jueves, 2 de abril de 2009

EL RESURGIMIENTO DEL PROTECCIONISMO

En el contexto actual, de crisis económica, con caída de los intercambios mundiales y el problema del desempleo, estamos viviendo los primeros brotes de proteccionismo.

El proteccionismo pretende sustituir los productos importados por productos nacionales, sin atender a precios ni a calidades. Para implantarlo se utilizan argumentos como la autonomía alimentaria, la protección del empleo en sectores amenazados por las importaciones o, la protección de las industrias nacientes pues de este modo, se les permitirá durante ese tiempo de protección, adquirir la experiencia y los conocimientos necesarios para posteriormente competir libremente con las extranjeras.

La cumbre de Washington celebrada en noviembre y a la que acudieron los mandatarios del G-20, concluyó con un compromiso: Afrontar la crisis financiera rechazando el proteccionismo y defendiendo el libre comercio. Sin embargo, este compromiso no se está cumpliendo y, son muchos los gobiernos que apuestan por levantar barreras comerciales e imponer trabas a la importación de productos extranjeros con el fin de proteger sus economías. Entre ellos se encuentran los siguientes:

- El plan de rescate de la industria del automóvil de Nicolás Sarcozy con fondos públicos para mantener puestos de trabajo en Francia y, el llamamiento para que las empresas francesas vuelvan a su país.
- La India y Rusia realizaron restricciones a las importaciones sobre productos sensibles para sus economías como, aceites de soja, acero y maquinaria.
- La UE estableció subsidios a la exportación de lácteos junto con aranceles antidumping contra importaciones de China y, un arancel sobre importación de biodiésel de procedencia estadounidense.
- Argentina y Brasil estudian elevar los impuestos a los vinos y productos textiles foráneos.

Estas medidas han levantado duras críticas, de ahí que, tanto la UE como la OMC, van a desarrollar una intensa actividad para limitar el proteccionismo. En la UE, la Comisión y el Tribunal de Justicia tienen un mandato claro para defender y proteger la libre competencia, la libertad de circulación, la no discriminación y, también, el pacto de estabilidad y crecimiento. La OMC tiene un sistema de resolución de disputas que funciona como un auténtico tribunal a escala global para defender estos principios de comercio sin proteccionismo. Por lo tanto, en la OMC va a haber una actividad litigiosa y de advertencia y, de lucha contra el proteccionismo a escala global.

NURIA ÁLVAREZ GONZÁLEZ

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