jueves, 25 de junio de 2009

BROTES VERDES O DEMASIADO OPTIMISMO


Desde hace un par de meses, estamos escuchando la expresión “brotes verdes” para referirnos a que están apareciendo los primeros signos positivos en la evolución de la crisis económica. Así, recordamos el vídeo electoral del PSOE donde aparece un brote verde y el dato de que en España después de 14 meses de destrucción de empleo, se han generado 25.000 puestos de trabajo. A esto se añaden otros datos favorables como, la evolución de los tipos de interés, las condiciones del crédito, los mercados bursátiles y el aumento del número de afiliados a la Seguridad Social, con más de 69.000 nuevas personas. ¿Brote verde? Hay que ser prudente porque no podemos asegurar que tendrá continuidad y, no obstante, las cifras del paro siguen siendo alarmantes.

Venimos del primer trimestre del 2009, la fase más destructiva de la recesión. Así lo indican la caída del PIB en un 3%, la situación del sector servicios (tradicionalmente, el motor de la economía española) con tasas negativas y, el descenso del consumo de las familias. Además, los excesos de endeudamiento no han sido absorbidos todavía y, hay indicios claros de que los incrementos de los fallidos e insolventes tampoco han tocado fondo. Y hablando de tocar fondo, José Manuel Campa (secretario de Estado de Economía) declaraba que la caída del PIB, del 3% en el primer trimestre, “podía haber llegado a su punto más álgido” y que se esperaba una evolución no tan negativa en los siguientes meses.

Lo que muestran algunos datos es simplemente que se está suavizando la caída, cosa distinta a que se ha iniciado la recuperación. No hay que olvidar que existen todavía los problemas del sector financiero, el paro, con sus repercusiones en el gasto y, las limitadas expectativas sobre la evolución del comercio internacional. Además, hay que tener presente la situación especial que vive España con el sector de la construcción que, provocará que sea el último país de la UE en superar la crisis.

En definitiva, optimismo sí pero con prudencia.

NURIA ÁLVAREZ GONZÁLEZ

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