miércoles, 28 de enero de 2009

LA MOROSIDAD NO ENCUENTRA FRENO

La morosidad se presenta como uno de los principales riesgos a los que se enfrenta el sistema financiero.
Se puede definir la morosidad en el ámbito económico como el retraso en el cumplimiento de un pago o pagos. Por su parte, el sistema financiero considera dudoso aquel crédito impagado durante tres meses. Por ello, podemos ya intuir el gran impacto que tiene la morosidad en la banca.
La tasa de morosidad (el porcentaje de créditos de dudoso cobro respecto al total de dinero concedido) es un factor sensible a los ciclos económicos de recesión y expansión de la economía. Dada nuestra situación actual es lógico que este problema esté a la orden del día.
Los expertos consideran que los clientes que están más cerca de caer en la morosidad son de dos tipos: los que compraron las casas más caras (las hipotecas de 2006 y 2007) y los que firmaron los créditos a precios más bajos (los que adquirieron su vivienda con el Euríbor al 2%, en 2004 y 2005). Existen, por tanto, muchos potenciales clientes que pueden ser morosos. La realidad se empeña en demostrarlo.
La debilidad de la economía española pasa factura a familias, empresas y entidades financieras a la vez. La tasa de morosidad del sector financiero español (bancos, cajas y cooperativas) ha superado ya la barrera del 3%. En concreto se situó en el 3,118% en el mes de noviembre, registrando su mayor nivel en más de una década. El dato es el peor desde octubre de 1997, cuando alcanzó el 3,18%. Supone más que triplicar o casi cuadruplicar el ratio de un año antes, de noviembre de 2007.
La morosidad más alta se concentró en las cajas de ahorros. Se llevan la peor parte por estar muy expuestas al sector de la construcción. En el dato de noviembre se recogen las quiebras inmobiliarias de los últimos meses, que contribuyen a que las cajas, sus principales acreedoras, hayan elevado con tanta fuerza la morosidad. La cifra se ha situado en el 3,63%, frente al 0,88% que tenían en noviembre de 2007. Supone cuatro veces más. Poseen un 52% más de morosidad que los bancos.
Los bancos, por su parte, alcanzaron el 2,61%, frente al 0,75% que poseían en noviembre de 2007. Cuentan con una posición algo más favorable, aunque también sufren tasas récord en once años.
Las cooperativas de crédito tienen una morosidad del 2,8%.
La cifra total del 3,118% es fruto de los 59.460 millones de euros en créditos de difícil recuperación, sobre un total de 1,867 billones de euros prestados por bancos, cajas, cooperativas y financieras. Supone para la banca un “agujero” de más de 50.000 millones de euros.
Al aumento de la morosidad han contribuido el alza del paro, la situación económica y la subida del Euríbor, ya que todavía no se ha trasladado a los créditos el descenso de este indicador en diciembre, el más importante desde 2005.
En los últimos meses se han dado a conocer enormes suspensiones de pagos de empresas que adeudaban en el momento de la quiebra miles de millones de euros. Dinero que hace aumentar el ratio de la tasa de morosidad. Mientras, el dinero concedido se mantiene casi invariable, pues el mercado está más reticente a conceder créditos.
También, no se puede olvidar que los tipos de interés no comenzaron a bajar hasta octubre, lo que hizo que se complicasen el pago de los préstamos. En estos momentos, los tipos de interés se encuentran en el 2%, para así hacer frente a la recesión. Este nivel es el más bajo en la historia del Banco Central Europeo, que es quien decide el precio del dinero en la eurozona desde 1999, e iguala la tasa vigente entre junio de 2006 y noviembre de 2006.
Esto es lo que explica la velocidad a la que crece la tasa de morosidad, que no para de subir desde hace diecisiete meses.
Por su parte, el Banco de España está alertando a las cajas de ahorros, que son las que tienen una morosidad mayor, de lo duro que será este año, con subidas de morosidad, una menor entrada de ingresos a causa de la actual crisis económica y, por lo tanto, una caída de los beneficios. Para ello, les está pidiendo que refuercen sus recursos propios, se recapitalicen, para abordar el ejercicio con el máximo de solvencia posible. Por eso, les ha solicitado que reduzcan sus aportaciones anuales a los fondos de la obra social, uno de los pilares fundamentales que las distinguen de sus rivales los bancos.
Sin embargo, prácticamente todas las cajas seguirán destinando fondos a su obra social, aunque serán menores que el año pasado, como por ejemplo la Caja de Ahorros Castilla La Mancha.
A pesar de todo, a la morosidad aún le queda mucho recorrido para hacerse realmente peligrosa. Según la mayoría de analistas financieros, el sistema empezaría a peligrar verdaderamente a partir de tasas de morosidad superiores al 10%, aunque algunos consideran del 15%.
La morosidad alcanzó en noviembre el 3,118%, así que queda margen, pero cada mes que pasa es menor. Y lo peor no es la cifra, sino la tendencia. Así, se ha triplicado de noviembre de 2007 a noviembre de 2008, y si el ritmo de avance se mantiene y se volviese a triplicar, la morosidad cerraría 2009 muy cerca del 10% en el que el sistema bancario empezaría a resquebrajarse. Sin embargo, es algo que a día de hoy parece impensable, dadas las precauciones que está tomando la banca y las previsiones de contracción de crédito.
No obstante, era preciso haber tenido en cuenta todo esto mucho antes y no esperar a aplicar medidas y precauciones cuando la situación es insostenible.
En definitiva, la morosidad es como cualquier enfermedad. Más vale prevenir que curar.

LETICIA VÁZQUEZ

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