viernes, 19 de diciembre de 2008

SE EXTIENDE EL TEMOR A LA DEFLACIÓN

La deflación es la caída generalizada del nivel de precios de bienes y servicios en una economía. Es el movimiento contrario a la inflación. Esta situación económica en que los precios disminuyen es producida por una falta de demanda, y es mucho más maligna, y temida por los empresarios que la inflación.

La deflación puede desencadenar un círculo vicioso: Los comerciantes tienen que vender sus productos para cubrir al menos sus costes fijos (entendiendo que el precio ya no alcanza para pagar los costes variables), por lo que bajan los precios. Con precios bajando de forma generalizada, la demanda se disminuye más, porque los consumidores entienden que no merece la pena comprar si mañana todo será todavía más barato. En la inflación, sin embargo, ocurre todo lo contrario, dado que los consumidores prefieren comprar antes los bienes de larga duración, para anticiparse a subidas de precios.

            El riesgo de una posible deflación a causa de la crisis que vivimos hoy en día es inminente. Es más, me atrevo a decir que la inflación ya está aquí: El crudo cuesta ahora poco más de la mitad de lo que costaba hace apenas tres meses, y las tensiones en los precios de los alimentos han desaparecido. La deflación está empezando por las materias primas... pero continuará y se extenderá a todos los niveles. La vía por la que deben actuar nuestros políticos es a través  del intento de estimular la demanda. Ya sea con políticas monetarias (poniendo más dinero en circulación, con la consiguiente bajada de tipos de interés) o fiscales (aumento del gasto público o una reducción de impuestos). Pero ambas medidas tienen el problema de que aumentan el endeudamiento del Estado.

            Endeudarse fuertemente tiene un problema, y es que cuanto más deuda emitas, más altos tendrás que pagar los intereses: por una parte, porque aumenta tu nivel de riesgo, y por otra parte, porque se incrementa la oferta de títulos y tienes que ofrecer más para atraer a más inversores.

            Aunque para mucha gente la deflación es un riesgo menor, yo no lo tengo claro, ya que a diferencia de la inflación que ya parece una más de la familia, el escenario deflacionista en que vivimos es algo nuevo y nos veo con capacidad de actuación como para poder capear este temporal.

 

IÑAKI GÓMEZ

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