Ojalá pudiese continuar con la frase y poder decir que en los acuerdos tomados en las cumbres del G-20, se han obtenido grandes remedios. La verdad es que con la que estaba cayendo y viendo que la crisis ( tras las medidas tomadas entre septiembre y diciembre) golpeaba aún con mas fuerza, no cabía duda de que todos los países debían tomar medidas conjuntas y coordinadas para frenar este vendaval sin precedentes.
En mi opinión, en la economía lo que más hace falta es una gran inyección de confianza; lo primero que se intenta transmitir con estas cumbres es que todos estamos en el mismo barco y que todos debemos remar si no queremos que el barco siga a la deriva.
La más reciente es la celebrada en Londres. En esta ocasión los temas tratados fueron muchos y complejos. Los más destacados:
- Solucionar el problema de los activos tóxicos que están dentro de los balances de las instituciones financieras.
- Estímulo de políticas fiscales para empezar a crecer y crear empleo.
- Persecución de los paraísos fiscales que no colaboren a la hora de facilitar la información requerida.
- Papel que desenvolverá el Foro de Estabilidad Financiera en el futuro.
Estos son algunos de los temas tratados en la última cumbre pero que no tienen repercusión inmediata en la economía real.
Las cumbres son necesarias y sobre todo en momentos como los actuales. Los mercados han recogido bien el mensaje de optimismo que se ha tratado de transmitir.
Lo que hecho de menos son medidas más concretas que puedan tener una repercusión más inmediata en la economía real; las tasas de desempleo y las contracciones de los PIB’s no parecen tener fin y lo que provocan es que las perspectivas de principio del fin parezcan lejanas. Con esto no quiero decir que las medidas adoptadas no me parezcan buenas o que las cumbres sean una pantomima en las que todos quieren estar pero cada uno defiende su postura, pero las medidas tomadas tardarán en materializarse y trasladarse a la economía real, es decir, que tardaremos en salir de la situación actual. Las cumbres ayudarán mucho si las medidas acordadas son las adecuadas, pero por el momento este es el tiempo que nos toca de vivir y solo nos queda resignarnos e intentar llevarlo lo mejor posible.
Todos debemos aprender de los errores cometidos en el reciente pasado y lo que espero es que se acuerden medidas que no permita volver a tropezar en la misma piedra.
DAVID MÉNDEZ
En mi opinión, en la economía lo que más hace falta es una gran inyección de confianza; lo primero que se intenta transmitir con estas cumbres es que todos estamos en el mismo barco y que todos debemos remar si no queremos que el barco siga a la deriva.
La más reciente es la celebrada en Londres. En esta ocasión los temas tratados fueron muchos y complejos. Los más destacados:
- Solucionar el problema de los activos tóxicos que están dentro de los balances de las instituciones financieras.
- Estímulo de políticas fiscales para empezar a crecer y crear empleo.
- Persecución de los paraísos fiscales que no colaboren a la hora de facilitar la información requerida.
- Papel que desenvolverá el Foro de Estabilidad Financiera en el futuro.
Estos son algunos de los temas tratados en la última cumbre pero que no tienen repercusión inmediata en la economía real.
Las cumbres son necesarias y sobre todo en momentos como los actuales. Los mercados han recogido bien el mensaje de optimismo que se ha tratado de transmitir.
Lo que hecho de menos son medidas más concretas que puedan tener una repercusión más inmediata en la economía real; las tasas de desempleo y las contracciones de los PIB’s no parecen tener fin y lo que provocan es que las perspectivas de principio del fin parezcan lejanas. Con esto no quiero decir que las medidas adoptadas no me parezcan buenas o que las cumbres sean una pantomima en las que todos quieren estar pero cada uno defiende su postura, pero las medidas tomadas tardarán en materializarse y trasladarse a la economía real, es decir, que tardaremos en salir de la situación actual. Las cumbres ayudarán mucho si las medidas acordadas son las adecuadas, pero por el momento este es el tiempo que nos toca de vivir y solo nos queda resignarnos e intentar llevarlo lo mejor posible.
Todos debemos aprender de los errores cometidos en el reciente pasado y lo que espero es que se acuerden medidas que no permita volver a tropezar en la misma piedra.
DAVID MÉNDEZ
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