miércoles, 25 de febrero de 2009

Tu futuro en tus manos.

Tenemos un serio problema entre las manos y el problema llegará a los que vienen después a no ser que hagamos algo. Es inevitable en el escenario actual. La población está envejeciendo y no es probable que podamos mantener el poder adquisitivo de todo el mundo en el futuro.

Podríamos decir que hay dos “categorías” de ciudadanos: los que dependen de otros para subsistir y los que dependen de si mismos y además tienen que aportar para los primeros. Ahora mismo estamos llenando de gente la primera categoría. Además resulta que los que entran en esa categoría viven muchos años de media después de hacerlo. Por otra parte tenemos el problema en el lado opuesto; con la excepción del incremento migratorio cada vez hay menos gente que entra en el saco de los que aportan y además tardan más en hacerlo.

Ya tenemos los ingredientes demográficos que, junto con nuestro sistema de reparto de la Seguridad Social, forman la receta del futuro colapso de nuestro sistema de pensiones: en el futuro no se ingresará lo suficiente para pagar todas las facturas.

"Resulta insostenible para el sistema empezar a trabajar diez años más tarde, jubilarse diez años antes y vivir diez años más que nuestros abuelos". Esto ya lo dijo un alto funcionario de la Seguridad Social hace más de 4 años.

Realizar un ajuste traumático en el sistema público es harto complicado y socialmente inaceptable estos días por lo que se debería desarrollar un sistema mixto que permita la supervivencia del antiguo modelo y a la vez haga a la gente responsable de su futuro bienestar.

La Seguridad Social debe subsistir en cualquier caso como garante de lo mínimos a los cualquier persona debe tener acceso, tanto en salud como en ingresos monetarios, para mantener su dignidad como persona.

El diferencial en cuanto a posible calidad de vida y/o acceso a mayor liquidez debería ser una labor individual. No es tanto porque aportemos poco, si no porque el sistema es inviable a largo plazo teniendo en cuenta las circunstancias actuales y no debemos dejar exclusivamente en decisiones ajenas nuestro futuro. Al final el sistema mixto permitirá que la gente no quede tirada y que quien haya sido algo hormiga pueda mantener, más o menos, la misma calidad de vida que tenía antes de perder la fuente de ingresos regular del trabajo.

En cualquier caso tenemos el tiempo e ingenio suficiente por lo que deberíamos de ser capaces de mantener lo que tantos cientos de años ha costado: ser capaces de mantener una calidad de vida homogénea y adecuada a lo largo de la vida; y que el espíritu de apoyo mutuo que nos ha permitido progresar como especie pueda convivir con el instinto de superación y de mejora que nos permite no sólo sobrevivir si no vivir bien.
ÓSCAR ANTÓN

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