martes, 20 de enero de 2009

MOROSOS EN LA COSTA

En términos aclaratorios decir que para el Banco de España un crédito entra en mora cuando transcurren más de tres meses desde su vencimiento. En los descubiertos u otros saldos deudores sin vencimiento pactado, este plazo se cuenta desde el primer requerimiento de reembolso que efectúe la entidad, o desde la primera liquidación de intereses impagada.
A principios del ya denostado 2008 la Asociación Española de Banca sacaba pecho ante el repunte de la morosidad “Hay buenas dotaciones y el sector puede acomodarse a la situación” así no veían el pasado año “como un año con especiales dificultades en el sentido de la morosidad”. Si bien es cierto que se partía de una situación de fortaleza financiera y de tasas de morosidad muy bajas, estas predicciones optimistas no se cumplieron.
La escalada del porcentaje de morosidad no ha dejado de subir desde mayo de 2007 cuando se situaba en el 0,706 %, salvando honrosas excepciones –mayo y junio 07-. El ratio de morosidad de las cajas de ahorro se elevó hasta el 3,32 % en octubre de 2008, mientras que el de los bancos se situó en el 2,35 % frente al 0,72 % del mismo mes del año anterior.
Cifras que no dejan de ser porcentajes que adquieren mayor virtualidad práctica si los canjeamos en millones de euros. Para finales del 2008 el volumen de créditos de dudoso cobro para las cajas que porcentualmente superó el 3 %, ascendió a 29.270 millones de euros. En el caso de los bancos su mora en octubre se cifró en 19.056 millones de euros. Finalmente para las cooperativas de crédito el valor de sus créditos dudosos fue de 2.504 millones.
Sin embargo, a pesar de que estas cifras sean abrumadoras las esperadas para el 2009 doblarán las obtenidas a final de año pasado situando la tasa de morosidad en un 6 % para las cajas y en un 3 % para los bancos.
El origen de este espectacular aumento de los impagados lo encontramos en la América de los hermanos Lehman; que a modo de curiosidad incluso tienen entrada en la wikipedia; donde la primera gran crisis financiera del mundo global surge para desplazarse incontrolablemente destruyendo en mayor o menor medida las economías por las que pasa, Islandia, Gran Bretaña, Alemania. Esta crisis ha provocado tal incertidumbre que se duda de los sistemas financieros, pero no sólo las familias y empresas dudan sino que los propios bancos, en gran medida causantes de la crisis, dudan de sus clientes congelando los créditos. Así con el sistema global en precario equilibrio, los créditos en desuso, la economía se ralentiza, aumenta el paro, bajan los sueldos, las empresas quiebran, los despidos, regulaciones de empleo y concursos se disparan. Un panorama para nada esperanzador.
Y más si tenemos en cuenta que una de las premisas de las que partíamos para esperar que esta situación, por lo menos en España, fuera soportable, se ha roto, puesto que el incremento de la morosidad reducirá la tasa de cobertura desde los niveles actuales del 76 % en las cajas y del 106 % en los bancos hasta el 60 % y 90 % respectivamente. Cabe en este punto resaltar que una vez la tasa de mora sobrepasa el 4 %, como parece va a ocurrir en las cajas, estas se verán obligadas a tirar de los resultados para provisionarlas, reduciendo los beneficios y los ratios de solvencia.
No cabe esperar que las predicciones no se cumplan puesto que todos los indicadores reflejan dificultades para “llegar a fin de mes” origen de este aumento atroz en la mora, y más si tenemos en cuenta que los ex-empleados de las constructoras, inmobiliarias, industrias automovilística…pagan con la prestación o el subsidio sus hipotecas o préstamos pero y cuando estos se agoten.
Y si vamos más lejos, no es difícil prever que finalmente esta falta de crédito culminará con un aumento de la delincuencia.

JOSÉ RAMÓN BAÑA

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