martes, 2 de febrero de 2010

CAUSAS DE LA MOROSIDAD EN ESPAÑA

El ser humano tiende siempre a buscar culpables de las circunstancias que pasan a su alrededor únicamente con el propósito de acusar a alguien ajeno de una situación mala a priori.

Evidentemente con la crisis actual que estamos viviendo también se buscan culpables para acusar y para que rueden cabezas, que parece que es la única forma de que la sociedad pueda notar un cambio. Y las entidades financieras son ese gran culpable que carga con todo el peso de la culpa.

Antes del segundo semestre de 2008, la morosidad en España se situaba en unos valores razonables, que no llegaban a superar el 3% que las instituciones financieras consideraban como “morosidad 0” o impagos normales en el habitual ejercicio del crédito.

No obstante, en los últimos años de la década que recientemente finalizó, las entidades que trabajan en el sistema financiero español se encontraron con una competencia tremendamente importante en precios; puesto que empezaron a asentarse en nuestro país bancos internacionales y las cajas de ahorro que tradicionalmente pertenecían a una comunidad autónoma empezaron a expandirse por todo el territorio español.

Y evidentemente esa expansión que se produjo especialmente a partir del 2005 produjo una relajación en los requisitos de concesión de crédito enorme provocado por la presión comercial de ganar cuota de mercado en las nuevas comunidades y presentar unos grandes resultados.

Esa relajación de los requisitos de concesión vino provocada primeramente por la presión comercial anteriormente descrita, por la falta de garantías suficientes en las operaciones de activo de las sociedades, el descontrol en el destino de los fondos (especialmente en el sector de la construcción) y por la ausencia de viabilidad de algunas operaciones o proyectos.

La presión en aquellos momentos era enorme para la red comercial de las entidades financieras, se exigía un elevado número de operaciones en detrimento de valores básicos en la concesión del crédito.

Y el problema no era que esa relajación la realizara una entidad, sino que el incremento de las entidades que instalaban sus oficinas en un nuevo territorio era enorme y el “subasteo” de condiciones que realizaban los clientes provocaba que operaciones que financieramente no eran viables, las concedía la competencia, perdiendo esa cuota de mercado.

Evidentemente, esa comparación que realizaba el cliente en las distintas entidades provocó que las garantías se mermasen considerablemente para conseguir la operación (incluso con operaciones con un margen para la entidad financiera prácticamente nulo).

Otra circunstancia que provocó el incremento de la morosidad en España es que mucha gente vivía por encima de sus posibilidades y no era (ni es) consciente de ello, puesto que provocado por esa situación de exceso de oferta, se le concedía más financiación y en muchos casos no se destinaba para lo que inicialmente fuera concedida.

Evidentemente la crisis está ahí por grandes errores, en especial de las entidades financieras, y ahora simplemente hay que buscar soluciones.

Javier Lejo

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