes, 11 de octubre de 2010

La negociación colectiva (Consejos de Salarios) en Uruguay: puntos a favor y en contra.

Los Consejos de Salarios son órganos administrativos, regulados en Uruguay por la Ley 10.449, constituyendo asimismo organismos colegiados de integración tripartita, compuestos por siete miembros: tres designados por el Poder Ejecutivo, correspondiéndole a uno de ellos la presidencia del Consejo respectivo, dos delegados de los trabajadores y dos delegados de los empleadores

En sus inicios los principales problemas a resolver fueron: primero la vía o procedimiento para la inmediata puesta en funcionamiento de los Consejos; segundo la designación de representantes para uno y otro sector; tercero el número de grupos de actividad; cuarto la incorporación de los trabajadores domésticos y rurales y quinto la situación de los trabajadores del Estado.

Existen dos grandes dudas que generan aspectos positivos y negativos de las negociaciones con los consejos de salarios:

1) Si es posible que se acuerden en las negociaciones puntos que favorezcan tanto a las empresas como a los trabajadores. La negociación colectiva no tiene por qué ser una herramienta solamente para discutir los incrementos salariales, sino que en los consejos de salarios se pueden acordar muchas más cosas que favorezcan tanto a las empresas como a los trabajadores, por ejemplo sistemas de trabajo diferentes, sistemas de gestión diferentes, he allí el buen o mal uso que se le pueda dar a esta importante herramienta. Hasta ahora los antecedentes en Uruguay de buen uso han sido muy pocos.

2) El peligro que los puntos que surgen de la negociación son a partir de lo que acuerdan el sindicato más grande con la empresa más grande, sin tener en cuenta a las empresas pequeñas. Esta situación es preocupante sobre todo para las pequeñas empresas, que pueden llegar a no poder pagar los incrementos salariales que se establezcan en el acuerdo. Este problema en general lo están padeciendo muchas de las pequeñas empresas del Uruguay.

El gobierno de izquierda que asumió en Uruguay el 1 de marzo del año 2005, se comprometió con los trabajadores a recuperar el promedio del salario perdido por la clase trabajadora en el período anterior de gobierno que había alcanzado una disminución del 19.72 % del salario real.

El resultado final fue con el aumento de salarios, ya dispuesto, a partir de Enero de 2010, la clase trabajadora habrá obtenido un incremento del Salario Real de 25% aproximadamente.

Un aspecto ha destacar, es el hecho de que se han incorporado a la negociación sectores que hasta el momento no contaban con la posibilidad de negociar sus salarios (los trabajadores del Estado, rurales y a los trabajadores del servicio doméstico). De esta forma, se podría decir que la casi totalidad de trabajadores del país participan en la negociación colectiva de su salario, con la única excepción de policías y militares.

Desde la reinstalación de Consejos de Salarios en el año 2005, la tasa de desempleo ha descendido del 12,2 al 6,9% actual, con fluctuaciones que la encontraron con varios meses por debajo de este último valor.

Es importante destacar como aspectos positivos que el funcionamiento del diálogo social a través de los Consejos de Salarios, como herramienta de negociación colectiva, trajo consigo el fortalecimiento de las organizaciones representativas tanto del sector empleador, como del sector de los trabajadores. En este último sector, en los últimos 4 años y medio se crearon 630 sindicatos de empresas. En el sector empleador, muchas cámaras representantes de empresas de diferentes ramas de actividad, o no existían o habían sido desmanteladas. La negociación colectiva llevada adelante en este período obligó también al fortalecimiento de éstas.

Para finalizar es necesario enfatizar que esta fuerte recuperación del Salario Real y la caída de la Tasa de Desempleo no se debieron exclusivamente a la instalación de los Consejos de Salarios. Durante el gobierno Batlle por ejemplo la economía se desplomó en la mayor crisis que esté registrada en nuestra historia, mientras que en el gobierno Vázquez, su situación fue totalmente diferente.

En este sentido el Uruguay no debe confiarse en que el mundo siga ayudándonos como lo hizo en los años recientes, sino en todo caso, hay que prever turbulencias. Hay que establecer pautas razonables para el crecimiento económico en los próximos años y fijar pautas de aumento salarial real que dejen espacio para que el mercado de trabajo pueda seguir incorporando a quienes quieran ingresar en él. Y, quizá lo más importante, es tener en cuenta las realidades sectoriales y empresariales. Que los acuerdos salariales tengan en cuenta lo más posible esas realidades y que haya una válvula de escape por si llegado el momento se la precisa.

Gabriel Sánchez

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