lunes, 1 de diciembre de 2008

AÚN QUEDA MUCHO POR HACER PARA RECUPERAR LA CONFIANZA

Se han tomado y se siguen tomando diferentes medidas para conseguir reformar el funcionamiento de los mercados financieros internacionales y así poder conseguir solventar esta crisis que es un “quebradero de cabeza” para todos.
Por ello, la medida más destacable es la que se ha tomado a nivel mundial. Ha participado en ella el G20, que es el grupo del que forman parte la Unión Europea (UE), los miembros del G7 -los países más desarrollados del mundo- más Rusia, China y la India, además de otras naciones en desarrollo, entre ellas Argentina, México y Brasil. También han formado parte Holanda y España.
Todos ellos se reunieron el 14 y 15 de noviembre en Washington y acordaron comprometerse a dar los pasos para definir una nueva estructura financiera mundial que incluya mayor supervisión y coordinación internacionales y que permita sentar las bases para garantizar que una crisis global, como ésta, no se repita.
El plan expuesto en el comunicado final, derivado de dicha reunión, prevé un sistema de alerta ante problemas como los que provocaron la crisis en el sector inmobiliario estadounidense y prevé el establecimiento de mecanismos para detectar inversiones arriesgadas o fraudulentas. Cómo vayan a hacerlo corresponde a los respectivos ministros de Economía.
En el documento también se señala que las reformas adoptadas por un país deben descansar sobre cinco principios, entre los que se incluye aumentar la responsabilidad y la transparencia de los mercados, así como reforzar la regulación. En concreto, recomienda que se ponga límite a las remuneraciones excesivas de los altos directivos, se controlen mejor las actividades de las entidades financieras trasnacionales, y se tomen medidas anticíclicas, para evitar el agravamiento de las crisis.
De forma más detallada, entre los principios acordados para la reforma financiera con el fin de restaurar el crecimiento, prevenir expansiones de la crisis y apoyar al mundo en desarrollo se encuentran el utilizar medidas fiscales en lo que sea posible para estimular la demanda; facilitar la política monetaria, reduciendo las tasas de interés; y asegurar que el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los bancos regionales de desarrollo tengan suficientes recursos para ayudar a los mercados en surgimiento y los países en desarrollo.
Para mejorar la arquitectura del sistema mundial de finanzas, establecer nuevas leyes de supervisión, nuevos requisitos de rendición de informes a las entidades financieras y a los productos financieros complejos, mayor cooperación internacional en materia de reglamentos, revisión de los requisitos de conflicto de interés y compensación, así como la reforma de las instituciones multilaterales mundiales.
Para asegurar el éxito de las políticas pro crecimiento y las reformas de reglamentos, los países del G20 han prometido rechazar el proteccionismo, específicamente se comprometieron a no imponer nuevas barreras al comercio y la inversión durante 12 meses, reiniciar conversaciones conducentes a un nuevo acuerdo comercial mundial y a mantener o emprender nuevos compromisos en lo relacionado con los objetivos de desarrollo internacional para ayudar a países pobres y en desarrollo.
El G20 afirmó que las reformas que se van a poner en marcha tendrán éxito solo si "descansan en el libre mercado, en el respeto a la propiedad privada, y la libertad de comercio e inversión".
Por su parte, Estados Unidos ha logrado imponer su tesis de que no conviene crear organismos y supervisores internacionales, como defendía Europa, así como su oposición a una regulación excesiva que atente contra el libre mercado.
En una declaración al final del encuentro, Bush declaró que esta cumbre ha sido un "éxito" pero advirtió que "queda mucho trabajo por hacer" y que por sí sola "no va a resolver los problemas del mundo".
El mandatario francés, Nicolas Sarkozy, presidente de turno de la UE, calificó la reunión de "histórica" y aseguró que confirma el peso político del Viejo Continente.
Por su parte, el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, calificó la reunión de "muy positiva" y aseguró que, tras la cumbre, las expectativas para la recuperación económica y para el combate de una "recesión generalizada" son "mucho mayores" que hace una semana.
La crisis no ha terminado, se han hecho algunos progresos pero queda mucho por hacer. Se ha dado una imagen de unidad a nivel mundial, para intentar devolvernos algo de la confianza perdida.
LETICIA VÁZQUEZ

No hay comentarios: