martes, 25 de mayo de 2010

AA+

Una calificación crediticia estima la capacidad crediticia de un individuo, corporación , o incluso un país. Por lo general, una calificación de crédito le dice al prestamista o inversor la probabilidad de que tiene la otra parte de pagar. Una mala calificación indica un alto riesgo de impago, y por lo tanto da lugar a altas tasas de interés, o a la denegación de un préstamo otorgado por el acreedor.
Cada cierto tiempo, las compañías de rating (la más conocida Standard&Poor´s) estudian la capacidad, solvencia y liquidez que tendría un Estado (en este caso) para hacer frente a sus deudas a corto plazo.

En los últimos meses ha saltado la noticia de que España ha dejado de tener la calificación de triple AAA (la deuda que emite el país tiene una calidad altísima y lo que suceda en el entorno económico prácticamente no le afecta) para pasar a ser AA+ (la deuda también tiene gran calidad pero es algo más sensible a lo que suceda en el entorno). Esto ya ha dado sus primeros coletazos y ya está presente en ámbitos como el financiero principalmente.

Siendo objetivos, la calificación no es tan mala como parece pero si la analizamos en este periodo de crisis que también está afectando al resto de los países si que lo es. Todos necesitan emitir deuda pública para poder financiar sus inversiones y esto lo que provoca es una gran oferta y una reducida demanda, o al menos no tan grande como para satisfacer a la oferta, por tanto existe la posibilidad de que, en nuestro caso el Tesoro español, no recaude el dinero suficiente como para poner en marcha todas las actividades necesarias para estimular la economía. Además, por otro lado está el inconveniente de que la gente que decida comprar esta deuda pública lo haga comprando la de los países que tengan la máxima calificación.

Por otra parte está la gran inversión que tiene que hacer España debido a la alta rentabilidad que tiene que pagar a los compradores de deuda, esto es, cuando existe cierto riesgo de solvencia, la deuda tiene que ser más barata para atraer a los compradores, y a cambio remunerar más alto debido al riesgo de impago.

Por tanto vemos que aunque la rebaja del rating sea mínima trae consecuencias severas para la economía española de cara a una posible recuperación.


Inés Cartelle Sáez

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