miércoles, 28 de enero de 2009

LA MOROSIDAD, UN PROBLEMA PARA LA BANCA.

Las principales entidades manejan escenarios de «crecimiento cero o más bien negativo» del crédito para 2009 y tasas de morosidad que podrían llegar a una media de hasta el 8%.
Si se llegan a alcanzar esas tasas que ahora pronostican bancos y cajas de ahorros, la solvencia de algunas entidades se encontraría en grave peligro y sería necesario recapitalizarla o en el peor de los casos fusionarla con otra para que no desapareciera. Hay que tener en cuenta que en estos momentos ningún Gobierno va a dejar quebrar a ninguna de sus principales entidades.

La morosidad de los créditos concedidos por bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito a particulares y empresas subió en noviembre hasta el 3,118%, la tasa más alta desde octubre de 1997, cuando se situó en el 3,18%, según el Banco de España. La cifra aún está lejos del 9,25% que alcanzó en 1993, pero cada vez preocupa más al sector, que se ve obligado a provisionar los créditos dudosos.
Las principales causas para la morosidad son las dificultades de las promotoras e inmobiliarias, y el reflejo de un elevado euríbor en las hipotecas, ya que aún no se ha trasladado a los créditos el descenso de este indicador.
La morosidad de noviembre recoge nuevamente las quiebras inmobiliarias de los últimos meses, que contribuyen a que las cajas de ahorros, sus principales acreedoras, hayan llegado ya a tener una tasa de mora del 3,63%, mientras que la de los bancos se colocó en el 2,61%.
Según algunas fuentes, es tal la inquietud que existe entre las entidades, principalmente en los bancos, de que no se le paguen los créditos que cada vez son "más rigurosas" e incluso intentan retirar de circulación las tarjetas de crédito de los clientes menos solventes en cuanto surge la oportunidad. Por tipo de entidad, los bancos concedieron créditos a las familias 1.309 millones de euros en noviembre para adquirir bienes de consumo, un 44,7% menos que el año anterior, mientras que los créditos al consumo otorgados en el undécimo mes del año por las cajas de ahorros se situaron en 897 millones de euros, un 40% menos.
El Banco de España ratifica la solidez de las entidades financieras frente a las turbulencias internacionales. En el ámbito doméstico, recuerda que la cobertura de las instituciones españolas les permite asumir hasta cinco veces el nivel actual de morosidad, «sin impacto significativo en las cuentas de resultados».
En España no existe un segmento hipotecario de alto riesgo (subprime), y las entidades no están expuestas de forma indirecta a este mercado, porque no han utilizado los instrumentos típicos para canalizar este riesgo. No hay pistas de la existencia de 'conduits' o mecanismos de financiación de corto plazo para operaciones de largo recorrido.
Según el Banco de España, las entidades españolas no han sucumbido a la tentación del modelo bancario caracterizado por el lema 'generar para distribuir'. En este procedimiento, el crédito no lo gestiona la entidad que lo ha concedido, sino que lo transfiere rápidamente a un tercero para deshacerse del correspondiente riesgo y obtener nueva financiación de cara al futuro inmediato.Las entidades de depósito españolas no se han dejado seducir por este modelo, sino que en ellas impera el formato de la banca tradicional minorista, que permite una muy estrecha relación con la clientela. En España ha habido titulización de activos, añade el instituto emisor, pero no se han empleado estructuras complejas, de manera que se han evitado los efectos adversos de la separación la concesión del riesgo y su gestión posterior.
De cara al futuro inmediato, cabe esperar que las tasas de morosidad sigan subiendo, por el desfase entre la concesión de créditos y la evolución de los impagados, por el cambio contable -con la nueva regulación, la totalidad de un préstamo entra en mora cuando se produce el impago de tres mensualidades consecutivas- y a causa del impacto (en este caso retardado) de la subida de los tipos de interés.
El Banco de España advirtió recientemente de que la morosidad continuará creciendo e incidirá en la cuenta de resultados de bancos y cajas, obligándoles a realizar "mayores provisiones específicas" para cubrir los impagos, por lo que las entidades deberán mejorar su eficiencia de costes con medidas como el aprovechamiento de economías de escala derivadas de eventuales procesos de "consolidación bancaria".
MARÍA TEJELO GUDIÑA

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