martes, 5 de mayo de 2009

LA PANDILLA DEL G-20 EN D.E.C.

El grupo de los veinte, o como coloquialmente les llaman G-20, es un foro de diálogo de carácter informal en el marco del sistema institucional de Bretón Woods, en el que se reúnen ministros de finanzas y gobernantes de bancos centrales y que nació en el año 1999, con el fin de mejorar el dialogo en temas clave de política económica y financiera entre las economías más importantes del mundo y para promover la cooperación que asegure un crecimiento global, siendo este, estable y sostenible.

Esta pandilla de amigos, que tiene como fin el correcto desarrollo económico, estaría formada por los siguientes 19 países: Italia, Alemania, Japón, Arabia Saudi, México, Argentina, Reino Unido, Australia, Rusia, Brasil, Sudáfrica, Canadá, China, Corea de Sur, Estado Unidos, Francia, Turquía, India e Indonesia. Pero ahí, no termina su larga lista de tertulianos a las reuniones que acuerdan, además contarán con la presencia de invitados de lujo, como la Unión Europea, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y algún que otro país invitado que se apunta a la fiesta.

Como dice el refrán: “Dios los crea y ellos se juntan”, esta selecta pandilla de amigos no ha surgido de la nada, o de la magnifica relación que los una, sino que la pandilla en conjunto representa un 90% del PIB mundial, un 80% del comercio internacional y dos terceras partes de la población mundial, es decir, casi nada…

Todo ello, supone poner en contacto una mezcla cultural sin igual, países industrializados con países emergentes, ricos con pobres, distintas pretensiones de los mismos, distintas ideologías políticas, distintas ideas y alternativas de crecimiento, distintas actuaciones ante momentos de crisis, etc. Lo que me hace suponer, bajo mi perspectiva, que estas reuniones lejos de acercarse a su noble fin, se asemejan más a cualquier programa de la farándula de nuestra televisión privada.

Recientemente, el 2 de abril del presente año, se ha realizado la última convocatoria del grupo, en el que se acordaba entregar un paquete de 1,1 billones de dólares para combatir la crisis financiera global, más severa vivida en décadas.
Este acuerdo supone una gran inyección de recursos al FMI, para que pueda prestar y auxiliar a los países en apuros o bajo presión. Otra medida acordada para reanimar la economía, es que los gobiernos se comprometan a la financiación de operaciones de comercio exterior, para que no se estanque.

La preocupación de los políticos, en estos tiempos que corren, es recuperar la senda de crecimiento global, tomar las medidas necesarias para sanar el correcto funcionamiento del mercado mundial, apoyar el restablecimiento de crédito y reformar y fortalecer el sistema financiero a nivel internacional, a la vez que, se luchará contra cualquier tipo de proteccionismo y se mantendrá un sistema comercial y un sistema de inversiones abiertos pero con mayor supervisión, mediante la combinación de políticas monetarias y económicas.

Como pasa en las mejores pandillas, siempre hay disparidad de opiniones y esta no iba a ser la excepción, y en esta reunión hubo un enfrentamiento entre dos posiciones claras, la anglosajona, con Reino Unido y USA a la cabeza, que se muestran mas partidarios de la prioridad de un plan para estimular la economía y otra franco-alemana, que prefieren poner énfasis en la regulación del sistema financiero, en otras palabras, ven las reformas de los mercados más prioritarias que los planes de estimulo económico.

Bajo mi humilde opinión, yo soy partidario de la postura del amigo Sarkozy, creo es más necesaria la regulación de las descomunales retribuciones pagadas a los altos cargos directivos de algunas entidades quebradas e incrementar el control sobre los Hedge Funds y sus apalancamientos financieros, sobre los mercados opacos o poco trasparentes y los paraísos fiscales. ¿Por qué, estimular la economía primero, sin corregir sus vicios?.

Pero parece que el peso de los Estados Unidos sigue siendo decisivo, y la actuación principal será una urgente reactivación económica, quedando pendiente de nuevos estudios y avances de las diferentes organizaciones, la reformulación del sistema capitalista vigente.

Puede que estas reuniones no sean lo productivas que debieran ser, pero si creo que son necesarias, representan la chispa que encenderá la confianza del habitante de a pie, que al fin y al cabo, será quien reactive la economía.

ALBERTO PILLADO SÁNCHEZ

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