viernes, 16 de octubre de 2009

Confundir Ética con Estética

Ética, esa es la palabra de moda. Cada vez que sale a la palestra un tema tan delicado como el movimiento de grandes cantidades de dinero, con unos fines poco o nada sociales; a casi todos los políticos de este país se les llena la boca hablando de si es ético o no el asunto. Ya lo vivimos durante el fichaje del futbolista más caro de la historia, y ahora le toca el turno a la prejubilación del consejero delegado del BBVA, el señor José Ignacio Goirigolzarri Tellaechez.
Y nos hablan de ética los mismos que en Ayuntamientos, Diputaciones, Gobiernos Autónomos, Congreso, etc., se aumentan el sueldo con alevosía, tras ganar elecciones (da igual el signo político del gobernante); mientras piden austeridad y contención de los sueldos a los asalariados. Los que no necesitan cotizar 20 años para poder cobrar una pensión, les basta con “trabajar” una legislatura, los que por su cargo político, al abandonarlo, cobran una pensión vitalicia, compatible con casi todo… Por favor.
Reconozco que en la difícil situación actual, no es muy Estético (no se ve del todo bonito) que el gobierno esté inyectando dinero para ayudar a los bancos, y se conozcan datos como éste; pero compañeros, ética es otra cosa. Ético es recompensar a cada uno por una trayectoria de trabajo a lo largo de los años. Trabajo que sirvió para colocar a su banco como Nº 2 en el ranking, lo cual hizo ganar a la Entidad, prestigio, posición y dinero. Si los que deben valorar estos méritos (los accionistas), juzgan que se merece esta “recompensa”, ¿por qué no? A ellos les saldrá de sus bolsillos.
En estos días, en los que alguien puede cobrar esos 3 millones de euros (que el ex consejero va a recibir anualmente en concepto de pensión) por hacer una película, o por competir una temporada en la Formula 1, o bien por jugar una serie de partidos de fútbol. Días en que se siguen fabricando, y demandando, supercoches de lujo de más 300.000 euros que contaminan más que 20 coches de gama media, que se siguen solicitando suites de hoteles de más de 3.000 euros la noche; me pregunto si son éstos los mejores ejemplos de comportamiento en el marco actual, que el que está dando el BBVA por retribuir a su “número 2”. ¿Acaso cada uno de nosotros no sigue viviendo lo mejor que puede?, entonces ¿dónde se ha quedado la ética?

También es necesario comentar que ha tenido mala suerte al prejubilarse en este momento, en el que el contexto internacional lleva otra tendencia, ya que se plantea limitar los incentivos para los altos directivos del sector financiero. Es más que evidente, que la pensión del señor Goirigolzarri no tiene nada que ver con la de la mayoría de la población; pero su trayectoria profesional seguro que tampoco.
En mi opinión no se deberían de regular los salarios de los altos directivos de cualquier entidad privada, ya que cada empresa debe ser libre para remunerar a sus empleados como le plazca, ya sea dependiendo de su puesto, valía, esfuerzo o trabajo a lo largo de su trayectoria profesional dentro de la compañía. Aunque en este momento, de cara a la galería, parezca una pensión exagerada, pienso que no debería de influir si estamos o no en una época de opulencia para juzgar este acontecimiento, ya que si hubiera sucedido hace dos años, lo único que hubiese sido noticia sería su marcha de la entidad.
Sin embargo, no vería tan descabellado congelar temporalmente los grandes incentivos a los directivos como medida de ayuda; para que los bancos obtengan más liquidez y así acelerar el saneamiento del sistema financiero, además de mejorar su imagen. Quizás fuera una medida a medio camino entre lo Ético y lo Estético, según mi manera de ver las cosas.

DIEGO COUCE MANSO

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