lunes, 2 de noviembre de 2009

BONUS, ¿JUSTOS O INJUSTOS?


En primer lugar, habría que comenzar aclarando el concepto de la transparencia, es decir, ¿Conocemos, sin género de dudas, qué entidades financieras privadas han sido intervenidas por el Estado, es decir, quienes han percibido dinero público para solventar sus propios descalabros? La respuesta es que no. Sencillamente por que se anunció una inyección de liquidez y no se anunció a quién se le inyectó dicha liquidez. En consecuencia, no existe una transparencia debido a la falta de esa información, que interesadamente no se facilitó, ya que eso hubiese producido un caos en las entidades financieras intervenidas.

Por tanto, yo, como ciudadano que contribuyo con mis impuestos, si tengo conocimiento de que el Banco “X” ha sido intervenido y mi dinero se dirige a sanear dicho banco, evidentemente lo primero que exigiré será que, una vez evitado el despropósito producido por la propia entidad, ésta devuelva el montante económico (hecho que tampoco conozco), y evidentemente sería demencial que el representante de dicha entidad, aún por encima, fuese premiado con un Bonus, ya que yo (el ciudadano, el Estado), gracias a mi intervención he posibilitado que subsista, y por el contrario, si no hubiese intervenido habría quebrado, o no hubiese habido capital suficiente para tal recompensa.

Terminando, como sentimiento personal, me parecería justo una recompensa a mayores por el trabajo bien hecho, y merecido por las plusvalías generadas, ya que sería una manera de incentivar al trabajador, y una manera de competir ante tus rivales que posiblemente ofrezcan un fijo, un salario, más jugoso, pero un variable inferior o inexistente. Pero, si ha existido una “salvación” por mala gestión, y que a mayor abundamiento, ha sido provocada por una avariciosa especulación, evidentemente me niego a la concesión del bonus y exigiría conocer quien ha sido el causante de tal situación, así como su enjuiciamiento y su posible condena, que a buen seguro provocaría una mayor cautela y no un “rico hoy y un vagabundo mañana”.
Santiago Vázquez Martínez

No hay comentarios: