lunes, 1 de marzo de 2010

CAÍDA DE LOS ÍNDICES BURSÁTILES

A comienzos de este año, todo parecía indicar que podría existir la posibilidad de una recuperación de los mercados españoles cuando, a mediados de enero, el Ibex 35 volvía a recuperarse por encima de los 12.000 puntos. Sin embargo, tan sólo se trataba de la mejora que precede a la debacle.

Desde entonces, nuestro índice ha ido cayendo sin lograr una recuperación estable. Cabe destacar que esta caída no ha sido en solitario ya que también la han experimentado otros índices, como el CAC 40, el Dax 30, el EuroStoxx50, entre otros.

Si nos centramos en la caída de los índices españoles, podemos ver que son infinitas las causas que lo provocan. A la hora de invertir, muchos son los factores que los inversores tienen en cuenta, sobre todo las variables macroeconómicas. Algunas de estas variables son el crecimiento económico, la tasa de desempleo, el tipo de interés y la inflación. Si analizamos los datos de nuestro país, desde el punto de vista de las variables anteriormente señaladas, vemos que el miedo existente en Europa por la situación de España es perfectamente comprensible puesto que muchos inversores internacionales analizan los resultados de estas variables para elegir invertir en un determinado país. En el caso de España, fácilmente se detecta que no son nada alentadoras las perspectivas de evolución de variables macroeconómicas.

Otro factor clave que está complicando la situación de nuestro mercado financiero y la caída del índice es la desconfianza general que ha despertado España en los mercados internacionales, no sólo por la situación actual y futura del país sino también por las consecuencias que puede tener dicha situación en la Unión Europea. Las continuas advertencias que nos llegan desde el FMI, los informes publicados por las agencias calificadoras o las últimas declaraciones vertidas por Krugman, donde decía que “España es una amenaza para la Eurozona”, exageradas o no, han provocado que haya empeorado nuestro dato de “riesgo país”. A todo esto debemos unirle la llegada de España a la presidencia a la Unión Europea, situación que ha provocado una mayor exigencia de resultados positivos.

Otros datos que aumentan la incertidumbre internacional sobre la situación española son las continuas comparaciones con el declive de Grecia, el hecho de formar parte del grupo de países en Europa denominados “PIGS” y el infrenable aumento del déficit público. En efecto, la perspectiva de que la economía española tarde en exceso su recuperación agudiza la falta de confianza de los inversores, lo que claramente se refleja en las continuas caídas en el mercado de renta variable.
Por tanto, es imperativo restablecer, lo más rápidamente posible, el activo económico esencial, o sea, la confianza en el comportamiento futuro de nuestro país. Para ello, un posible comienzo para la búsqueda de soluciones podría encontrarse en abordar urgentemente y con decisión los problemas estructurales, como la constante pérdida de competitividad, el elevado déficit público, además de endurecer la política monetaria y un incremento importante de las regulaciones económicas.
No olvidemos que España, en su reciente historia democrática, ha sabido sortear enormes crisis y convertirse en el “país milagro de Europa Occidental”, al lograr en poco tiempo una digna posición en el ámbito internacional y alcanzar un prometedor estado de bienestar. También ahora será posible hacerlo desde un auténtico esfuerzo por parte de todos los estamentos de una sociedad responsable, siempre motivada por la confianza que ciertamente contagiará a la imprescindible inversión y consecuente salud de toda la actividad económica, incluida la actividad bursátil.

TANIA MARCOS ALONSO

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