miércoles, 28 de enero de 2009

La morosidad “in creccendo”

El riesgo de crédito es el riesgo más importante al que debe hacer frente una entidad financiera, por ello la actualidad en el mundo de la economía nos lleva a hablar de la morosidad de los créditos concedidos por bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito a particulares y empresas, que subió en noviembre hasta el 3,118%, la tasa más alta desde octubre de 1997. Aunque la cifra aún está lejos del 9,25% que alcanzó en 1993, en la última crisis económica, pero cada vez es más preocupante, y el sector se ve obligado a provisionar los créditos dudosos.
Desde finales de 2007, varias inmobiliarias han solicitado el concurso de acreedores al no poder afrontar sus pagos, y afecta principalmente a las cajas, que orientaron su negocio hacia los promotores en mayor medida que los bancos.
En España, actualmente, los principales morosos son las personas jurídicas, no las físicas, aunque éstas últimas dada la situación de crisis económica que vivimos y que el descenso del euribor no se ha trasladado todavía a los créditos, también son culpables de este aumento de la las tasas de morosidad.
Entre las causas de la morosidad actual podemos citar la ralentización coyuntural de la actividad económica; puesto que la morosidad bancaria está muy unida al ciclo económico. Las empresas ven reducidas sus ventas y deben someterse a reestructuraciones o incluso suspender pagos o quebrar con lo que se enfrentan a la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones con las entidades de crédito por falta de liquidez y por incapacidad por renovar la financiación. Lo mismo ocurre con las familias, la recesión puede traducirse en una caída de su renta disponible con las consiguientes dificultades para hacer frente a los pagos por intereses y principal.
La existencia de una relación negativa entre morosidad y el ciclo económico podría llevarnos a pensar que el riesgo de crédito que soportan las entidades de crédito es algo exógeno a ellas; sin embargo, en los estudios realizados se observa que entidades financieras expuestas al mismo ciclo económico presentan niveles de morosidad muy diferentes lo cual indica que existen otros factores de carácter microeconómico.
La política crediticia de cada entidad puede ser un factor muy importante para explicar futuros problemas de morosidad, si se quiere ganar cuota de mercado se puede incurrir en una disminución de la calidad de los nuevos acreditados. En España en los últimos años se ha incrementado de manera importante el nivel de endeudamiento tanto en familias, como en empresas. Y la actitud más adecuada que debería tener cualquier organización es la de prevenir, especialmente en tiempos donde la palabra “crisis” está cada vez más latente en cualquier transacción comercial. Conocer con quien nos relacionamos es fundamental para no lamentar situaciones de riesgo que puedan provocar graves problemas de tesorería en las empresas.
La morosidad afecta negativamente en la rentabilidad de las entidades financieras, y si es elevada puede llevarla a la quiebra; por eso estamos viendo como las entidades financieras incrementan su plantilla con expertos en gestión de la morosidad, reforzando los departamentos de riesgo y principalmente en recobro de impagados.
El consuelo es que la morosidad española sigue siendo baja comparada con otros países de la Unión Europea como Reino Unido, Italia o Alemania.


MARÍA GARCÍA OTERO.

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