miércoles, 25 de febrero de 2009

LA PRIVATIZACIÓN DEL SISTEMA DE PENSIONES, ¿UNA SOLUCIÓN?

La situación del sistema público de pensiones es, desde hace dos décadas, el principal debate del Estado de Bienestar en España.
El sistema de pensiones se encuentra en dificultades principalmente por el envejecimiento de la población, mientras que en 1997 la cifra de jubilados era de 23 por cada 100 se calcula que para el 2050 será de 56 por cada 100, la creciente educación, ya que a los trabajos correspondientes a mayor nivel de estudios les corresponde una mayor cotización y aportación al sistema de pensiones, y el incremento de la jubilación anticipada.

Ante esta situación, se intenta buscar soluciones basadas o bien en aumentar la edad de jubilación, o en modificar la estructura de las pensiones, o en la privatización.
La primera solución, aumentar la edad de jubilación, reduciría el número de pensiones. Muchos defienden esta idea basándose en el aumento de la esperanza de vida y el buen estado físico y psíquico que presenta la mayoría de la población en la edad de jubilación, pero esta idea es muy poco aceptada por los ciudadanos.

La segunda posible solución, la modificación de la estructura de las pensiones, puede perjudicar por una parte a los trabajadores, pagando más, o a los jubilados, recibiendo menos, o soportar esta pérdida conjuntamente. Esta medida tampoco es muy aceptada por la población.

La tercera medida, la privatización de las pensiones, provocaría redistribución pero no tendría efectos reales, las pensiones serían más heterogéneas pero la cantidad de ahorro seguiría siendo la misma, además la redistribución no sería justa teniendo en cuenta la distribución de las tasas de ahorro en función del origen social y de los salarios. Por ello, la idea de un sistema mixto donde convivan el sistema público y el privado es mucho más defendida que la privatización.

El sistema de pensiones mixto se basa en 3 pilares; 1: Un sistema asistencial básico estatal, 2: Un sistema individual o colectivo de ahorro o planes privados, y 3: Un sistema de tipo profesional.
Esta idea de garantizar una cantidad mínima de pensión y el resto complementarlo con prestaciones privadas tiene muchos seguidores, sobre todo los empresarios, pero también posee muchos detractores como los sindicatos, por otro lado el Gobierno tampoco se ha mostrado muy receptivo. Todavía quedan muchos aspectos que madurar en esta propuesta como son, la determinación de las cantidades mínimas y la regulación de las pensiones privadas de cada ciudadano.

Esta claro que el sistema de pensiones es un gran problema al que pronto habrá que buscar solución y esta no resultará sencilla ni agradable para todos, tal vez una cierta privatización sea, junto a otras medidas, un buen método.
MARÍA TEJELO.

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