viernes, 23 de abril de 2010

Nueva Ley de Mercado de Valores, ¿cambios para jugar en primera división?

El mercado de valores uruguayo se encuentra, desde siempre, en un nivel de subdesarrollo. Opera, fundamentalmente, con valores públicos tanto a corto plazo (letras de tesorería) como a mediano plazo (bonos del tesoro). La operativa con valores de empresas privadas es totalmente marginal y éstas se financian a través del sistema bancario, con crédito de proveedores o ganancias retenidas.

Actúan dos bolsas en el mercado, la Bolsa de Valores de Montevideo y más recientemente la Bolsa Electrónica de Valores del Uruguay creada por las instituciones bancarias.

En los años 90 una serie de normas (reforma del sistema de seguridad social con la consiguiente creación de las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional, desmonopolización del mercado de seguros, regulación de los fondos de inversión) impactaron favorablemente en el mercado de valores logrando que experimentara un cierto dinamismo pero las crisis y algunos incumplimientos corporativos minaron la confianza de los inversores.

En diciembre de 2009, en un nuevo intento de dotar de impulso a la operativa bursátil, entró en vigencia una nueva Ley de Mercado de Valores (Nº 16.749), que deroga la normativa anterior. Con ella, se busca que el mercado sea más transparente y competitivo para dar mayor seguridad a los inversores y también que más cantidad de empresas vean ventajas en operar con la Bolsa.

Entre los aspectos más relevantes de la nueva ley se destacan:

Se amplían las atribuciones del Banco Central que, continúa siendo el competente para regular y fiscalizar el mercado de valores y a sus participantes, pero se le incrementan los poderes sancionatorios. Puede llegar a adoptar medidas preventivas, incluso la intervención o suspensión de actividades de las bolsas de valores. Además será el liquidador en sede administrativa de estas entidades. Esto termina con las potestades de autorregulación de las bolsas que regía con anterioridad.
Introduce nuevos requisitos para intermediarios de valores, siendo el más importante que deben necesariamente adoptar la forma de una sociedad comercial y tener objeto exclusivo (con excepción de las instituciones de intermediación financiera). Estas sociedades deberán tener un capital mínimo y constituir determinadas garantías.
Se crea la Comisión de Promoción de Mercado de Valores, integrada por un representante elegido por el Poder Ejecutivo, dos representantes de las bolsas, un representante de los emisores de oferta pública y dos representantes de las AFAP’s que tendrá como cometido la promoción del desarrollo del mercado de valores.
Establece prácticas de gobierno corporativo, que deben adoptar las bolsas, otras instituciones privadas que constituyan mercados de negociación de valores de oferta pública y los emisores de oferta pública, con la finalidad de promover la transparencia del mercado.
Se incorporan exoneraciones y reducciones de tasas en determinados impuestos para promover las inversiones y emisiones de valores de oferta pública.

La nueva ley tuvo opiniones dispares entre los operadores. Por un lado consideran positivo la creación de una comisión para la promoción y las exenciones impositivas para quienes operen en bolsa pero, como aspecto negativo, mencionan la sobreregulación en un mercado que prácticamente no existe. Adicionalmente consideran que una ley no es suficiente para que un mercado de valores despegue, y que faltaría una decisión política acerca de la participación de las empresas públicas en la bolsa, sobre todo teniendo en cuenta el importante peso de los entes estatales en la economía uruguaya.

En definitiva, han pasado pocos meses desde que esta ley entró en vigencia y aún falta que se reglamente más exhaustivamente. En primera instancia parecen cambios beneficiosos para el mercado de valores pero el tiempo dirá si estamos para jugar en primera división o seguiremos luchando para no irnos al descenso en esta materia.


Rodrigo Vázquez

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