miércoles, 17 de marzo de 2010

LAS CAJAS DE AHORRO, OBJETO DE DESEO

Paul Krugman, Premio Nobel de Economía en el año 2008 opina que es necesaria una intervención para dotar al sistema financiero de más capital, es decir, los gobiernos deberían de proporcionar capital a las Cajas de Ahorro, obteniendo así una parte de la propiedad de las mismas.

A medio plazo si los problemas de solvencia de las Cajas de Ahorro son realmente graves, el Tesoro tendría que comprar parte del capital de las mismas, pero a largo plazo si el sistema financiero vuelve a recuperar la normalidad y a funcionar correctamente, la venta de las acciones que el Tesoro compró durante la crisis a las Cajas de Ahorro, supondría la privatización de las mismas.

El Fondo Monetario Internacional en un informe sobre la economía española recomienda la necesidad de privatizarlas, argumentando para ello varias razones, tales como una mejor definición de los derechos de propiedad, mayor facilidad a la hora de captar los recursos, evitar la politización y facilitar las fusiones. Pero esta privatización tiene un problema bastante importante y es saber ¿quién las vende?, porque hay que tener en cuenta que no pertenecen ni al sector público ni privado, no tienen propietario y pertenecen a la sociedad, y por tanto, legalmente no se pueden vender. Para privatizarlas, primero hay que asignarles propietario, o decidir el destino de los fondos que se obtengan con su venta. Si la propiedad se asignase a los gobiernos regionales o locales se favorecería a unos grupos en detrimento de otros.

Hay quien opina que se deberían de privatizar, ya que funcionan como auténticos bancos y practican todas las actividades propias de un banco y además sufren una excesiva politización, que hace que tengan unos activos sobrevalorados o una red de oficinas desmesurada. Deben estar bajo control público, para sanearlas después, y a partir de ahí, proceder a la privatización de las mismas a través de la venta de sus acciones.

Hay otras posturas que opinan que la privatización podría acarrear otros problemas, ya que no debemos olvidar que las cajas de ahorro son instituciones privadas de carácter fundacional y por lo tanto no se puede privatizar lo que ya es privado.

Si lo que queremos decir con privatizar las cajas es convertirlas en bancos, en sociedades anónimas, puede ser un error bastante importante. ya que está demostrado que las cajas de ahorro generan un beneficio en el crecimiento económico regional, sobretodo en los créditos que conceden a las pequeñas empresas y a las familias.

En definitiva, es un problema complicado que se deberá regular con todo detalle.
Fernando Lopez Fernandez

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