martes, 17 de febrero de 2009

Y POR ENCIMA DESGRAVAN

El año pasado terminaba, por primera vez en mucho tiempo, con perspectivas de haber sido mejor que el venidero. La crisis global se materializaba al ritmo en que las malas noticias explotaban. Y en este rum-rum; Rum-Rum; RUM-RUM, aparece el siempre latente tema de la necesidad o no del cambio en el sistema español de pensiones. Desde luego a la vista de alguno de los datos siguientes la idoneidad de un cambio no es discutible. Y escribo y firmo categóricamente no es discutible convencido, seguro porque este sistema se acerca cada vez más a uno de esos «malignos» sistemas piramidales, léase Madoff o nuestro Forum filatélico, tan «tipical hispanis».
Respecto de estos datos sobre la futura insolvencia de la Seguridad Social y en aras a evitar un sopor innecesario basta resaltar un informe elaborado en el 2007 por la Oficina de información Estadística de la Unión Europea (Eurostat) en el que Galicia perdería en el 2030 el 10 % de población siendo necesarios 2 trabajadores para cada pensionista, algo que se antoja, sin necesidad de conocer que el ratio recomendado es 5 a 1, desequilibrado. Otro estudio interesante elaborado por analistas financieros para Consumer-Eroski han calculado que para que una persona con un salario medio anual que ahora tenga 35 años deberá ahorrar en un sistema privado de pensiones unos 1.500 € al año para mantener tras la jubilación su nivel de vida. Dejando la prosa aparte esto supondría que la pensión pública de jubilación media actual de 800 € sería complementada por 275 € mensuales. A mí tampoco me cuadran las cuentas y sin embargo incidiendo en las posibilidades de empeorar aparece un panorama, sí cabe (la tilde no es un error tipográfico) peor, qué pasaría si la desacelerización de la economía, la recesión, la tan esperada, que no deseada, ruptura de la burbuja, el señor Madoff, los hermanos Lehman y sus ninjas terminasen por –al igual que en países como Irlanda y Noruega- hacer necesario utilizar los fondos de reservas de la Seguridad Social para salvar entidades financieras.-
En este punto volvemos a la necesidad de un cambio que palié estas perspectivas provocadas por la bajada en la tasa de natalidad y el aumento en la esperanza de vida. Entre las medidas a adoptar encontramos (i) las «crematísticas» como la ampliación del tiempo de cálculo de los 15 años actuales, subir las cotizaciones a la Seguridad Social; (ii) algunas que restringen los actuales derechos sociales, retrasar la Jubilación, reduciendo así el número de pensionistas, eliminar las pensiones no contributivas, restringir el sistema sanitario o privatizar el sistema de pensiones, por definición ninguna reducción de derechos puede beneficiar a un Democracia, (iii) otra posible solución estaría en aumentar el número de trabajadores a cotizar tanto con políticas natalistas como de apertura de fronteras, ambas con perspectivas de ser poco eficaces, primero por el largo plazo que necesitarían y segundo porque con una tasa de desempleo cercana a 4.000.000 terminaría por empeorar la situación y por repercutir negativamente en las arcas de la Seguridad Social. No puedo más que llamar la atención sobre que, aún con esta tasa de paro, continúan existiendo listas de empleos de difícil ocupación.
No obstante, parece lógico pensar -y recomendable de hacer-, que contratar un complemento privado al sistema de pensiones público es la mejor manera de esperar la llegada de petanca, mus, obras… Que no deja de sonar a un sistema mixto.
JOSÉ RAMÓN BAÑA

No hay comentarios: