jueves, 25 de marzo de 2010

Privatización sí, privatización no

Las Cajas de Ahorros son una parte muy significativa del sector financiero español, llegando hasta el punto de superar a la Banca Privada. Su modelo de gestión es semejante al de los Bancos, es decir, tratan de obtener el máximo excedente mediante la realización de actividades de financiación, gestión, crédito…
Desde hace algún tiempo se viene debatiendo sobre si debería llevarse a cabo la privatización de dichas entidades que nacieron en el siglo XIX con un fin claramente social. En la actualidad, las Cajas de Ahorros forman una banca semipública, con gestión interna privada, en la cual, los intereses de los gestores pueden coincidir con los de grupos particulares y partidistas en lugar de hacerlo con los de la organización, generando una ineficiencia en la gestión.
La situación actual de crisis financiera que estamos viviendo demanda una intervención, ya que el sistema financiero necesita capital. Cuando había problemas de solvencia a causa de la crisis, el Tesoro tuvo que comprar parte del capital de los Bancos y Cajas de Ahorros…y cuando el sistema financiero vuelva a funcionar correctamente, puede ser el momento adecuado para vender dichas acciones con el objetivo de privatizar las entidades.
El Fondo Monetario Internacional informa sobre la conveniencia de la privatización de las Cajas de Ahorros.
Como ventajas principales de la privatización tendríamos una menor distorsión económica que es provocada por la intervención política en la gestión de las cajas; de esta manera, los gestores tendrían que atenerse a criterios económicos de manera más estricta, lo que implicaría una mejor gestión y, a su vez, unos mayores beneficios. También tendríamos una mayor definición de los derechos de propiedad, una mayor capacidad para captar recursos y una mayor facilidad para realizar fusiones.
Las Cajas de Ahorros son muy atractivas para cualquier grupo privado, debido al enorme volumen de su negocio, que casi iguala a los Bancos privados, su eficiente funcionamiento y la fuerte competencia que hacen al sector privado, pero, sin embargo, no están disponibles en el mercado para ser compradas o vendidas.
Por tanto, el inconveniente principal que existe para llevar a cabo la privatización es que legalmente no se pueden vender porque no pertenecen ni al sector público ni al privado. Como consecuencia de esto, para venderlas, primero habría que asignarles un propietario, para lo cual habría que modificar la legislación.
La motivación principal para llevar a cabo la privatización de las Cajas sería la de lograr una mayor concentración del sector financiero, a través de fusiones entre entidades, que permitiría a España contar con grupos bancarios de gran tamaño.
Sin embargo, desde mi punto de vista, la privatización de las Cajas de Ahorro no es la mejor opción, sobre todo desde el punto de vista de la competencia, que se vería muy reducida, y de las economías domésticas, que no saldrían bien paradas en caso de llevarse a cabo esta idea.

Lucía Márquez Quiza.

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