miércoles, 4 de febrero de 2009

¿HAY QUE JUBILAR EL SISTEMA DE PENSIONES?

En la mayoría de los países avanzados se está produciendo un envejecimiento de la población que alcanzará su máximo entre los años 2030 y 2050, según todo indica. Este envejecimiento se traducirá en una reducción del número de ocupados por pensionista y, en función de la intensidad del envejecimiento y de las características del sistema de pensiones puede requerir modificaciones sustanciales del sistema para que sea sostenible financieramente.El actual sistema de pensiones es insostenible, precisamente por el alargamiento de la vida. Así se ha expuesto la necesidad ineludible de alargar la vida activa, combinándolo al tiempo con planes de pensiones complementarios y con un aumento del ahorro, pues no puede defenderse un Estado del bienestar a base de sobrecargar al contribuyente, que cada vez es una figura más escasa.Aunque en los últimos años se han realizado diversas modificaciones del sistema de pensiones dirigidas al objetivo de garantizar sus sostenibilidad, dichas medidas de reforma, si bien en muchos casos han ido en la dirección adecuada, probablemente no son suficientes para asegurar la viabilidad futura de las pensiones, al menos en los escenarios de envejecimiento y crecimiento menos favorables. Por eso, es necesario tomar nuevas medidas que garanticen la sostenibilidad del sistema actual de pensiones...para preservar el sistema público de reparto.Además de la adopción de una serie de medidas de gestión -racionalización de las prestaciones y reducción en el fraude por cotizaciones, fundamentalmente- las alternativas y posibilidades de reforma se resumen en reducir el gasto en pensiones o aumentar los ingresos. La reducción del coste se puede lograr retrasando la edad de jubilación -legal o efectiva- (medida que ya se ha tomado trasladando la edad de jubilación en los trabajadores de la Administración a 70 años) o reduciendo la pensión base por una variedad de vías, que incluyen aumentos en el número de años incluidos en el cálculo de la pensión base o la exigencia de un mayor número de años cotizados para acceder a una pensión completa.Por otro lado, el aumento de ingresos se puede alcanzar incrementando los impuestos, incluidas las cotizaciones, medida muy poco populista porque cada vez le es más difícil a las familias llegar a fin de mes.Y fundamentalmente en un momento como el actual donde la tasa de paro crece día a día se hace más cuestionable aun el actual sistema de pensiones. La llegada en los últimos años de emigrantes al mercado laboral supuso un respiro porque el sistema parecía que podía aguantar pero con la actual crisis muchos de ellos han vuelto a sus países de origen, debido a que han perdido sus trabajos, por lo que siempre se está con cierto temor.
Otra de las posibilidades que se plantea sería la de obligar a contratar un sistema privado a todo el mundo proporcional a la renta de tal manera que el sistema público se redujera en la misma proporción. Se tendría un equilibrio entre ambos de forma tal que no recayera en el Estado el sostenimiento total de las pensiones y que ante situaciones extraordinarias exista otro sistema que lo ayude.
Se trata de un problema muy importante cuya solución se ha dejado pasar en momentos de crecimiento económico pero en una sociedad como la actual que cada vez está más envejecida y donde el nivel de desempleo cada vez es mayor se hace casi desesperado buscar soluciones. Pero primero habría que intentar solucionar la crisis actual, que es algo muy apremiante, y cuando las cosa estén más tranquilas emprender una reforma total del sistema de pensiones, analizando cuales son las posibilidades y de ésas cuales son las más recomendables para nuestro país para que las situaciones coyunturales económicas no nos influyan por esa vía.
MARÍA SERRANO BELLO

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