martes, 24 de marzo de 2009

El proteccionismo no es la solución

Una de las situaciones que se ha puesto de manifiesto tras la crisis actual es la falta de un criterio común en la UE a la hora de tomar decisiones adecuadas para salir de la recesión. Se ha visto como los distintos países han optado por tomar aquellas decisiones que más podrían beneficiar sus intereses individuales dejando en un segundo lugar la opinión y situación de sus homólogos en la Unión. Ha quedado de manifiesto pues, la debilidad interna de Europa frente a sus competidores. No se ha sabido tomar decisiones grupales y buscar el bien común. Esto destaca sobre todo más con la situación de los EE.UU en la que las medidas son para todos los Estados lo que hará posible que su recuperación económica sea más rápida que la de los países europeos.

Uno de los posibles riesgos a los que podemos enfrentarnos en los próximos meses es al incremento de políticas proteccionistas en los distintos países.

El sistema económico actual tiene una de sus bases más importantes en el comercio internacional, los intercambios que se producen entre los distintos países del mundo. Este sistema se basa en la teoría de la eficiencia productiva, ésta dice que un país no puede producir todo aquello que necesita o si bien, si esto es posible, no puede ser el más eficiente produciendo todos los productos, para ello lo que se busca es una especialización productiva. Ésta se basa en que cada país produce aquello que es capaz de producir de manera más eficiente, comprando el resto a los demás países que a su vez fabricarán aquello en lo que son mejores y comprarán en el exterior los demás bienes que necesiten.

Con la situación económica actual los distintos países han empezado a caer en la tentación de llevar a cabo políticas proteccionistas buscando la defensa de sus productos y evitando adquirir productos al exterior para intentar reducir sus déficits comerciales. Esta situación no es competitiva y puede romper las bases del comercio actual.

La creencia de que el proteccionismo empieza a tener cabida en la política europea se produce tras las recientes decisiones de los presidentes franceses e ingleses.
Sarkozy busca que las empresas automovilísticas no saquen la producción del país y para ello promulga ayudas económicas a este sector siempre y cuando mantengan sus bases productivas en Francia, con ello se busca proteger los puestos de trabajo de los obreros franceses y evitar así el incremento del paro.

En Gran Bretaña se ha producido en los últimos meses una brutal huelga en el sector energético para evitar la contratación de mano de obra extranjera.

Desde mi punto de vista, todos somos conscientes de la necesidad de liberalización del comercio mundial y de la eficiencia que este produce en las economías de todo el mundo, pero desde el punto de vista de las decisiones adoptadas cada país debe pensar en sus ciudadanos y en evitar que la crisis acabe minando la moral de la población. No son medidas que vayan a poder mantenerse en el largo plazo, simplemente buscan dar soluciones a los problemas del corto plazo.

Si se empiezan a producir brotes proteccionistas el camino andado hasta el momento puede torcerse y lo años de lucha utilizados para conseguir llegar hasta el punto en el que nos encontramos serán años perdidos. Debemos tomar decisiones comunes para evitar que los esfuerzos realizados hasta el momento no caigan en saco roto.

La situación pasa porque todos los países lleguen a un consenso y acuerden acabar con las medidas proteccionistas de carácter unilateral porque el problema está en que si todos aplican este tipo de medidas, todos se verán perjudicados en el medio plazo. Para ello, la OMC debería actuar más severamente contra todos los actores que rompan los acuerdos internacionales, sobre libre comercio, política arancelaria, etc. El proteccionismo aunque parece una solución a los crecientes problemas producidos tras la crisis no hace más que agravarlos.

Estos problemas severos hay que solucionarlos a través de mayores políticas sociales, realización de medidas que incentiven el consumo, tanto interno como externo. Además de fuertes inversiones en I+D+i para que cuando el temporal amaine nuestras empresas sean competitivas y fuertes y eso no se consigue con restricciones a la entrada de productos extranjeros sino con incremento de las inversiones sobre los nuestros.

La política que deben aplicar los países es aquella que nos permita llevar a cabo un cambio en nuestros modelos económicos sobre todo en aquellos más dependientes de sectores con menor valor añadido (caso de España con la construcción) porque aunque el problema es de difícil solución, es necesario afrontarlo cuanto antes porque sin ello cuando la crisis amaine los problemas de paro subsistirán y eso provocará menos consumo e inversión lo que dará lugar a que nuestros países empeoren su situación respecto a sus situaciones de partida.

Mª Esther Gallardo Trillo

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