miércoles, 1 de abril de 2009

PROTECCIONISMO GLOBAL PARA ENFRENTAR LA CRISIS

Ante la difícil coyuntura mundial a la que nos enfrentamos, en los últimos tiempos, se vuelven a oír voces a favor del proteccionismo como respuesta a la brusca contracción de la demanda mundial y a las diversas dificultades existentes para aplicar las políticas tanto monetarias como fiscales. El comercio mundial está muy lejos de encontrarse en su mejor momento y esto favorece una oleada de proteccionismo. Las Organizaciones e Instituciones Internacionales ya advierten de que esta situación solo agravará todavía más la vigente crisis, tal y como ocurrió en la Gran Depresión de los años treinta.
Los efectos del proteccionismo se extienden de una forma muy rápida a la actividad económica, ya que el paso siguiente al cierre de fronteras, es que los precios se eleven en tal magnitud, que esto suponga un empobrecimiento para el consumidor y por lo tanto se producirá una contracción de la demanda. A su vez se pierde competitividad y este efecto se contagia al resto de los países, donde finalmente también se reducirá la demanda, caerá la productividad y aumentará el desempleo.
En la OMC existen acuerdos que impedirían que se produjese esta situación, pero nos enfrentamos a ciertas lagunas existentes en diversos tratados que podrían producir que ciertos países se refugiasen en ellas para proteger sus economías.
Por otra parte, las economías occidentales siguen inyectando liquidez a sus sistemas e industrias, y mientras, los países en vías de desarrollo aprovechan para elevar sus aranceles e imponer barreras de entrada a ciertos productos. En Europa también se han tomado ciertas medidas, como los subsidios de productos lácteos. Hoy en día es evidente que el proteccionismo se manifiesta claramente en la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea y en EEUU para evitar que los países emergentes, que tienen una mano de obra y unos costes más baratos dañen con esto la agricultura.
Ante toda esta oleada de medidas, el FMI ya ha lanzado una voz de alarma, ya que se teme que se contagien las medidas proteccionistas de unos países a otros y se produzca un proceso en cadena que lo único que haría sería agravar la situación, igual que ocurrió en los años 30.
Pero muchos países se encuentran ante la disyuntiva de haber agotado todas las acciones posibles de política monetaria, y se deben enfrentar a la situación de tener que proceder a una reactivación fiscal, con lo que esto supone para el deterioro de las cuentas públicas.
Por lo tanto, ante esta difícil situación, en la reunión del G-20, se acordó por parte de los países existentes firmar un documento en virtud del cual se comprometen a no tomar medidas proteccionistas en el periodo de un año. Y aunque en la realidad esto no se esté cumpliendo, la coordinación de todos los países y de las instituciones internacionales van a ser la clave para hacer frente a esta complicada situación y tomar medidas que favorezcan el libre comercio, así que las próximas reuniones del G-20 supondrán un papel crucial para la gestión de esta crisis mundial.

Vanessa Lorenzo.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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