jueves, 7 de enero de 2010

LA CONFIANZA

A la hora de pensar en el mercado de crédito para el año que está a punto de empezar, se me viene a la cabeza la palabra del título: recuperar la confianza.

Es obvio que en este año y pico que llevamos de crisis ha habido un parón en todos los ámbitos económicos, y uno de los hechos más palpables es que ahora se mira con lupa a todo aquel que entra por la puerta en un banco para solicitar un crédito.

Para empezar a recuperar esa “confianza”, el BCE decidió suministrar liquidez a tipo fijo y sin límite en cantidades para intentar cambiar el tono de la política monetaria. Ese dinero, en mi opinión, debería seguir un camino, fácil en la teoría, difícil en la práctica. Primer destino, las empresas, hacer frente a problemas de liquidez, mantener líneas de crédito, etc. Es decir, intentar que el sector empresarial mantenga unos niveles mínimos de funcionamiento, y, obviamente, evitar que las tasas de paro aumenten más aún. Si las empresas funcionan, la gente trabaja, la gente ingresa y el circuito vuelve a funcionar.

Este parón, además, en España podemos considerar que tiene otro factor: el mercado inmobiliario. Cuando la burbuja que vivíamos explotó, los bancos y las inmobiliarias se tuvieron que quedar con una enorme cantidad de viviendas, con un precio claramente exagerado. A diferencia de otros países, el precio de la vivienda en este país no ha descendido tanto como podemos imaginarnos, hecho que impide reavivar el mercado inmobiliario y de la economía. Esto podría deberse a las rigideces del mercado inmobiliario español, que apenas son denunciadas en los medios de comunicación. Una de estas podría ser que las operaciones no dejan de ser 100% transparentes y, como no, la enorme sobreproducción de viviendas, propiedad de grupos especulativos, y sin haber una apuesta clara por el alquiler.

El resultado ha sido una política crediticia e hipotecaria absolutamente restrictiva. Desde el Banco de España, el BCE y los principales dictadores de la política monetaria, se ha hecho un esfuerzo porque vuelva a haber liquidez en el sector bancario y éste parta hacia fuera. El trabajo sucio está hecho, ahora, como dije al principio, es importante que entre todos recuperemos la confianza y así salir poco a poco de este frenazo que hemos vivido, y que haciendo bien las cosas, más pronto que tarde conseguiremos olvidar, pero sin olvidar que, tras una operación, y antes de volver a encontrarnos bien, hay que pasar un período de convalecencia y de recuperación.

Daniel Fernández

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