jueves, 8 de abril de 2010

¿TIENE VIGENCIA EL ACTUAL MODELO DE CAJAS DE AHORROS?

En el actual contexto económico en el que nos movemos, en donde predominan los distintos intereses políticos a los intereses económicos de los clientes, regiones y usuarios de la obra social de las entidades, creo que debemos preguntarnos hacia dónde debemos ir.
Hasta hace poco tiempo coexistían en las distintas regiones de España tres grandes clases de entidades financieras, los bancos de inversión (más arraigados al estilo anglosajón), los bancos comerciales y las cajas de ahorros.
En otras épocas el sistema financiero español representaba un ejemplo para el resto de países debido a su intensa competencia en el mercado nacional, con la expansión de los grandes bancos a otros países, especialmente al continente sudamericano,…
Dicho esto y después de haber vivido la crisis de las titulizaciones subprime, la quiebra de Lemman Brothers,… ahora nos estamos dando cuenta que el crecimiento descomunal que adorábamos antes, se ha convertido en nuestro peor lastre.
Es ahora cuando consideramos dañino para el sistema las actuaciones que realizamos hasta hace 3 o 4 años, como el ofrecer operaciones de activo sin realizar un correcto estudio de viabilidad de las operaciones, que dichas operaciones a parte de no ser viables, tampoco cumplan con las garantías necesarias (tanto financieras como jurídicas), que los márgenes se reduzcan independientemente del riesgo asumido,… y todo únicamente por crecer en volumen.
El pasado no se puede cambiar y ahora creo que nos debemos plantear si queremos que las cajas de ahorro mantengan su definición como entidades que repartan sus beneficios en obra social para el desarrollo de una región o por el contrario, simplemente se conviertan en bancos, con el carácter privado y que puedan tener a su alcance todos los mecanismos necesarios para mejorar su grado de solvencia.
Personalmente considero que debemos centrarnos en el modelo antiguo de cajas de ahorros, que se centren principalmente en una región como puede ser la gallega y que tengan alianzas con distintas entidades para no perjudicar a sus clientes cuando viajan a otra región del país.
Dos motivos destacan entre los demás:
Al tratarse de entidades financieras regionales, se centrarían en conocen al cliente de la región, podrían adaptar mejor sus productos al mismo y ofreciendo al cliente un trato más cercano.
Al no existir una ambición por el crecimiento expansionista, se reinvertiría una mayor cantidad en las propias cajas, así como en la obra social de la región, lo que favorecería tanto a la solvencia de las cajas de ahorro como a las personas más necesitadas de la región.
En conclusión, bajo mi punto de vista, debemos mantener el modelo tradicional de cajas de ahorros, centrado principalmente en una región geográfica, puesto que ello favorecería a las cuatro patas del sistema financiero (cajas de ahorros, clientes, usuarios de la obra social y las regiones donde están instaladas.

Javier Lejo Sierra

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