jueves, 12 de marzo de 2009

¿QUÉ SERÁ DEL ESTADO DEL BIENESTAR ESPAÑOL?

El sistema de pensiones de la Seguridad Social proporciona a los ciudadanos una fuente segura de rentas cuando se pierde la capacidad de obtenerlas por algún motivo ajeno a la voluntad del individuo; pero actualmente estos programas se enfrentan a una serie de desafíos que vienen provocados por diferentes factores y que hacen que cada día esté más latente la reforma del sistema de pensiones.
Los diversos problemas que motivan dicha reforma son un deterioro de la suficiencia financiera del sistema de pensiones debido a la divergencia creciente entre las pensiones pagadas y las cotizaciones que se recauda, una tasa de retorno del sistema actual pequeña, problemas de equidad y discriminación y consecuencias económicas negativas.
Existen distintas alternativas de reforma:
· Tratar de reforzar y consolidar el sistema de reparto actual, para que se restablezca el equilibrio financiero.
· Un sistema de capitalización privado.
· Un sistema de capitalización público.
· Eliminar el sistema de pensiones obligatorio, basándose en que si los individuos son racionales, ya ahorrarán lo que quieran.
En los últimos años, los sistemas de pensiones mundiales dan menos importancia a las pensiones públicas, en consecuencia el número de planes y fondos de pensiones privados han aumentado de forma importante.
Lo que todos tenemos claro es que las sociedades a consecuencia de una reducida tasa de natalidad, cada vez son más envejecidas, y si esto continúa así, el sistema actual de pensiones no podrá sobrevivir, serán menos los trabajadores que generen ingresos y paguen las prestaciones de una población retirada cada vez más numerosa, todos aquellos que están detrás de esta idea su solución es la capitalización, que cada trabajador aporte parte de su salario a un fondo de pensiones y reciba en función de lo aportado y la rentabilidad obtenida por las mismas.
En mi opinión sería importante tener en cuenta que las pensiones privadas no evitan el riesgo de la insuficiencia de fondos, trasladan este riesgo a los ciudadanos y otro factor importante es que si la reforma se orienta hacia la capitalización, ésta destruye el elemento solidario que existe en el ámbito privado. Con pensiones privadas, los más ricos podrán acceder a unas pensiones mayores, y aquellos que no tienen capacidad de ahorrar o con salarios reducidos, no podrán acceder a planes de pensiones privados, o lo harán por cantidades muy reducidas.
La realidad es que existen programas públicos de pensiones, en cierto modo, por la existencia de algún fallo de mercado que hace necesaria la intervención pública. En la situación actual con la extensión del desempleo, cada vez es más difícil para la clase trabajadora acceder a un salario digno, el bienestar de las clases populares está disminuyendo…creo que sería injusto que las reformas del sistema de pensiones se orientaran al mercado privado. Todo el mundo tiene derecho a una pensión digna y ésta debe ser financiada con la riqueza de todos los españoles.

María García Otero.

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