jueves, 28 de enero de 2010

LA INFLUENCIA DE LA CRISIS EN LA MOROSIDAD

Las normas internacionales de prudencia bancaria recomiendan controlar la morosidad. Siguiendo la misma política, las regulaciones internas impuestas por la Superintendencia General de Entidades financieras exigen sin ningún tipo de miramientos dicho control. La razón de que se tome esta medida radica en que de esta manera se protege a los bancos y entidades financieras y, de manera indirecta a todo el sistema financiero nacional, y si éste está sano ello llevará consigo una estabilidad y crecimiento de la producción.
Se considera moroso un crédito cuando se ha producido un retraso de tres meses en el pago de las cantidades a entregar por parte del deudor. Es un concepto que debemos de diferenciar claramente del crédito fallido, que es aquél que es considerado como incobrable por parte de la entidad financiera. Una morosidad de un 3% por ejemplo, significa que de los créditos concedidos por la entidad, un 3% presentan serias dudas acerca de su recuperación por parte de la misma.
Durante toda esta crisis económica en la que estamos inmersos la morosidad bancaria ha aumentado bastante, debido fundamentalmente a dos motivos. El primero, es la crisis económica internacional que afectó al crecimiento de la producción, a los ingresos y al empleo, lo que provocó que disminuyese la capacidad de pago de los deudores individuales y empresariales. El segundo, es el aumento de las tasas reales de interés, lo que provoca que el crédito suba y los deudores encuentren más dificultades a la hora de hacerle frente.
La morosidad de los créditos concedidos por bancos cajas y cooperativas de crédito ha aumentado, hasta niveles que no se recordaban desde el año 1996. La agencia de recobros Gesif hablaba de 85.000 millones para finales del año 2009, y estos datos es bastante previsible que se eleven todavía más en el presente año 2010. Las cajas son las que tendrán que soportar una mayor tasa de mora, seguidas de los bancos, lo que ya ha provocado que hayan tenido que cerrar un total de 1.345 oficinas. En comparación con el año 2007 la morosidad se ha multiplicado por seis y si la comparamos con el año 2008 lo ha hecho por tres. Todo esto sin incluir la morosidad de los establecimientos financieros de crédito que soportan una tasa de morosidad muy alta.
La realidad no es que vaya a haber mora o que la mora pueda aumentar, sino que el problema con el que nos podemos encontrar, es que esa mora se transforme en impago, lo que ya sería bastante problemático para el sector financiero. De alguna manera, podemos decir que los bancos han sido un poco víctimas de su propia avaricia.

Fernando López

No hay comentarios: