jueves, 8 de abril de 2010

PRIVATIZACIÓN DE LAS CAJAS, ¿EUFEMISMO DE LIMPIEZA?

Quizás “limpieza” sea excesivo, ya que se limpia lo que está sucio, o no está limpio del todo. Es probable que “drenar” sí sea el término más adecuado a utilizar, aunque “drenar” en el lenguaje financiero es precisamente lo que se realiza cuando existe exceso de liquidez, hecho que estaremos todos de acuerdo no es la situación actual, pero sí es cierto que en caso de privatización de las Cajas, se drena el mercado de peligros inminentes y latentes.
Es decir, las Cajas (demasiados ríos de tinta han corrido sobre este tema) no son precisamente, exceptuando un grupo no superior a los dedos de una mano, un ejemplo claro de solvencia y liderazgo a imitar, ya que el Consejo Directivo de casi todas ellas no destilan precisamente habilidades específicas ni conocimientos excelsos sobre la economía y los mercados financieros, sino que más bien su elección es política, y derivado del hecho político algún otro nombramiento adolece de todo sentido lógico y ético. Ante esto caben tres tipos de actuaciones:
1. Ignorar el problema que lo anteriormente descrito ha producido y por tanto, continuar con un sistema deficitario, ya que en vacas gordas se apalancan en exceso, con los peligros que ello conlleva cuando no existe un límite disciplinado, y en periodo de vacas flacas, …, bueno eso ya salta a la vista.
2. Otra posible actuación es simplemente “limpiar” esos consejos directivos caóticos y politizados hasta extremos increíbles, que cualquiera entiende que más tarde o más temprano causarán graves consecuencias, pudiendo llegar a una “intervención”, que sin duda es un eufemismo de “concurso de acreedores” o “quiebra”, y en consecuencia la privatización de las Fundaciones Sociales; sí, ese es el origen de nuestras Cajas, no entidades financieras o bancos que es lo que parecen hoy en día.
3. Y quizás lo que sucederá, es decir, fusión entre cajas. Como solución es mejor que la primera, pero decir que es una solución se me antoja excesivo. No es una solución, desde mi humilde punto de vista sino lo que es un parche, especialmente en los casos en que las cajas heridas tan solo podrán lamerse sus heridas, pero no habrá una cura sin intervención quirúrgica.

Por tanto, y evitando ser reiterativo, el problema exige una solución muy importante, y quizás radical, pero sin duda el momento para realizarlo es este, y no más tarde, ya que en un tiempo ulterior todos sabemos lo que ello significa, es decir, hacer absolutamente nada.

Santiago Vazquez Martinez

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