martes, 3 de noviembre de 2009

CUESTIÓN DE COHERENCIA

La actual situación en la que se encuentra el sistema financiero internacional ha puesto de relieve sus incongruencias.

Uno de los problemas que más controversia ha suscitado entre la opinión pública tras el estallido de la crisis es el de los desorbitados “bonus” que reciben sus directivos.

A pesar de que muchos bancos han estado al borde de la quiebra y su situación se ha solventado gracias a las ayudas gubernamentales, muchos de ellos muy lejos de reducir las contraprestaciones de sus más altos mandatarios, incluso las han aumentado. Aunque para ello se hayan visto obligados a realizar severos recortes de plantilla y a reorganizar su estructura de costes.

Una manera de justificar dichos incrementos sería argumentar que es la única forma de retener a los mejores profesionales para atajar y superar la problemática situación. Pero lo primero que deberían hacer los bancos sería devolver todas las ayudas y una vez hecho esto, encontrar la manera de que una crisis como la actual no se volviera a repetir. Una de las razones que los podría haber llevado a esta difícil situación sería el actual sistema de remuneración, dado que muchos de sus directivos podrían haber realizado inversiones muy arriesgadas en aras de conseguir unos “bonus” mucho más elevados, asociados a unas ganancias virtuales que no contaban con el respaldo de la economía real.

En mi opinión la idea de una retribución fija y una variable en función de los resultados es un buen método de valoración de los sueldos de los directivos, pero habría que intentar controlar de alguna manera el riesgo que corren en sus operaciones, además de limitar la cantidad máxima de los “bonus”. Esta última medida se ha establecido en los últimos meses en países como Francia o Reino Unido tras los acuerdos alcanzados en el G-20.

En el caso de aquellas entidades que no tomaran medidas al respecto por propia iniciativa, las autoridades correspondientes deberían forzarles a ello, del mismo modo que los gobiernos se vieron obligados a rescatarlos tras el estallido de la crisis. Cuestión importante, ya que se estaba poniendo en duda su buen funcionamiento y con ello la base del sistema financiero internacional.


Enrique Abuín Carnés

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