lunes, 3 de mayo de 2010

Uso de reservas para invertir o saldar deuda en Uruguay

El primero de marzo de 2010 Jose Mujica asumió como presidente de la República Oriental del Uruguay. En una de sus primeras declaraciones como presidente trató temas que generaron polémica en la opinión pública, entre ellos se refirió a la posibilidad de utilizar las reservas del Banco Central del Uruguay (BCU).

En los últimos meses las reservas han venido creciendo, fundamentalmente debido a la compra de dólares que realiza el BCU en el mercado local, para intentar disminuir la caída que viene sufriendo la cotización. Actualmente el BCU cuenta con unos US$ 8.088 millones en activos de reserva, de los cuales US$ 3.766 son de libre disponibilidad.

Luego de las declaraciones del presidente, el BCU anunció que determinará el nivel óptimo de reservas de libre disponibilidad que debe tener el país para enfrentar una probable crisis y en caso de existir excedente solicitará al Ministerio de Economía la promoción de una ley que defina su destino.

En cuanto al destino que podrían tener dichos fondos se ha sugerido la inversión en infraestructura o el pago de deuda.
En su discurso Mujica opinó que “sería notable poder disponer de algún recurso de las reservas para invertir en el sistema ferroviario y en las escuelas de tiempo completo” y que "nada de ello daría aplausos inmediatos, porque no significaría mayor ingreso salarial para nadie, sino que sería una capitalización cuyo rédito positivo se vería en algunos años".

Ante estos planteos, los representantes de los partidos políticos de la oposición y algunos del partido de Gobierno exigen que el tema tenga que ser sometido a discusión pública y en muchos casos se muestran contrarios a la idea.
A mi modesto entender, considero que si bien es casi imposible determinar cuál debe ser el nivel de reservas que el país necesitaría frente a una crisis, en caso que se alcancen niveles adecuados para protegerse de dichos riesgos, deberíamos cuestionarnos sobre cuál debe ser el mejor uso para el excedente.
Considero importante además que se reglamente por vía legal cuál es el uso permitido, buscando siempre que el mismo sea invertido en pos de lograr objetivos de fondo aceptados por la mayoría.

Pienso que si el país entiende que alcanzó un nivel de ahorro suficiente para protegerse razonablemente de posibles riesgos y tiene la necesidad de realizar las obras de infraestructura, es razonable utilizar los mismos para los fines referidos en lugar de solicitar préstamos internacionales, ya que en este caso nos veríamos obligados a afrontar los altos costos de intereses que para naciones como la nuestra tiene la deuda.

Ricardo Petrone

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