martes, 2 de febrero de 2010

¿HASTA DONDE LLEGARÁ LA MOROSIDAD?

La situación actual en la que se encuentra el sistema financiera ha tenido su origen en el impago de préstamos, concedidos durante los últimos años sin apenas ningún tipo de control.

Antes del estallido de la crisis, en el año 2007 había 16.251 millones de créditos malos en el balance de las cajas y bancos españolas. Transcurrido el ejercicio 2008 dicha cifra se había multiplicado por cuatro alcanzando los 47.000 millones, lo que suponía una tasa de crecimiento jamás vista hasta ese momento.

Lo peor es que dicha situación, lejos de mejorar, ha empeorado durante el año 2009. Según datos del Banco de España, la tasa de morosidad del sistema financiero español alcanzó en octubre el 4,99%, la cifra más alta desde el año 1997. Con la diferencia de que en ese año la cifra total era de 11.500 millones, muy por debajo de la actual.

De este modo la cuantía de créditos impagados se situó en 86.535 millones de euros. La mayor parte fue correspondiente a las cajas de ahorro ya que su morosidad alcanzó el 5,26%, mientras que en el caso de los bancos fue del 4,59%.

La situación aún está lejos de la vivida durante la crisis de 1993, cuando la cifra de morosidad superó el 9%, pero las perspectivas de cara a este año no son muy favorables y se espera que el ritmo de crecimiento sea más elevado, rondando el 7% a finales de año.

Los expertos piensan que de seguir así los bancos acabarían el ejercicio actual con una tasa cercana al 6% y las cajas del 8% (lo que supondría un total de 120.000 millones de euros en créditos con problemas).

Esto es así debido a que la morosidad no se calcula en base a porcentajes sobre el total de créditos concedidos como se hacía antes. En la actualidad la normativa es mucho más inflexible. En el momento que el cliente no realiza tres pagos y no se ha producido un arreglo amistoso entre prestamista y deudor, todo el crédito se considera dudoso. Lo que supone subidas y bajadas más bruscas.

La situación actual ha provocado que las entidades financieras españolas finalizaran el 2009 con descensos en la concesión de créditos del 2,38% en el caso de los bancos y del 1,28% para las cajas.

Como podemos observar la morosidad vivida actualmente por parte de los bancos y cajas españolas puede poner en peligro la supervivencia de muchos de ellos, por lo que es de prever que durante estos meses tengan lugar fusiones entre algunas cajas españolas para intentar superar su difícil situación.

Por otra parte me gustaría comentar la necesidad de que las entidades con mayores problemas dotarán provisiones sobre aquellos créditos que en un futuro podrían situarse dentro de los impagados, para poder evitar problemas mayores. En lugar de dedicarse a refinanciar créditos con sus clientes para no inflar su cuenta de morosos.

Esto último es difícil debido a que sus beneficios se verían gravemente perjudicados, pero ayudaría a no desencadenar otra crisis como la actual, que esperemos que no se repita.

ENRIQUE ABUÍN CARNÉS

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