lunes, 2 de noviembre de 2009

“CONDENADOS A REPETIRSE”

Probablemente todas las primeras lecciones sobre economía coinciden en al menos un punto de su contenido: la Teoría De Los ciclos Económicos. Recordemos: DEPRESIÓN-CRISIS, RECUPERACIÓN, AUGE Y RECESIÓN.
Paradójico, por tanto, la sorpresa con la que eternamente acogemos el momento de su caída y el escepticismo- decreciendo- de muchos en que vayamos a sobrevivir a la hecatombe.
Ya sea de orden físico, histórico o espiritual , el efecto característico del impacto de la caída es el detonante imprescindible para el desarrollo de la raza humana. Es el momento de cuestionarlo todo, de las grandes revelaciones, los cambios sustanciosos y sobre todo, de buscar culpables a toda “costa”.
Algunos asuntos sólo suscitan debate dada una determinada coyuntura . No recuerdo que los astronómicos salarios y beneficios de los directivos ejecutivos hubieran sido objeto de tantas críticas cuando todos gozábamos de una época próspera. Lo cierto es que, conocimiento de ello, sí teníamos. Una encuesta del “Financial Times” observaba que una vasta mayoría de altos mandos y presidentes de empresas de Estados Unidos encuestados pensaban que se pagaba demasiado a los directores ejecutivos.
Dudo que se trate de desmenuzar la remuneración de cargos que requieran mayor cualificación y asumen más responsabilidad en una organización ( un buen directivo puede aportar millones al valor de una empresa) , sino de ver a partir de qué punto unas contraprestaciones aceptables se convierten en sueldazos que provoquen escándalo.
Naturalmente el beneficio es legítimo y, en su justa medida, necesario para el desarrollo económico. Ahora bien, el argumento pierde coherencia si intentamos justificar la existencia de los llamados “Parachute Gold”. Si la opinión pública tiene dificultades para asimilar las retribuciones en concepto de salario, tarea imposible será la de comprender la percepción de una indemnización después de haber llevado a una empresa a la bancarrota y, en el peor de los casos, arrastrando al Sistema Financiero en general. Quizás lo más grave sea que, como trasfondo subyace la macabra y peligrosa tentación de otorgar incentivos por “hacerlo mal”.
Parece obvio el creer que los accionistas-propietarios de las entidades al fin y al cabo-puedan decidir sobre el desembolso de sus administradores...Nada más lejos de la realidad.
El Informe Anual De Gobierno Corporativo de la CNMV realiza un seguimiento sobre los niveles de transparencia informativa, desglose y sometimiento a votación de las remuneraciones de los consejeros entre otras consideraciones. Pues bien, ejercicio económico tras ejercicio económico, aquel refleja el patético seguimiento y sometimiento respecto a sus recomendaciones. Resultado previsible dado que no dejan de ser eso, simples recomendaciones , que como tales, tienen carácter dispositivo.
Precisamente ahora, y no sin tiempo, se busca la forma de impedir “hacer oídos sordos” a las directrices de la Comisión Europea en este aspecto ( en esa dirección apuntaban en el mes de abril). Al menos así lo adelantaba Julio Segura, Presidente de la CNMV, en su participación en los XXVIII Edición de Los Cursos De Verano de la Universidad Del País Vasco y la Federación De Cajas De Ahorros Vasco-Navarra el pasado mes de septiembre.
El empeño que dedique el Ministerio de Economía en desarrollar positivamente la propuesta de reforma del Código Conthe es todavía una incógnita.
En cualquier caso, afortunada o desgraciadamente, ni la recesión económica permanecerá el tiempo necesario ni la crisis ha golpeado con la fuerza suficiente como para adoptar todas las medidas necesarias y llevar a cabo todas las reformas que el sistema necesite.
Cathy Martínez Alvarez

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