viernes, 28 de noviembre de 2008

Reuniones de urgencia para abordar una grave crisis.

Nos encontramos en una crisis económica tremendamente seria a la que no se ve salida, y los presidentes de gobierno de los distintos países barajan la posibilidad de una reforma del sistema financiero internacional, con el objetivo de rescatar a la economía global.

Por ello se reunieron los líderes del G-20, más España y Holanda en la Cumbre de Washington, en la cual parece ser que importaba más la foto que el contenido. Como en casi todas las crisis, el problema es de confianza y durará hasta que ésta se restaure. Lo que sí hemos aprendido es que en momentos críticos el mercado no la otorga, nadie cree en la mano invisible y todo el mundo vuelve la mirada hacia el Estado.

Según los mandatarios de los diferentes países se han cumplido los dos principales objetivos de la reunión, que hubiera determinación de los gobiernos y la voluntad de cooperación necesaria. El resultado de la cumbre han sido cuatro grandes compromisos: reactivación económica, reformar los sistemas financieros para poner orden y seguridad, dotar de mayor capacidad y legitimidad al FMI y al Banco Mundial, y no instaurar medidas proteccionistas.

Entre los objetivos de esa nueva política también estarán la vigilancia de los fondos de alto riesgo (hedge funds) y de las firmas de calificación riesgo, entidades a las que los especialistas acusan de haber tenido buena parte de la responsabilidad en la reciente crisis. Además, se habla de medidas para proteger el sistema financiero frente a los paraísos fiscales. También se apuesta por promover la integridad ética de los mercados financieros y proteger a los consumidores, evitando los conflictos de intereses y previniendo la manipulación ilegal, las actividades fraudulentas y los abusos.

Las medidas más destacadas de este plan de acción deberán ponerse en marcha antes del 31 de marzo de 2009. Los jefes de Estado y de Gobierno del G-20 se reunirán de nuevo antes del 30 de abril de ese año para verificar que los compromisos se han cumplido.

El gran problema en que se debate en este momento el sistema económico radica en que mientras los mercados son, o se pretende que sean, globales, los Estados son nacionales, lo que no casa y convierte en contradictorio al sistema.
Prueba de las contradicciones del sistema es que, frente al acuerdo de realizar una política fiscal expansiva, nada se dice acerca de la política monetaria. EEUU no necesita ninguna recomendación, ya que ha situado sus tipos de interés en las cotas más bajas, pero….¿y Europa? Los mandantarios europeos que se sentaban en Washington eran sólo medio mandatarios, ya que carecen de la capacidad de instrumentar la política monetaria, en manos de un señor llamado Trichet; todo queda detrás del Banco Central Europeo “autónomo”, pero…¿No se quiere refundar el capitalismo?

El Gobierno español nos intenta vender la excelente supervisión que ha realizado el Banco de España. Pero que las instituciones financieras se hayan contaminado poco de los activos basura que venían principalmente de EEUU tiene otra explicación y es el enorme endeudamiento exterior de nuestro país. Nuestros bancos no compraban activos financieros fuera sino emitían pasivos, se endeudaban. De todos modos, las supervisiones nacionales de poco sirven si los otros países no las aplican.

En mi opinión no está nada claro lo que se pretende, eso sí un comunicado lleno de buenas intenciones y la promesa de volverse a reunir en breve, creo que la reforma del sistema financiero internacional quedará para más adelante, mientras tanto los mercados respondieron en forma negativa al documento final, debido a que la Cumbre en Washington no aportó esperanzas sólidas de acciones a corto plaza para minimizar los daños.
MARÍA GARCÍA OTERO

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