jueves, 22 de enero de 2009

Y lo peor continúa llegando

A finales del año pasado, la morosidad de los créditos concedidos por bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito a particulares y empresas subió hasta el 3,118%, la tasa más alta desde octubre de 1997, cuando se situó en el 3,18%, según los datos del Banco de España. Este dato supone un incremento de 0,281 puntos respecto a la tasa de octubre, que se situó en el 2,837%, y más de tres veces superior a la de noviembre de 2007, cuando se colocó en el 0,838%. Además, el incremento de la morosidad supuso la decimoséptima subida consecutiva. La tasa de morosidad de las cajas de ahorros se situó en el undécimo mes del año en el 3,63% mientras que la de los bancos se colocó en el 2,61%.
El saldo de créditos dudosos aumentó en 5.286 millones de euros respecto al mes de octubre, al situarse en 56.444 millones de euros al cierre de noviembre, frente a los 51.158 millones que representaba el mes anterior. Este dato no recoge la morosidad de los establecimientos financieros de crédito, entidades que pueden conceder créditos pero no captar depósitos, y que tienen una tasa de impagos muy elevada, que en noviembre se colocó en el 5,238%. Incluyendo los datos de estas entidades, la morosidad total se eleva al 3,183% de los créditos concedidos por las entidades de crédito a particulares y empresas.

Con estas cifras, destacan las cajas, que fueron, una vez más, las entidades que acumularon el mayor saldo dudoso, con un total de 32.259 millones de euros, lo que supone multiplicar por más de cuatro el importe que representaba al cierre del mismo mes del año anterior (7.359 millones), y un aumento de casi 3.000 millones respecto al acumulado hasta octubre (29.270 millones).

Y en cuanto a la morosidad de los bancos, también se encuentra en máximos y cerró noviembre en el 2,611%, como se indicaba con anterioridad, un nivel que no alcanzaba desde octubre de 1997, cuando se elevaba al 2,58% del total de créditos. En concreto, los bancos tenían concedidos 810.517 millones de euros en créditos a sus clientes hasta noviembre de 2008, de los que 21.165 millones eran de carácter dudoso. Esta cifra es más de tres veces superior al saldo dudoso registrado el mismo mes del año anterior, cuando suponía 5.747 millones.

Por su parte, las cooperativas de crédito situaron su morosidad en el 2,809% un total de 0,185 puntos por encima de la tasa de octubre (2,624%), mientras que sus créditos superaron los 96.000 millones de euros, de los que 2.697 eran dudosos.
El Banco de España advirtió recientemente de que la morosidad continuará creciendo e incidirá en la cuenta de resultados de bancos y cajas, obligándoles a realizar "mayores provisiones específicas" para cubrir los impagos, por lo que las entidades deberán mejorar su eficiencia de costes con medidas como el aprovechamiento de economías de escala derivadas de eventuales procesos de "consolidación bancaria".

Pero no todo está tan negro: “La gran ventaja que tiene la banca española frente a la anglosajona es que conoce al cliente. Tiene capacidad de diálogo con él, puede negociar y reinstrumentar la deuda para poder recuperarla en esos tres meses”,según señaló un asesor especializado en el sector financiero.
Esas negociaciones ya se están llevando a cabo con la mayoría de las promotoras inmobiliarias, como es de sobra conocido, y con resultados positivos en casi todas (la gran excepción es Colonial): a las entidades les interesa más aplazar la deuda y renunciar en el tiempo a los ingresos que tener que provisionarla entera.

Sin embargo, hay una pérdida esperada y costes de recobro, la primera de estas soluciones, la venta de la cartera de créditos morosos, ya ha sido puesta en práctica por algunas entidades con descuentos que pueden alcanzar el 40% respecto al valor del préstamo. “La pérdida la van a sufrir de todas formas porque tendrían que provisionar esos créditos, pero así los sacan de balance y no les cuentan para la tasa de morosidad”, explica un experto en el sector.
Pero la segunda medida es todavía más llamativa: “Hasta ahora, los objetivos se cifraban en términos de ventas, sobre todo de créditos; ahora se cuantifican en términos de créditos recobrados”, según confirman en una importante entidad española. Esta fuente reconoce que se están preparando fuerzas especiales de recobro en bancos y cajas. Y lo importante no es la morosidad en sí, sino la pérdida esperada. La morosidad va a subir por fuerza con el estancamiento del crédito (no sube el denominador, que es el crédito, y suben los impagos, el numerador), así que lo que importa es el coste del recobro.

Y como resultado de toda esta situación se está produciendo actualmente una acumulación con exceso de liquidez de los bancos por falta de confianza hacia el particular por temor a la aparición de más morosos.
IRENE DE CASTRO

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