jueves, 30 de abril de 2009

EL PRINCIPIO DEL FIN

“Ante grandes males, grandes remedios”, ese es el lema de la lucha que todos los países tienen ante la crisis.

Flanqueados en unas reuniones en las que la imagen de unidad y sacar acuerdos de provecho son los únicos objetivos que persigue el público ante estos vitales encuentros, los ocho países mas industrializados del mundo, las once principales economías emergentes del mundo y la UE asisten a este importante foro, en el cual las cosas no son como parecen y transcurridos ya muchos encuentros desde aquel primer foro del G-20 del año 1.999, los actores principales han ido cambiando algo.

Al hacerse realidad el fantasma de la crisis-depresión global, nuestros queridos gobernantes y los jefes de los principales bancos del mundo, sabiamente decidieron que la imagen de unidad era lo que se debía dar ante un descomunal problema común como es la crisis; de este modo la cumbre financiera de Washington de Noviembre de 2008 fue el inicio del asentamiento de las bases de un supuesto cambio de las reglas del sistema financiero mundial; bases y principios que se asentarían en el futuro en cumbres posteriores como en la pasada cumbre de Londres del mes de Abril.

En lo que se refiere a los previos de las cumbres, no sólo en las del G-20, permanece el problema de que no se llegue a acuerdos o de que se falte a las expectativas que se generaron antes de la propia cumbre. Al ser un foro de cooperación y consulta en temas de debate del sistema financiero mundial, a los gobernantes de los distintos países, pese a estar ayudados por un ejercito de asesores se les nota la falta de rigor y conocimientos que tienen expertos en la materia como los presidentes de la FED o el BCE, aunque en estas ultimas cumbres, estuvieron invitados.

Entrando en contenido, en las dos últimas reuniones de Washington y Londres se sentaron claros puntos de reforma, como son perseguir ferozmente a los paraísos fiscales, reformar el FMI y el BM, así como afrontar políticas expansivas de aumento del gasto público por parte de cada país y de inyectar masa monetaria por parte de la FED.

El grueso de las reuniones esta protagonizado por dos bandos opuestos y uno intermedio, y por países que buscan poco a poco aumentar su cuota de poder. En la pasada cumbre de Londres, los territorios de habla inglesa EE.UU. e Inglaterra sostenían que el aumento del gasto era el camino para salir de la crisis, mientras que el bloque franco-alemán recomendaba la reforma como solución; esto unido a que las cosas cambian, y el tío Sam ya no esta tan fuerte como antes, pues China y el resto del BRIC (Brasil, Rusia, India y China), y lo países árabes reclaman un incipiente protagonismo, fundamentaban pocas esperanzas en que tras la cumbre algo cambiaría y ya se recuperaría la senda del crecimiento económico.

Ante la bisectriz de la importancia o no de estas reuniones, se podría sostener la hipótesis, de que estas reuniones, al estar mayormente protagonizadas por dirigentes políticos, si de verdad quieren darle un carácter mas puramente económico y financiero, quizás tendría que transformarse para ser mas la sensación de ser una especie de reuniones del ECOFIN, que un club selecto de gobernantes que se reúnen para dar imagen de tranquilidad y sosiego a sus votantes y opinión pública.
En el tablero de la economía mundial un huracán se ha llevado las fichas de cada uno de los países, y aunque cierto es que tras acuerdos positivos en las cumbres, síntomas de la salud financiera como son los índices bursátiles reaccionan positivamente; tras un falta de acuerdos y una reunión pobre en contenidos, el color rojo tiñe el parqué global.

En principio, parece que lo peor del huracán ha pasado, pues se ven indicios de recuperación en diversos índices macroeconómicos y una posible mejora del nivel de los precios en EE.UU, y aunque es cierto, que existen voces discordantes como la del miembro del comité ejecutivo del BCE, Jürgen Stark, quien criticó hace dos semanas los acuerdos de la cumbre de Londres de inyectar dinero a los mercados para evitar la deflación actualmente, pero crear una importante inflación en el futuro, es precisamente el futuro y el transcurso de los acontecimientos los que nos dirán si son convenientes hacer mas reuniones del G-20, como hacerlas, y si estamos o no en el principio del fin de la crisis o de la depresión global.

GERMÁN XAVIER MARTÍN

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