viernes, 29 de enero de 2010

COMPARATIVA DE MOROSIDAD: BANCOS VS. CAJAS DE AHORROS

Si tuviéramos que destacar una de las más significativas consecuencias de la actual crisis financiera, ciertamente sería el incremento de la morosidad, tanto en el ámbito de la banca como de las cajas de ahorro. Si hacemos un breve análisis comparativo de la situación que ambos sectores enfrentan, observamos que las cajas están siendo más golpeadas. Su situación está llegando a tal punto que, en muchos casos, la única solución posible es la fusión en la tentativa de intentar, a través de este proceso de concentración, poner fin a sus abrumadores problemas financieros.

Al observar los datos aportados por el Banco de España, vemos que esta situación es más grave en el caso de las cajas (5,2%) que en la de los bancos (4,59%), lo que, si traducido en cifras, se constata que durante los primeros meses de este año los bancos tendrán que hacer frente a un total de 39 millones de euros de impagos frente a los 43 millones de las cajas. Una de las consecuencias directas de esta situación será el notable descenso de concesiones de crédito en ambos casos, llegando incluso a tasas de variación negativas.

Otra de las causas de esta evidente diferencia es que las cajas de ahorros se han visto más perjudicadas por el estallido de la burbuja inmobiliaria en virtud de la posición que han adoptado a lo largo de los últimos años, período en que el sector inmobiliario estaba en auge. A esta circunstancia debemos añadir el hecho de que las generosas y numerosas inyecciones de liquidez proporcionadas por el Banco Central Europeo han llegado a su fin, perdiéndose así una de las alternativas a la hora de obtener financiación.

Según datos de Credit Suisse, la morosidad de la banca española está siendo infravalorada en unos 30.000 millones de euros, ya que se deben tener en cuenta los activos inmobiliarios que, con un valor poco realista, se han ido incorporando al balance de las entidades.

Sin embargo, una gran parte de los analistas sí se pone de acuerdo en afirmar que, en ambos casos, la situación está muy lejos de haber tocado fondo, argumentando que es preciso añadir la incertidumbre existente y, sobre todo, la necesidad de considerar el volumen de los créditos que, a pesar de no encontrarse en mora, se vienen renegociando para evitar el impago.

Vivimos la morosidad de manera más drástica en nuestro país debido a la dependencia que al sector inmobiliario se ha creado durante su época de bonanza. También en este caso las cajas han salido peor paradas pues la cantidad de los créditos dudosos, relacionados con el mercado inmobiliario, es mayor en el caso de las cajas de ahorro que en caso de los bancos.

Solamente a través de valientes, claras y decisivas políticas dirigidas al incremento de la productividad, del consumo y de la disminución del 20% de la tasa de desempleo será posible combatir la morosidad y, en definitiva, evitar el hundimiento del sistema.

Tania Marcos Alonso

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