lunes, 31 de mayo de 2010

¿EL DOLAR EN URUGUAY SE ENCUENTRA A SU VALOR DE MERCADO?

La baja de tipo de cambio real divulgado por el Banco Central del Uruguay (BCU) desató una polémica entorno a la competitividad del país frente a sus socios comerciales. La Cámara de Industrias asegura que dicha caída afecta la rentabilidad de las industrias exportadoras, mientras el Gobierno asegura que la rentabilidad de la industria exportadora continúa en niveles altos, no desconociendo que los costos unitarios (de producción) han crecido , descartando pérdida de rentabilidad pese al dólar
El informe de marzo 2010 del BCU mostró que el poder de compra del peso se deterioró en casi la totalidad de los destinos comerciales donde Uruguay coloca exportaciones, con la excepción en la región de Brasil, y de Alemania, España e Italia en la zona euro. Con respecto a Argentina, es la mayor afectación por la baja del dólar en Uruguay

A la vez, se conoció la opinión de la vicepresidenta del Banco Mundial para la región, Pamela Cox, relativa al problema cambiario en Uruguay, que usó el término: atraso cambiario.
Cuando hablamos sobre el atraso cambiario el análisis debe centrarse en la definición del concepto de "nivel de equilibrio". O sea decidir sobre cuál es un nivel "razonable" de tipo de cambio real o de competitividad y a partir de allí, si el tipo de cambio es menor que ese "nivel de equilibrio" concluiríamos que estamos ante una situación de atraso cambiario.
Una parte importante de nuestra deuda neta está denominada en pesos uruguayos (casi 7.000 millones de dólares) y en particular en UI (unos 6.000 de esos 7.000 millones). En el caso de la deuda en pesos, si el dólar baja la deuda sube en dólares. Y en el caso de la deuda en UI, mucho más, porque se debe añadir el crecimiento del IPC.
La mayor parte del aumento de la deuda bruta en los últimos cinco años anteriores tiene como contrapartida la acumulación de reservas, que era necesaria dado el contexto externo. En esos cinco años, la deuda neta ajustada subió en US$ 2.990 millones. Y, en particular, de esos 2.990 millones, casi todo se debió a 2009: US$ 2.726 millones. Es decir que en cuatro años (2005 a 2008) casi no subió la deuda, pero en 2009 aumentó extraordinariamente principalmente por el fortalecimiento del peso frente al dólar y en menor medida, pero también en forma significativa, por el importante déficit fiscal del año pasado.
Hoy la política monetaria presenta limitaciones para atender los problemas de competitividad de la economía local. Hay una sensación de prosperidad en la economía uruguaya, que puede plantear problemas futuros. La política para contrarrestar estos fenómenos de expansión del consumo (que presionan al alza al peso uruguayo) no se pueden enfrentar con suficiente fuerza a través de los canales que dispone la política monetaria.
Uruguay es un país con economía altamente dolarizada, por lo cual deberíamos poner mucho mayor énfasis en un papel contracíclico de la política fiscal para evitar que el esfuerzo antiinflacionario recaiga excesivamente en el tipo de cambio.
Para un país pequeño como Uruguay es difícil manejar el atraso cambiario debiendo trabajar en otras áreas para reducir los costos como infraestructura y logística. Es mucho más importante que los costos logísticos sean menores. Hoy Uruguay tiene un buen clima de negocios pero no es suficiente esperar inversores, es importante tener una cartera de proyectos para atraer esos inversores, necesarios para el Estado que no cuenta con recursos suficientes para infraestructura y todas las otras necesidades sociales.
El gobierno se ha comprometido a asegurar niveles de inflación dentro de los rangos objetivos y a vigilar posibles desalineamientos del dólar. El plan del gobierno estima una inflación en dólares equivalente a la inflación mundial y una expectativa de expansión del 4% de la economía y el desafío de mejorar la competitividad en 2 áreas: infraestructura y educación siendo la primera prioridad las políticas de fomento de la competitividad, que priorizan la inversión y la innovación. La segunda prioridad está basada en la internacionalización de las empresas. Otras, reformas en el régimen de promoción industrial y en la ley de bancarrota y la reforma tributaria.

Graciela Romero

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