miércoles, 29 de octubre de 2008

¿Y tú? ¿Te nacionalizas o te fusionas?

Está bien podría ser la pregunta de moda entre los dirigentes de las distintas entidades financieras a nivel internacional, pero empecemos con la raíz del problema.

Durante años, las entidades financieras norteamericanas concedieron hipotecas a un ritmo frenético, centrándose en el volumen de emisión de las mismas, sin importar a quien se les prestaba este dinero, los destinatarios de algunas de ellas fueron los archiconocidos NINJAs (No Income, No Job or Assets), es decir, como se dice en mi pueblo, gente que no tenían un can. Estas hipotecas de alto riesgo se troceaban, repartían y transformaban, para luego empaquetarse en productos con riesgo aparentemente bajo con elevada rentabilidad, distribuyéndose por todo el mundo. Hasta aquí todo bien, el problema surge cuando cae el precio de la vivienda y aumenta el tipo de interés, nacen las hipotecas subprime.

Se genera entonces, un clima de pánico entre las entidades financieras y se empieza a desconfiar de los posibles balances contaminados con activos tóxicos, en consecuencia no se prestarán  dinero provocando un colapso financiero. Como si de la peste bubónica se tratase, esta crisis financiera en un espacio temporal verdaderamente corto, arrasó por completo Estados Unidos, salto el charco a Europa y ahora continúa hacia Asia. La lista de víctimas es impresionante:

 

Freddie Mac y Fannie Mae bajo tutela del tesoro estadounidense, bancarrota de Lehman Brothers, mientras su rival Merrill Lynch es vendido al Bank of América, Morgan Stanley tampoco se salva y busca socio, se nacionaliza AIG (American Internacional Group) importante aseguradora americana, quiebra Washington Mutual, mientras Wells Fargo y Citigroup juegan a tomar el control sobre Wachovia (cuarto banco más importante de Estados Unidos),…

Pero en Europa la situación no es mejor. En el Reino Unido se nacionaliza Northen Rock primero y Bradford and Bingley después a costa del dinero del contribuyente, al estilo americano, más tarde Lloyd TSB compra a su rival HBOS. En el Benelux, Fortis es también nacionalizado  parcialmente por Bélgica, Holanda y Luxemburgo, al igual que el banco franco-belga Dexia. También se ha anunciado, que ING se llevará la mitad de los fondos que La Haya habría puesto en disposición de las entidades financieras del país. En Islandia la situación está en alerta máxima, sen han nacionalizado los bancos Glitnir y Landsbanki a costa de dinero prestado proveniente de Rusia. En Alemania el Hypo Real Estate (segundo banco hipotecario del país) y el Bayern LB se encuentran en apuros. En Suiza se habla de problemas en los dos principales bancos del país el UBS y Credit Suisse,… 

Con este desolante panorama, EEUU consciente de la presente crisis financiera mundial, elaboró y adoptó no sin alguna duda inicial, un Plan De Rescate Bancario, modelo que a grandes rasgos han adoptado los países europeos.

Básicamente el trasfondo de los distintos planes de rescate bancario adoptados por los distintos países, pasa por inyectar una importante cantidad de dinero en las perjudicadas arcas de las entidades financieras infectadas, para el rescate de inversiones con problemas. Luego pondrían en marcha una serie de medidas como, evitar retribuciones excesivas de los altos directivos de estas entidades quebradas, aumentar las garantías federales de los depósitos, llevar a cabo deducciones fiscales a empresas y promover la energía alternativa. Se ve necesaria una acción coordinada entre el BCE y la reserva federal estadounidense en forma de recortes de tipos, para intentar poner cota a esta debacle económica. Todo esto con la carga moral que supone, si el salvar estas entidades financieras constituye o no “ayudas” ilegales de Estado incompatibles con la legislación sobre libre mercado.

Nos encontramos pues, ante una situación actual al borde de la recesión económica, con las bolsas mundiales en una montaña rusa de pérdidas históricas, con un aumento del paro y la morosidad, con el índice de inflación armonizado de la euro zona ha caído dos meses consecutivos, con un euribor en máximos históricos aunque en caída.

El caso español es algo distinto, goza de un buen sistema financiero debido a los exigentes niveles de solvencia que obliga el Banco de España, esta es su mejor defensa ante esta crisis, pero el frenazo en seco de la economía va a afectar a su actividad proveyéndose perdidas importantes y posibles fusiones y reestructuraciones. Cito textualmente a Miguel Fernández Ordóñez gobernador del Banco de España: “han caído cinco alemanas, cuatro danesas, cinco británicas, una belga, media francesa, y no se ha venido abajo ninguna nacional porque su negocio es distinto y porque, pese a todo, siempre es mejor invertir en ladrillo que en bonos de Lehman Brothers”. No hace mucho leí en la prensa un comentario cuanto menos gracioso, sobre  el pánico generado con esta situación y puedo afirmar que, sin lugar a dudas, “España is different”,  decía algo así como: “ayer estábamos hipotecados hasta las cejas pero hoy tememos por nuestros ahorros”.

En mi opinión existe la necesidad inmediata de ofrecer estabilidad y confianza en los mercados financieros, se debe reforzar el control sobre los bancos, exigir una mayor transparencia en sus actividades, para que los balances reflejen realmente el peso de las inversiones de alto riesgo, que las pymes tengan acceso a prestamos y sobre todo, una mayor unidad entre los líderes europeos para afrontar la crisis de una forma coordinada.

ALBERTO PILLADO


1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo un "sabedor de la materia" Un estudio de lo más riguroso llevado al lenguaje más "cómodo" de las mayorias.

Esperamos prontamente un nuevo trabajo con la esperanza de resolver algunas de nuestras inquietudes.