jueves, 29 de enero de 2009

¿NOS COGE DE SORPRESA?

En España se había registrado un rápido aumento en el número de créditos hipotecarios en los últimos años, a la vez que se habían introducido productos de mayor riesgo, plazos muy largos, se disminuyeran los estándares de financiación para facilitar el acceso a la vivienda…políticas crediticias demasiado arriesgadas.

Varios factores afectan al nivel de morosidad de los bancos:
- En primer lugar, la composición de la cartera crediticia desempeña un papel importante como indicador del perfil de riesgo de estos.
- En segundo lugar, las entidades ineficientes, que llevan a cabo una selección y un seguimiento insuficientes de los prestatarios, tendrán una cartera de baja calidad.
- En tercer lugar, el entorno competitivo global en el que operan los bancos podría afectar también al nivel de riesgo de crédito que la entidad está dispuesta a asumir.

Consecuencia de todo ello es lo que estamos viendo ahora, ya que mes a mes, el ratio de morosidad de los bancos y cajas de ahorro españolas se incrementa y ya van 17 subidas consecutivas para dejar la morosidad en el mes de noviembre en el 3.18%, casi 0.30 puntos más que en el mes de octubre.

Es sin lugar a dudas una cifra preocupante ya que esta morosidad se ha casi cuadruplicado desde noviembre del 2007 cuando estaba en niveles del 0.84% hasta ahora y representa la mayor tasa de morosidad que han registrado las entidades financieras en España en la última década. Dentro de las entidades financieras, para las cajas ha sido más desalentador, probablemente porque tardaron más en abandonar el ladrillo. Su ratio de morosidad se sitúa en el 3.63% frente al 0,886% que suponía en el mismo mes del año anterior y para los bancos se sitúa en una tasa más moderada pero también preocupante del 2.61%.
El Banco de España advirtió recientemente que la morosidad continuará creciendo e incidirá en la cuenta de resultados de bancos y cajas, obligándoles a realizar "mayores provisiones específicas" para cubrir los impagos, por lo que las entidades deberán mejorar su eficiencia de costes con medidas como el aprovechamiento de economías de escala derivadas de eventuales procesos de "consolidación bancaria".
En estas circunstancias las entidades financieras racionan la financiación a las actividades consideradas con mayor riesgo de crédito, concediéndolos solo a los clientes con mayor solvencia y a empresas de sectores que no están relacionados con el ladrillo ni con otros sectores de riesgo potencial difícilmente evaluable. La incertidumbre económica, la recesión, las quiebras de empresas inmobiliarias y, sobre todo, el paro con previsiones de llegar a 4.000.000 de parados en España hará que aumente la morosidad más todavía este año aunque falta saber si se llegará a las previsiones más pesimistas de bancos y cajas con tasas de morosidad del 8%.
En España al igual que en otros países, el crédito bancario mostró un comportamiento procíclico, tal y como ha ocurrido en anteriores crisis financieras. En un contexto de fuerte presión competitiva entre entidades por la colocación de activos financieros en forma de crédito se generó una tendencia hacia la relajación de los colaterales durante la fase expansiva, en vista del bajo nivel de morosidad existente en los últimos años, lo que contribuyó a la acumulación de desequilibrios en el sector no financiero. Entre ellos, y de ahí proceden la mayoría de los problemas actuales, los colaterales de cantidad de préstamo excesiva, cobertura insuficiente de las cargas financieras por las rentas de los prestatarios, y excesivo alargamiento de los períodos de pago.

La responsabilidad de las entidades financieras es la de ponderar adecuadamente solvencia, rentabilidad y riesgo de sus colocaciones de activo y en esta ocasión esa ponderación no se ha hecho correctamente. Desgraciadamente, hasta lo aparentemente más sólido acaba desmenuzándose en función de las circunstancias.
CATARINA YÁÑEZ

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