La situación del mercado crediticio es bien conocida por todos los agentes empresariales, los cuales van a las entidades financieras desesperados a solicitar un préstamo o crédito y como respuesta obtienen la negación, o la aprobación pero a unas condiciones menos laxas que hace unos años.
Las entidades financieras se han permitido todos estos años conceder un volumen exagerado de créditos en los últimos años debido al boom inmobiliario de nuestro país y a la bonanza económica, la cual hacía pensar que nada malo iba a pasar mientras los precios de las viviendas siguieran subiendo.
La situación dio un revés total y lo que antes eran créditos seguros ahora es morosidad y por tanto una importante dentellada en el margen de las cuentas de resultados de las cajas y bancos. Los créditos se siguen dando a las empresas, pero ahora las concesoras de préstamos y créditos se cercioran plenamente de la conveniencia de la operación antes de aprobar la misma. Las cuentas anuales de la empresa son examinadas y estudiadas con sumo detalle y ante cualquier posibilidad de “default”, las entidades no se lo piensan y piden importantes avales y garantías a sus clientes que aseguren la operación.
En tiempos pasados la regla de oro del mundo del riesgo “nunca primes los objetivos ante la duda de aprobar o no una operación crediticia” no siempre se ha respetado y hoy la banca y las cajas tienen que pagar los platos rotos de esas operaciones realizadas sin la total seguridad.
La mora es una de las peores cosas que le puede pasar a un banco pues a parte de menguar sus cuentas de resultados, hace que sea un importe monetario muy difícil de recuperar. El Banco de España ha estado muy vigilante para que tanto bancos como cajas en estos últimos años no se asociaran demasiado con las inmobiliarias y sus promociones multimillonarias en ciertos lugares de nuestro país como la costa del sol o la zona levantina, y en parte lo consiguió con los bancos, pero no con las cajas las cuales solo veían en las palabras “construcción e inmobiliaria” un beneficio seguro.
Ahora la situación es bien distinta pues el grifo del crédito esta casi cerrado y los bancos se han alejado del sector inmobiliario. Aparentemente el gobierno y mas concretamente el ICO, están impulsando y dando créditos a los necesitados del mismo, pero ese crédito aunque en las ultimas semanas ha experimentado una importante subida, aun no ha llegado a las familias y empresas, o si ha llegado aun no al ritmo que ellos pretendían.
Lo cierto es que a las PYMES les cuesta muchísimo cumplir las exigencias que los bancos y cajas les exigen, pues sus cuentas anuales reflejan la mala situación económica y el tiempo en que el mercado crediticio estuvo totalmente cerrado; esto unido a un punto extra a la hora de aprobar un crédito por parte de las entidades financieras, que es el ver a que sector económico pertenece para ver si es un sector de riesgo o no, hace que sea casi imposible dar un préstamo o crédito a una inmobiliaria debido a la falta de negocio y a lo parado que esta el sector hoy en día.
Nada fácil es cumplir las condiciones para que te concedan un crédito, pero las empresas lo seguirán intentando pues es la única manera de continuar sus actividades y tener la liquidez necesaria para sus realizar pagos.
GERMÁN X. MARTÍN GARCÍA
Las entidades financieras se han permitido todos estos años conceder un volumen exagerado de créditos en los últimos años debido al boom inmobiliario de nuestro país y a la bonanza económica, la cual hacía pensar que nada malo iba a pasar mientras los precios de las viviendas siguieran subiendo.
La situación dio un revés total y lo que antes eran créditos seguros ahora es morosidad y por tanto una importante dentellada en el margen de las cuentas de resultados de las cajas y bancos. Los créditos se siguen dando a las empresas, pero ahora las concesoras de préstamos y créditos se cercioran plenamente de la conveniencia de la operación antes de aprobar la misma. Las cuentas anuales de la empresa son examinadas y estudiadas con sumo detalle y ante cualquier posibilidad de “default”, las entidades no se lo piensan y piden importantes avales y garantías a sus clientes que aseguren la operación.
En tiempos pasados la regla de oro del mundo del riesgo “nunca primes los objetivos ante la duda de aprobar o no una operación crediticia” no siempre se ha respetado y hoy la banca y las cajas tienen que pagar los platos rotos de esas operaciones realizadas sin la total seguridad.
La mora es una de las peores cosas que le puede pasar a un banco pues a parte de menguar sus cuentas de resultados, hace que sea un importe monetario muy difícil de recuperar. El Banco de España ha estado muy vigilante para que tanto bancos como cajas en estos últimos años no se asociaran demasiado con las inmobiliarias y sus promociones multimillonarias en ciertos lugares de nuestro país como la costa del sol o la zona levantina, y en parte lo consiguió con los bancos, pero no con las cajas las cuales solo veían en las palabras “construcción e inmobiliaria” un beneficio seguro.
Ahora la situación es bien distinta pues el grifo del crédito esta casi cerrado y los bancos se han alejado del sector inmobiliario. Aparentemente el gobierno y mas concretamente el ICO, están impulsando y dando créditos a los necesitados del mismo, pero ese crédito aunque en las ultimas semanas ha experimentado una importante subida, aun no ha llegado a las familias y empresas, o si ha llegado aun no al ritmo que ellos pretendían.
Lo cierto es que a las PYMES les cuesta muchísimo cumplir las exigencias que los bancos y cajas les exigen, pues sus cuentas anuales reflejan la mala situación económica y el tiempo en que el mercado crediticio estuvo totalmente cerrado; esto unido a un punto extra a la hora de aprobar un crédito por parte de las entidades financieras, que es el ver a que sector económico pertenece para ver si es un sector de riesgo o no, hace que sea casi imposible dar un préstamo o crédito a una inmobiliaria debido a la falta de negocio y a lo parado que esta el sector hoy en día.
Nada fácil es cumplir las condiciones para que te concedan un crédito, pero las empresas lo seguirán intentando pues es la única manera de continuar sus actividades y tener la liquidez necesaria para sus realizar pagos.
GERMÁN X. MARTÍN GARCÍA
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